Introspección es mirar hacia dentro de nosotros para descubrir poco a poco lo que nos habita interiormente. Después viene la reflexión, que nos hace pensar y nos lleva a descubrir qué tenemos para aportar al mundo exterior. Cuando reflexionamos nos damos cuenta de las formas de expresión que utilizamos para manifestar nuestros puntos de vista y, descubrimos como utilizar mejor el conocimiento que tenemos, tanto para compartirlo con nuestros semejantes como para beneficiarnos de él nosotros mismos.

Por supuesto que para lograr lo anterior, primero debemos aprender a expresar con claridad los conceptos que realmente asumimos y, solo hacer afirmaciones contundentes de lo que realmente sabemos, reconociendo con humildad que hay tópicos que desconocemos y, que son un llamado a abrir nuestra mente para aprender de los demás, porque en la vida todos acabamos siendo alumnos y maestros al mismo tiempo.

Si practicáramos sistemáticamente la introspección, nadie necesitaría que se le enseñase nada en relación a su temperamento, carácter, virtudes y defectos, pues seríamos nuestros propios maestros. Lo único que necesitamos hacer para lograrlo es observarnos para poder descubrirnos así como aprender las lecciones que necesitamos para nuestra superación personal.

No debemos evadirnos, nosotros somos responsables de tomar nuestras propias desiciones. Estar alertas, porque si éstas son erróneas o correctas obtendremos consecuencias acordes a ellas. Por esto hay que reflexionar y no echar siempre la culpa hacia afuera cuando algo falle, porque quien no se responsabiliza de sus actos y decisiones, en realidad es una persona que siente menosprecio por su propia capacidad, y por consecuencia de sí mismo.Por lo tanto, evaluar que muchos de los actos que realizamos contienen un riesgo y un precio que debe pagarse, y dimensionarlos es nuestra entera responsabilidad.

Recordemos que a nivel espiritual nadie puede ni debe descontrolarnos, puesto que nosotros somos quienes nos prodigamos alegría o nos dejamos invadir por la tristeza, ya que todo se crea y vive en nuestra mente, y si es algo negativo, pues así como entró también puede salir. En realidad todo depende de una decisión de nuestra parte, ya que nadie puede conocer nuestros pensamientos, emociones o sensaciones, por lo tanto, nadie puede hacer este trabajo por nosotros. Solo uno mismo puede realizarlo.

Todos podemos lograr cualquier meta que nos propongamos con una voluntad férrea y una meta definida. Ademas, contamos con un gran aliado que es nuestro espíritu qué es el que nos brinda la fuerza interior. Su ayuda es muy valiosa para nuestras vidas ya que logra que nuestra mente sea más clara y que caminemos en pos de la verdad y la felicidad. Son las auto limitaciones que nos imponemos las que frenan nuestro desarrollo. Porque hay que saber que cuando la mente no es dirigida hacia un objetivo claro y preciso se diluyen los pensamientos y se pierden en la inacción y en la nada.