Opinión

IQ Financiero

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Claudia Villegas

Cambios a la vista en el análisis de indicadores económicos

Mientras se agudiza la batalla política rumbo a las elecciones de 2024, en el mundo económico y empresarial del país se generan cambios importantes. Uno de ellos es la lectura de indicadores y no sólo nos referimos a las mediciones del Producto Interno Bruto (PIB) que se realizan desde el INEGI y que ante el cambio de base ofrece una mejoría en los niveles de crecimiento. Lo mismo sucede con los números sobre la inversión fija. Ayer se dio a conocer, por ejemplo, que por primera vez en 14 meses la inversión fija registraba un retroceso de 1.5% y que, en septiembre pasado, la construcción cayó 5% mensual mientras la construcción residencial, con un ritmo de expansión mensual de 3.4%, no pudo compensar el desplome de 11.3% de la construcción no residencial. ¿Qué pasa con los indicadores y la información económica? ¿Es válido mantener los mismos parámetros de análisis? Me parece que no y tampoco es válido afirmar que, entonces, la economía se encuentra en problemas.

Si bien observamos caídas en la inversión también tenemos que considerar cómo cambió la base para comparar son crecimientos inéditos derivado del redireccionamiento de la inversión. Lo mismo sucede con la Inversión Extranjera Directa (IED)

Resulta que el alcance del indicador que se ocupa de reportar IED ha quedado rebasado para medir correctamente el impacto de las inversiones ante la relocalización de cadenas productivas que impulsa la Ley de Chips promulgada en Estados Unidos en 2022.

Sobre este planteamiento, le pregunté a Alberto Gómez Alcalá, director corprativo de Desarrollo Institucional, Estudios Económicos y Comunicación de Citibanamex, qué está pasando. Alcalá, reconocido como una de las mentes brillantes en el análisis macroeconómico del sector financiero, aseguró que ante los cambios que registran las economía por la segmentación y eventos geopolíticos, el enfoque y metodologías con los que se estudian los fenómenos económicos, sí se está generando un cambio de paradigmas.. Gómez Alcalá mencionó, por ejemplo, que el análisis de la balanza de pagos en un mundo segmentado, cuando la cadena de valor se reparte entre distintos países, entonces se debe analizar con otro enfoque. Por ello, en el área de Análisis de Citibanamex, el nearshoring asumen que en el indicador de IED algo está pasando, pues trae ya un dinamismo que no se explicaría con la serie anterior. Aún más, Alcalá comentó que un fenómeno similar se está presentando en otros indicadores como las remesas. Gómez Alcalá me dijo que la Ley de Chips, aprobada en la administración de Biden, tiene un presupuesto multianual, lo que representa una buena noticia para la economía mexicana porque parte de esos recursos y subvenciones fiscales beneficiarán a algunas inversiones que llegan a nuestro país. Este factor también debe tomarse en cuenta. El pasado 15 de noviembre, los analistas del Observatorio Nearshoring publicaron en Revista Fortuna que, para que la IED sea considerara nearshoring se “tendría” que cumplir que las transacciones tengan como objetivo trasladar la capacidad productiva de una empresa, ya sea en la construcción de nuevas plantas o en la expansión de las existentes, de un país extranjero a México y, posteriormente, exportar a Estados Unidos. Sin embargo, la información publica no permite conocer este nivel de detalle. De ahí que en el Observatorio Nearshoring han generado una base de datos, a partir de Ciencia de Datos, que permite dar seguimiento a los anuncios de inversión de las empresas para medir la evolución del fenómeno.

La manera de medir la inversión por nearshoring explicaría la diferencia de opiniones y de mediciones respecto al impacto del nearshoring en la economía mexicana.

Según el CEESP, las nuevas inversiones sumaron 2,806 millones de dólares, cifra 81% menor a la del mismo periodo del año pasado. No son, para el CEESP, los 40,000 millones de dólares que se han estimado a partir de la relocalización de cadenas productivas. El CEESP trató de desmintir a la precandidata de Morena, Claudia Sheinbum, entorno a los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) reportados en el presente año. En su análisis económico semanal, el CEESP recordó que “recientemente Claudia Sheinbaum afirmó que está llegando inversión extranjera directa (IED) como nunca había llegado”. Declaración, cabe recordar, que también ha sido constante por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador. El CEESP reconoció que cifras preliminares de la Secretaría de Economía (SE) muestran que hasta el tercer trimestre del año la IED sumó 32,926 millones de dólares (md). Sin embargo, “si se considera la base revisada de 2022 —reportada en las cifras de balanza de pagos— el monto de los tres primeros trimestres de 2023 fue 5% menor a la de un año antes, 34,498 md”. Peor aún, hay que subrayar que la IED no equivale a formación de capital productivo, ya que en su mayoría se trata de reinversión de utilidades. Es decir, “el origen principal de la IED entre enero y septiembre fue la reinversión de utilidades que sumó 24,905 md y representó el 76% del total”.

¿Será que el CEESP no está observando este cambio de paradigmas?