Opinión

El Madrazo de Alito

Roberto Madrazo se agandalló la candidatura presidencial del PRI en el 2006. Desde su posición de dirigente nacional jugó de juez y parte. Fue un abuso. El partido desbarrancó electoralmente.

Como es astuto, el tabasqueño aprovechó vacíos, falta de reglas claras, desconcierto, para aparecer como candidato. Provocó una ruptura histórica. Varios gobernadores del tricolor no tuvuieron empacho en operar electoralente a favor del candidato del PAN, Felipe Calderón, que le ganó por un puñado de votos a López Obrador. El PRI no pintó.

Si Alejandro Moreno, al que le gusta por alguna extraña razón que le digan Alito, quiere recorrer el mismo camino obtendrá los mismos resultados, o peores.

En la pasada elección, el PRI perdió los gobiernos de Sinaloa, Guerrero, Sonora, Colima, San Luis Potosí, Zacatecas, Tlaxcala y, no hay que perderlo de vista, Campeche. Una paliza descomunal.

Que Alito siga como dirigente nacional refleja que los priistas le agarraron en gusto a la derrota.

Alito

Alito