Opinión

Morena va por el “Maximato”

Sin López Obrador en la escena política, Morena, que es un gigante con los pies de barro, se desmoronará. El sexenio está en su último tercio y el Movimiento de Regeneración Nacional nunca pudo transformarse en un partido político, quedó fuera de duda en su reciente proceso interno. La adelantada sucesión presidencial muestra lo que viene para el partido: una implosión. No hay de otra.

Fotografía de archivo de AMLO

Fotografía de archivo de AMLO

Cuartoscuro

Es por eso que al interior de Morena crece una corriente dispuesta a ofrecerle a López Obrador una suerte de Maximato modelo 4T. O sea que conserve el mando político real, aunque no esté sentado en la silla presidencial. Algo similar al nombramiento de jefe Máximo de la Revolución que recibió Plutarco Elías Calles al principio de los años 30 del siglo pasado. Por aquel entonces hubo tres presidentes que ocuparon el cargo: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, pero el general Calles operaba como jefe político de todos y, ojo, como único factor de unidad entre las fuerzas revolucionarias que se resistían a colgar las carabinas.

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La idea es que López Obrador sea, siga siendo, el factor de unidad en Morena para evitar una guerra civil. Para lograrlo es necesario que el presidente cambie de opinión de manera radical con respecto a su retiro total de la política una vez que entregue la banda presidencial. Y es que dicho una y otra vez que él se va. Se pertrechará en su finca de Palenque, la del nombre altisonante, y no contestará ni el teléfono, ni mandará correos, ni mensajes en las redes. No concederá entrevistas, ni siquiera al distinguido Lord Molécula, y vivirá de su modesta pensión, de sus regalías y del sueldo de su cónyuge. Eso ha dicho.

Pero si cumple lo que anuncia sobre su retiro, Morena será ave de paso de la política nacional. En pocos años terminará siendo la nueva versión del PRD. Mucha gente al interior de Morena considera que eso, la debacle sin AMLO, es una posibilidad real y por eso quieren pedirle al presidente que, pase lo que pase, se quede, se mantenga activo y evite que el movimiento pierda cauce y se convierta en un pantano.

El presidente dijo el otro día que está contento porque tiene la seguridad de que su sucesor, Claudia, Marcelo o Adán Augusto, seguirán adelante con la 4T. Lo cual es más que nada un deseo. Desde hace décadas, muchos presidentes pensaron que su sucesor seguiría al pie de la letra su proyecto y, digamos, sus consejos. Pero la historia marca que no ha sido así, entre otras razones porque el verdadero talante de los aspirantes se conoce hasta que asumen el poder. Comienzan entonces una transformación que en muchos casos los convierte en rivales de su antecesor. Los mayores recuerdan con claridad los casos de Díaz Ordaz-Echeverría o de Echeverría con López Portillo como muestra de lo que ocurre en la realidad.

Se dice, para que tome nota, que, durante el Congreso Nacional de Morena de mediados de septiembre, se hará una demanda formal al presidente López Obrador para que no se jubile y que se quede en la grilla hasta que el cuerpo aguante, pues sin él operando Morena tiene los días contados. Ya se verá si el presidente se mantiene en lo dicho o si ante el clamor de sus seguidores, pues se queda al mando, aunque no despache en Palacio Nacional.” Aquí vive el presidente, el que manda despacha enfrente”, se volverá a decir.