Opinión

Mujer presidenta. ¿Claudia, Xóchitl o Beatriz?

1.El show de las corcholatas fracasó. La ocurrencia del presidente de que sus corcholatas hicieran turismo político por el país no rindió frutos. Se gastó mucho dinero, se cometieron posibles delitos electorales y no se ganaron más simpatías ni más intenciones de voto. La situación termina como empezó, con Claudia Sheinbaum como favorita y con Marcelo Ebrard pataleando.

La ex jefa de Gobierno ha mostrado una disciplina férrea, apegándose el guion, y saliendo airoso de los eventos realmente importantes, como su encuentro con el Consejo Coordinador Empresarial, evento del que todos salieron sonriendo, buena señal de lo que ocurrió en la encerrona. Claudia ha llevado una magnífica relación con empresarios del calibre de Slim o Daniel Servitje, de modo que ese flanco no parece ser el problemático. Ella llega al inicio de las encuestas con una cómoda ventaja, claro que del plato a la boca se cae la sopa, pero no se ven sorpresas mayores en el horizonte.

Ebrard, por su parte, sigue en el pataleo. De no creerse que venga a descubrir a estas alturas que en Morena las cartas están marcadas a favor de Claudia. En política la ingenuidad es un pecado capital. La maniobra de inconformarse e irse a otro partido, digamos MC, no tiene entusiasmado a nadie. Es demasiado tarde.

2.- López Obrador no dejó crecer a las corcholatas.- El principal obstáculo para que las corcholatas tuvieron algún lucimiento público fue el propio López Obrador, que se adueñó de los reflectores y no se los prestó ni un solo día. En su obsesión por amarrar el triunfo de su movimiento, el presidente ha intensificado su protagonismo, acaso porque sabe que él es el único activo real de Morena. Su pleito personal con Xóchitl Gálvez acaparó las portadas de los diarios y mandó a las corcholatas a páginas interiores.

AMLO dice que cuando se entregue el resultado de las encuestas trasladará el mando de su movimiento a quien resulte ganador, lo cual es falso. El presidente seguirá tomando las decisiones importantes, como las candidaturas a gobernador, y tal vez, pero no es seguro, en algunos casos la candidata tenga derecho de veto. Si el presidente se apaga las posibilidades de que Morena mantenga el poder disminuyen. El presidente, me parece, va por más.

3.-La irrupción de Xóchitl animó la competencia.- Hasta hace poco, Xóchitl Gálvez buscaba la oportunidad de colarse como candidata del Frente Amplio a la jefatura de Gobierno de la CDMX, sin ser la favorita de la dirigencia del PAN, hay que decirlo, pero de pronto el día que fue a tocar las puertas de Palacio Nacional y no le abrieron, detonó un fenómeno de popularidad súbita. Mucha gente la vio como la figura que estaban esperando, alguien capaz de desafiar a López Obrador en la arena mediática y de ganarle, algo que casi nadie vio venir. La gente ni siquiera se tomó la molestia de leer las letras chicas de la biografía de Xóchitl la encumbró de inmediato. Nadie duda de que conecta con la gente y que tiene potencial de subir más. Tiene que ser cuidadosa con sus dichos porque ya ha resbalado un par de veces.

4.- Algo bueno puede salir de este berenjenal. Que a la recta final de ambos procesos estén llegando tres mujeres, la doctora Sheinbaum, Xóchitl y Beatriz Paredes, las tres de lo mejor que tenemos, nos permite ver con optimismo el futuro. Paredes muestra lo mejor de la clase política. Una mujer culta, con un recorrido kilométrico en el que suma victorias y derrotas, una clara comprensión del papel del Estado mexicano. Una profesional de altos vuelos. México tendrá una mujer presidenta, suena demasiado bueno para ser verdad. Ojalá se concrete.

Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes

Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes

Fotos: Cuartoscuro
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