Opinión
'Para entender el deporte' 

Doctor Mario Antonio Ramírez Barajas 

El negocio del deporte

EL DEPORTE COMO UNA INDUSTRIA

Es curioso como entendemos el deporte desde una perspectiva recreativa o de entretenimiento, sin embargo, quienes están a cargo de él, lo interpretan como una industria productiva, al igual que el cine, la construcción o los automóviles.

Genera unas cantidades inimaginables de dinero y crece más que la economía de muchos países en proceso de desarrollo, no sólo eso, hay ligas profesionales como la NFL, por mencionar un ejemplo, con una conducta netamente empresarial y con ganancias que ya quisieran algunas transnacionales.

¿MÁS IMPORTANTE EL DEPORTE QUE LA PAZ?

Podríamos imaginarnos que la paz mundial, la concordia y los problemas entre los países deberían ser prioridad, luego entonces la ONU (Organización de las Naciones Unidas) seguramente debe ser la organización que agrupe una mayor cantidad países, pues aún y cuando no lo crean, hay 193 naciones integrantes; en FIFA, en futbol, 211, en WA (Atletismo), 214, y la FIDE, en ajedrez 195.

Luego entonces para nuestros estándares sociales es más importante el deporte que la paz mundial o el entendimiento entre las naciones, o al menos eso parecen indicar los fríos números.

¿CÓMO LO HAN LOGRADO?

Debería el deporte ser objeto de una atención mayor y detallada por parte de los sociólogos, pero no lo es, se necesitan más claves científicas para explicar contradicciones como las mencionadas anteriormente.

Aun así, es posible escudriñar en algunas estrategias para anclar esta industria en la sociedad moderna, veamos: claramente conectan la popularidad de los deportistas y el sentido de admiración despertado por ellos, con una especie de devoción, a veces casi religiosa, a partir del cual despiertan emociones, y esa precisamente es la clave mayor de todas, entendieron la necesidad de jugar y manipular nuestras emociones para incrustarse en lo más profundo del imaginario colectivo.

Por ejemplo, su preocupación mayor es generar aficionados en lugar de clientes, y esto es una gran diferencia con la mercadotecnia tradicional, el cliente puede cambiar de aires inesperadamente, el aficionado no, la preferencia hacia algún equipo, jugador o atleta se relaciona con muchos elementos, la región, el país, o las preferencias familiares. Tal vez puedas cambiar de marca de loción, difícilmente lo harás de equipo de futbol.

La necesidad de ocupar el tiempo libre con “algo” alienante.

La necesidad de ocupar el tiempo libre con “algo” alienante.

Foto. Autor

LO TRAEMOS EN LOS GENES

La siguiente idea es fundamental, trabajan a partir de la llamada “story telling”, esto es, contar una historia. En nuestros genes está profundamente insertada la curiosidad despertada por las buenas historias, seguramente nuestros ancestros al calor de una buena fogata “contaban”, en forma de narración, sus aventuras para lograr la caza esperada para alimentar a toda la tribu.

Así, los magnates de la industria del deporte logran atraer aficionados a partir de una historia mezcla de lucha, sufrimiento y felicidad; crean una identidad difícil de disociar a partir de construir un relato sobre el ser, hacer, el porqué, quién y cuándo, en el génesis de un equipo o club de cualquier deporte.

MÁS ENTRETENIMIENTO QUE RECREACIÓN

Los ídolos están profundamente incorporados a un sentimiento detonado a partir de un conjunto de emociones despertadas casi quirúrgicamente.

En lo personal, al deporte profesional lo entiendo, al día de hoy, mucho más cerca de la industria del entretenimiento que de la recreación o el juego, el dinero, interés de las grandes masas, y la necesidad de ocupar el tiempo libre con “algo” alienante, ha disparado la creación de un deporte espectáculo, similar al pan y circo de los romanos, orientado a generar crecimiento económico, distracción y entretenimiento a las grandes masas.

Un producto más de la economía de nuestros tiempos.