Opinión

¿Dónde está la oposición? (1)

A LOS ELECTORES:

+Debemos reflexionar sobre las promesas

incumplidas de la democracia.

Norberto Bobbio

Con frecuencia, amigos y familiares poco o nada complacidos con la 4T me preguntan un tanto desesperados dónde está la oposición, sobre todo ante los actos anticipados de campaña de las “corcholatas”.

Quisieran que ya apareciera un candidato a quién seguir, pero la lógica seguida hasta ahora por las organizaciones de la sociedad civil (OSC) activas en la política es distinta. Hemos visto con frecuencia alianzas electorales partidistas, pero no una propuesta de gobierno de coalición a nivel presidencial. La lógica es riesgosa y larga, porque de entrada hay que educar al electorado en esta forma de gobierno, tan frecuente en otras partes del mundo y sin importar si su régimen es presidencialista o parlamentario.

Para dar respuesta a quienes me preguntan, me di a la tarea de ver de manera diferida el Foro “Unidad y Gobiernos de Coalición”, organizado por la también coalición de (OSC) bajo el nombre de Unid@s (17 y 18 de abril). Ya ustedes, estimados electores, decidirán qué viabilidad ven al proyecto político.

Los líderes de Unid@s se alzaron las manos previo al inicio del foro

Los líderes de Unid@s se alzaron las manos previo al inicio del foro "Unidad y Gobiernos de Coalisión"

Cuartoscuro / Daniel Augusto Sánchez Moreno

En esta primera entrega comentaré lo que cuatro pre-candidatos expresaron sobre los gobiernos de coalición: Enrique de la Madrid, Santiago Creel, José Ángel Gurría e Idelfonso Guajardo. En los siguientes días me referiré a lo dicho por las precandidatas y, finalmente, lo que me llamó la atención sobre las propuestas de cada uno.

Los cuatro hablan de escuchar a la sociedad. No es nada nuevo que un aspirante prometa a escuchar a la población; lo novedoso es su compromiso formal con las OSC y la incorporación de sus demandas en tanto interlocutoras y convocantes de la vida política del país.

Los cuatro expusieron las virtudes de un gobierno de coalición (GC), tan antitético al lopezobradorismo que hoy vivimos.

Creel afirmó que en un GC implica la conciliación de las distintas perspectivas políticas de todos los partidos y las OSC. “La cuestión es a qué se le da prioridad y cómo. Esa conciliación se da a través del diálogo para producir bienes públicos. Y esos acuerdos son de largo plazo.” Por lo menos así sucede en otros países.

Un GC “es más estable,” expresó Gurría. “No es un gobierno de ocurrencias, ni de decisiones unipersonales, porque se discute mucho antes de tomar decisiones. Es superior como forma de gobernar,” porque cuando un presidente se desvía del programa, ahí están los partidos y la OSC para devolverlo al cauce de los compromisos contraidos. Suena posible, pues la coalición abarca lo legislativo.

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Creel se manifestó optimista sobre el GC, al afirmar que ya hubo una coalición durante “el proceso de transición, construyendo instituciones fundamentales como el IFE, el INAI y los demás organismos autónomos.” Lo hicieron “personas que pensaban distinto y con intereses diferentes.”

En síntesis, primero es el programa y luego el candidato.

De los cuatro precandidatos a quienes escuché, dos son resultado del aspiracionismo tan criticado desde Palacio Nacional, pero al cual ellos se refieren con orgullo. Guajardo, por ejemplo, es “hijo de un cartero que estudió hasta 6º de primaria y sacó adelante a seis hijos.” De ahí llegó a las mejores universidades internacionales y a trabajar en distintas dependencias de gobierno, lo mismo que en organismos internacionales. “Ojalá mi historia se pudiera multiplicar por miles,” remata.

En cuanto al aspiracionismo de Gurría, trabajó “en el sector público por 33 años, desde ser obrero general en Ciudad Madero, hasta ser secretario de Relaciones Exteriores.” Y presume que cuando fue “secretario de Hacienda, crecimos al 7% en el 2000.” De ahí pasó a la presidencia de la Organización de Cooperación y el Desarrollo Económicos, donde su “trabajo era cómo lograr que los 38 países miembros (de gobiernos de coalición la mayoría) pudieran mejorar sus políticas públicas. La OCDE se convirtió en una fábrica de soluciones y eso es lo que traigo a este lugar.”

Los otros dos nacieron en familias más acomodadas, pero no por ello nadaron de muertito; ambos se esforzaron en sus distintas encomiendas. De la Madrid está consciente de que empezó varios escalones más arriba. “Yo quiero que todos los mexicanos tengan las mismas oportunidades que he tenido yo: educación, formación, salud, servicios públicos, acceso a empleo. Y ahí sí, después dependiendo del mérito de cada uno, hasta donde alcance.”

Seguramente los precandidatos tendrán una aceptación distinta entre analistas y el electorado; algunos muy buena, otros regular y otros de plano nada como para ser postulados a la Presidencia. Sin embargo, no conquistar la candidatura no es impedimento para su permanencia en la coalición. Por lo pronto, este ejercicio muestra una coalición con cuadros para formar un gabinete interesante.

¿Qué propone cada uno? De eso le comentaré mañana. Hay perspectivas dignas de ser comentadas.

Ya ustedes, estimados electores, juzgarán.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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