Opinión

Oposición vs. oposición

En los últimos días, Movimiento Ciudadano ha sido el epicentro de la discusión política de quienes no simpatizan con el gobierno y los partidos que lo acompañan. Apenas el lunes 22 de marzo, el partido naranja se colocó en el foco del debate por la organización de un acto que, de inicio, provocó lo que buscaba, aunque no necesariamente tendrá los efectos finales deseado. Salomón Chertorivski, Jorge Álvarez Máynez y otros cuadros de aquel partido, citaron a la prensa para ‘develar’ una barda en la que se colocó un mensaje que desde hace algunas semanas asomó el propio Chertorivski en una entrevista: con el PRI, ni a la esquina.

Salomón Chertorivski

Salomón Chertorivski

TW Salomón Chertorivski

El mensaje de Movimiento Ciudadano provocó la molestia en los militantes tricolores, además de la solidaridad de Acción Nacional y el PRD por lo que se percibió como un ataque sí contra el partido fundado por Plutarco Elías Calles, pero también como un lance en contra de la alianza Va por México. De igual manera, el grueso de la sociedad civil organizada y politizada, así como buena parte de los analistas políticos señalaron que esta esta acción tuvo, en el mejor de los casos, un mal cálculo político por lo que podría representar de cara a las elecciones locales en el Estado de México. Sin dudarlo, la mayoría de quienes conocieron la estrategia del partido de Dante Delgado señalaron que Movimiento Ciudadano estaba haciéndole el trabajo sucio a Morena. En lo personal, coincido con estas visiones.

Los partidos agrupados en Va por México, así como Movimiento Ciudadano, forman parte de la oposición que habrá de medirse a Morena y sus partidos satélites en 2024. Es necesario, por lo tanto, que nuestro análisis parta de ese lugar, el de la oposición y su rol en una democracia. Cualquier partido que se encuentre en la oposición juega un triple papel: de contención a lo que realiza el partido mayoritario, de contraste a lo realizado por el gobierno y de alternativa para quienes no se encuentran conformes. Hasta aquí, tanto los partidos políticos aliancistas como Movimiento Ciudadano están en su lucha y cada uno, con sus estrategias y sus bemoles, ha buscado, en distinta medida y de diferente manera, ser contención, contraste y alternativa.

No obstante, al análisis meramente teórico de la oposición es necesario adicionarle la reflexión sobre la realidad política del momento que se vive. Dicho de otra manera, a la teoría hay que sumarle la coyuntura.

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Hoy como nunca en los últimos tiempos, la ciudadanía se encuentra extremadamente polarizada. Producto de los ataques y las descalificaciones encabezadas por el presidente de la República y continuadas por sus seguidores, la sociedad se divide en quienes simpatizan con el presidente y en quienes lo rechazan, lo que provoca que los puntos medios apenas se pueden distinguir. Hoy, la sociedad busca confirmar en la presidencia un movimiento rupturista con los anteriores regímenes o evitar lo anterior a toda costa y sin reparar en quién pueda encabezar el destino político del país por los próximos años. En ese contexto, buscar convertirse en la tercera fuerza política – detrás de Morena y del Partido Acción Nacional – es una estrategia de altísimo riesgo para Dante Delgado y los suyos.

Honestamente, dudo que Movimiento Ciudadano haya pactado con Morena y el presidente. Creo, más bien, que este partido está jugando a un pragmatismo político absoluto en el que se dejan de lado los intereses de la ciudadanía opositora y en el camino abona a la causa morenista. Los electores estamos presenciando la lucha de dos oposiciones de la que, de continuar, ninguno de los involucrados obtendrá lo que busca. Bien harían ambas, la oposición aliancista y la oposición naranja, en analizar con más cuidado el sentir de la sociedad y las expectativas de los electores que no simpatizan con Morena y López Obrador. La unidad que debe buscarse para reconciliar a una sociedad dividida y confrontada tendría que empezar en los partidos de oposición.

Profesor de la UNAM y consultor político

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com