Opinión

El paisaje antes de la batalla

Están ya prácticamente definidas las candidaturas para los principales puestos de elección, con miras al proceso electoral de 2024. Es momento de dar un vistazo al paisaje antes de la batalla.

Samuel García, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez

Samuel García, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez

Cuartoscuro

Claudia Sheinbaum parte con tres ventajas. Una, es la de haber recibido, así sea sólo formalmente, el bastón de mando de parte de Andrés Manuel López Obrador. Otra, que ahora Morena cuenta con un aparato partidista mucho más ordenado que hace seis años. La tercera, que se ha podido mantener, dentro de ciertos límites, la unidad dentro del movimiento morenista. Esas ventajas la ponen de entrada como favorita para ganar.

Pero Claudia también tiene dos desventajas. Una es grande: no es Andrés Manuel, no tiene su carisma. Tendrá que sustituirlo con ideas. El problema es que no pueden ser simplemente una calca de las de AMLO, porque entonces daría más fácilmente pie a la estrategia contraria, que es la de señalarla como una suerte de muñeco de ventrílocuo y de acusar a López Obrador de intentar imponer un Maximato. La otra, que tendrá que contender no sólo contra sus rivales, sino contra el desgaste natural derivado de los años de gobierno morenista, de los errores, omisiones y excesos del propio López Obrador.

Xóchitl Gálvez inició su camino hacia la presidencia con el pie derecho, al concitar amplios apoyos en la definición de la candidatura del Frente Amplio. Pero no ha podido ir mucho más lejos. El discurso de tocar las puertas de Palacio Nacional y de haberse hecho a partir de la cultura del esfuerzo, y no del privilegio, tuvo su efecto y rompe con algunas de las ideas nodales de Morena, pero no basta. Tampoco basta una cadena de sonrisas.

A estas alturas, los ciudadanos -potenciales electores- no saben cuál será la Xóchitl candidata, si será la mujer independiente que se presenta como no partidista y de ideas progresistas, o el vehículo a través del cual los partidos que la postulan -y de manera especial, el PAN- intentarán imponer su agenda. Está, además, todavía por verse si en esa agenda, los partidos han aprendido las lecciones del pasado, y no repiten las fórmulas que los llevaron a una derrota estrepitosa en 2018.

Samuel García será la apuesta de Movimiento Ciudadano. Vino de abajo en las encuestas para ganar Nuevo León, con un electorado que rechazó tanto al PRI-PAN, como a Morena. Tiene a favor su desfachatez, buenos números en el estado que todavía gobierna y, posiblemente, su capacidad para conectar con el electorado joven a través de una campaña muy diferente a las tradicionales.

Samuel tiene en su contra varias cosas: primero, que tiene que dejar las cosas bien atadas en Nuevo León, para que el Congreso estatal no lo haga tropezar; que hay evidentes diferencias entre su estado natal y el resto de México, en lo político y en lo cultural; que su partido está poco implantado en el país, salvo en unas cuantas entidades, y, finalmente, que nadie sabe cabalmente cuáles serán sus propuestas.

Si no pasa algo extraño, al final se tratará de una suerte de referéndum sobre la continuidad de la 4T, donde contarán mucho los “votos útiles”. Sheinbaum, por un lado, y algún candidato de la oposición, presumiblemente Gálvez, por el otro. García tendría que repetir a nivel nacional su hazaña local, en condiciones mucho más complejas, por la sencilla razón de que el antimorenismo es mayor entre los neoleoneses que en la media del país.

En la competencia por la jefatura de la Ciudad de México también están prácticamente definidas las candidaturas. Y ahí la lucha pinta de lo más interesante.

Morena decidió que la candidatura no sería para el aspirante mejor posicionado, Omar García Harfuch, sino para Clara Brugada, representante del ala más militante del movimiento. Eso no sería problema, de no ser porque en 2021 la oposición tuvo más votos en la ciudad que el bloque encabezado por Morena, a partir de una defección masiva de las clases medias que alguna vez votaron por López Obrador.

Esto implica otro tipo de apuesta: una es interna, y consistió en mantener tranquila a la base más ideológica de Morena; la otra, la que cuenta a la hora de medir votos, es jugar con la política identitaria de las mayorías. Al cabo, Clara va contra dos güeritos. La pregunta es si esa política basta, y más en una ciudad con votantes tan sofisticados como la capital de la república.

Santiago Taboada es el candidato único del PAN. Hubo que limar asperezas para que así fuera. Es el único alcalde capitalino que supera a Brugada en índice de aprobación (aunque hay que decir que tanto Benito Juárez como Iztapalapa son bastiones infranqueables de sus partidos). Lo importante para él será, por una parte, asegurarse el apoyo del PRD y del PRI (léase Adrián Ruvalcaba), que son más relevantes de lo que parecen a primera vista en la ciudad; por otra, más difícil, quitarse el sambenito de representante del “Cártel Inmobiliario”; por una tercera, avanzar en las zonas populares, que es algo que le ha costado trabajo a Acción Nacional (y donde pueden ayudarlo un poco los otros partidos del Frente).

Movimiento Ciudadano postulará a Salomón Chertorivski, coautor del añorado Seguro Popular, promotor temprano de los aumentos al salario mínimo real y excelente diputado federal. Chertorivski es, muy probablemente, quien mejor idea tiene de los problemas de la ciudad, entre los aspirantes a gobernarla; cuenta con un equipo joven y progresista, pero no tiene, en realidad, aparato partidista para darse a conocer y eso le dificultará competir en serio. También tiene enfrente el reto de penetrar a fondo las zonas populares.

En la capital, la ventaja de partida de Brugada es notablemente menor que la de Sheinbaum a nivel nacional. Bajo el supuesto de que el Frente Amplio mantenga la unidad, que no es una condicionante menor, Taboada puede ganar. El tercero en discordia, Chertorivski, deberá hacer una gran campaña -y esperar que Samuel crezca y no se desinfle- para poder entrar en la ecuación.

Así está el paisaje antes de la batalla. Veremos a lo largo de los próximos meses cómo irá cambiando.

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fbaez@cronica.com.mx

Twitter: @franciscobaez