Opinión

La piñata y las armas

En el Capitolio, legisladores republicanos quieren que un correligionario, de preferencia Donald Trump, regrese a la Casa Blanca. Por eso están en guerra política contra sus adversarios del Partido Demócrata.

Por eso también incurrieron en el exceso de emprender un juicio político en contra del secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, por no cuidar bien, dicen, la frontera con México.

Si de verdad quisieran regresar la paz a la frontera, los legisladores republicanos tienen un abanico de opciones. Pueden comenzar por controlar la venta de fusiles de asalto que terminan en manos de pistoleros de bandas mexicanas que llevan drogas a EU, entre ellas en fentanilo, y ponen en peligro la frontera entre ambas naciones.

Cada año entran al país 700 mil armas de empresas demandadas por México

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Pero con la industria de los armamentos los legisladores gringos no se meten. No los tocan ni con el pétalo de una llamada de atención porque perderían patrocinadores y apoyo político. Prefieren opciones estériles como agarrar de piñata a Mayorkas, que no soluciona nada, pero entretiene a los votantes.

Acapulco, un solo camino

La situación en Guerrero parece hoy fuera de control. Se supo que los obispos están buscando un acuerdo de paz con los narcos, mientras la procuradora de Justicia del estado pide licencia para dejar el cargo y atender problemas personales. El gobierno de Reino Unido alertó a su población sobre los riesgos de viajar a Guerrero por los problemas de seguridad.

Mientras tocan a la puerta eventos importantes que se organizan para relanzar Acapulco después del golpe devastador del huracán Otis, el puerto enfrenta problemas severos de acceso y movilidad.

La ruta de llegada vía terrestre es el Viaducto La Venta – Punta Diamante, camino al que desde hace meses no se le ha dado mantenimiento y es peligroso para la población del puerto y desde luego para los turistas.

Hay ofrecimientos concretos para colaborar con la rehabilitación de la ruta pero sin respuesta por parte de las autoridades.

El casino político de Morena

Llegó el momento de la avalancha de nombres y apellidos. La dirigencia nacional de Morena reveló que tiene 10 mil expedientes de otros tantos aspirantes a las diputaciones plurinominales del partido.

Llegar a San Lázaro sin ganárselo en una campaña sigue siendo una aspiración compartida y una opción estupenda para librar el desempleo, por lo menos durante tres años.

De ahí la necesidad de la tómbola que dadas las circunstancias aparece como una alternativa sensata y no una payasada como se pensaba antes. Dejarlo a la suerte, un casino político.

Ganar la tómbola es el primer paso. El segundo es pasar una revisión del expediente del ganador para saber de quién se trata, si es militante del partido, si no tiene antecedentes penales, si no es deudor alimenticio, para después ya anotar su nombre en las listas.

Morelos, nepotismo y violencia

En Morelos, la gente está molesta con el desempeño de Cuauhtémoc Blanco como gobernador.

Hay enojo y no se oculta, según se pudo confirmar durante la más reciente visita del presidente López Obrador a Cuernavaca quien tuvo que hacer frente a los abucheos a Blanco en un evento oficial.

El motivo más reciente de la molestia fue la revelación de una red de nepotismo del mandatario que tiene, se asegura, a media docena de familiares en la nómina del gobierno.

Ya falta poco para que Blanco pierda la red protectora del gobierno federal y entonces tendrá que rendir cuentas. Su problema menor son las acusaciones de nepotismo, lo realmente serio son los señalamientos de vínculos con generadores de violencia. La fiscalía del estado ya tiene listos varios expedientes.