
Un gran logro de José Antonio González Anaya, director del Instituto Mexicano del Seguro Social, es la apertura a la competencia de procesos que antes se manejaban en forma monopólica. Gracias al esquema desarrollado, el IMSS ha logrado abatir costos y obtener la mejor calidad en productos y servicios.
Uno de los casos recientes y exitosos es el de diálisis peritoneal en el Estado de Puebla. Después de que la farmacéutica estadounidense Baxter, presidida por Joe E. Almeida y dirigida en México por Víctor Pedrozo, había controlado en forma monopólica la diálisis peritoneal en dicho estado, ahora la acaba de ganar Pisa Nefrología, al ofrecer un paquete muy completo, de la mejor calidad en el mercado y al mejor precio.
A partir del próximo 18 de febrero, Pisa comenzará a servir a cerca de 1,900 pacientes renales de Puebla, lo cual comienza a generar una guerra mediática de parte de Baxter, en contra del Seguro Social. Esta práctica anticompetitiva de Baxter es casi parte de su esencia, ya que así lo ha hecho a lo largo de su historia en México y a nivel internacional cuando pierde una licitación.
Una campaña de este tipo la realizó Baxter en México hace aproximadamente ocho años, cuando el IMSS comenzó a realizar licitaciones para el servicio de diálisis peritoneal en diversas delegaciones estatales. Baxter había monopolizado este servicio médico desde finales del siglo pasado y en el momento en que perdió las licitaciones debido a que otras empresas como PiSA y Fresenius ofrecieron el mismo servicio a menor precio, Baxter armó una guerra mediática contra la competencia, lo que afectó profundamente al Seguro Social, ya que hasta el director de la institución en ese entonces tuvo que presentarse ante el poder legislativo para explicar lo que estaba pasando. Al final de cuentas, el Seguro Social ganó la batalla y Baxter tuvo que replegarse, ya que de no hacerlo lo hubiera vetado el gobierno para participar en nuevas licitaciones.
Estas malas prácticas de Baxter se comienzan a repetir ahora en Puebla. Sus acciones son diversas y van de menos a más. Cuando pierde, comienza a correr el rumor entre los pacientes y sus familiares de que el Seguro Social les van a cambiar los procesos y les dice que les va a afectar a su salud. Después organiza a grupos de pacientes para que formen una asociación civil y expresen públicamente su molestia ante el Seguro Social y el gobierno estatal. Para este proceso convocan a medios de comunicación.
Posteriormente, Baxter contrata a personas con capacidad de choque, para que con el grupo de pacientes que controla y con personal pagado organicen marchas y manifestaciones.
En forma paralela Baxter comienza a hablar de posibles actos de corrupción, de muertes y enfermedades graves de pacientes y de todo tipo de supuestas evidencias en donde expresa que el cambio de proveedor de diálisis es negativo. Además, convoca a organizaciones de derechos humanos para que supuestamente defiendan a los pacientes.
Con este tipo de medidas Baxter trata de recuperar los contratos perdidos, aún a costa de la salud de los pacientes que mal atendió en el pasado y a costa del desprestigio de la competencia y del Seguro Social.
Por fortuna, José Antonio González Anaya y el delegado del IMSS en Puebla, Rodolfo Reyes Coria no se amedrentan ante las amenazas y trabajan en beneficio de las finanzas de la institución y de los derechohabientes.
Ya veremos en las próximas semanas hasta dónde quiere y puede llegar Baxter para mantener el control de un servicio que cada vez se abre más a la competencia.
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