Opinión

Pueblos Mágicos, de abolengo cultural

Códice

La realización del Primer Tianguis Internacional de Pueblos Mágicos, que se lleva a cabo en la ciudad de Barcelona, España, fue el debut sincronizado de dos figuras de la política nacional, Quirino Ordaz y Claudia Pavlovich, ambos ex gobernadores priistas que aceptaron cargos diplomáticos en el gobierno de la Cuarta Transformación. El primero como embajador y la segunda como cónsul en la ciudad Condal, lo que elevó el interés de la prensa por el evento, pionero en muchos sentidos.

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Se trata un esfuerzo concertado entre el gobierno federal, estados de la República y alcaldías de los Pueblo Mágicos, para poner el nombre de México en el plano internacional en el inicio real de la recuperación del turismo después de los dos aciagos años de pandemia. Arranca en esto días una competencia feroz para atraer a los turistas que están deseosos de viajar, de tener experiencias inolvidables y recibir el mejor servicio posible a cambio de sus euros, libras, dólares o pesos.

Además de los personajes políticos citados, también fue protagonista en Barcelona, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, que ofreció a la delegación mexicana una cena previa de la inauguración del evento. No se olvida que Huasca de Ocampo, localidad hidalguense, fue la primera en recibir el nombramiento de Pueblo Mágico cuando arrancó, en el año 2001, este exitoso programa de la Secretaría de Turismo, creado como una alternativa a los tradicionales destinos de sol y playa, ya que se trata de poblaciones tierra adentro. Actualmente hay en la lista 132 entidades bajo el paraguas de la marca Pueblos Mágicos. La construcción de esta marca es el éxito más valioso del programa.

Desde luego que destacó la presencia de otro personaje político, un secretario de Estado, Miguel Torruco, de Turismo, que explicó que Pueblos Mágicos es la denominación que busca visibilizar las maravillas naturales, históricas, culturales, arquitectónicas y gastronómica de las poblaciones s incluidas. Torruco tuvo la idea audaz de promover estos destinos en el mercado internacional. Anticipó el debate e incluso la controversia, pero también sabe que si se quieren alcanzar mejores resultados hay que hacer cosas distintas, abrir brecha, hacer camino al andar. De la suerte de los Pueblo Mágicos depende directamente el ingreso de casi 250 mil familias mexicanas, solo por eso, por las oportunidades de empleo y abatimiento de la pobreza, valen la pena los esfuerzos.

En la delegación mexicana hay confianza en el nivel del producto que se ofrece, el de los Pueblos Mágicos, y por eso no se dudó en cruzar el Atlántico y acudir a una ciudad como Barcelona, uno de los centros turísticos más importantes del mundo. Se desplegó un esfuerzo de creatividad para generar patrocinios en el contexto de la muy estrecha relación que hay entre México y España en materia turístico. El embajador Quirino Ordaz recordó que estos países están conectados con casi 40 frecuencias semanales. El gobernador Fayad dijo que los Pueblos Mágicos tienen abolengo cultural que ha preservado por cientos años de cuidado a sus tradiciones y costumbres.

La magia es de quien la trabaja. Recupero esta expresión que he usado en otras ocasiones para recalcar que la consolidación y prosperidad de un Pueblo Mágico no es resultado de un conjuro o de unas palabras mágicas. Nada de eso, la única ruta para acceder a la magia es el trabajo diario, los 365 días del año, de los prestadores de servicios y de los habitantes del lugar, cuya participación es esencial en todo el proceso. Desde redactar la solicitud para entrar al programa, hasta la operación diaria.