Opinión

Recordando al Padre Pro

Se aproxima un aniversario más del fusilamiento del sacerdote jesuita Miguel Agustín Pro, quien fue pasado por las armas el 23 de noviembre de 1927, en plena Guerra Cristera (1926-1929).

Desde el momento de su fusilamiento, los católicos lo consideraron mártir de la fe y a su funeral acudieron unas 30 mil personas que llegaron indignados hasta el Panteón de Dolores en medio de vivas al Padre Pro.

Su proceso de beatificación inició el 24 de septiembre de 1935, hace 87 años, durante el período de Lázaro Cárdenas quien, a diferencia de Plutarco Elías Calles, la oposición religiosa del gobierno ya no fue por el camino de las armas y la represión, sino más bien, tornó por el camino de las expropiaciones y clausuras de las escuelas católicas, la reducción del número de sacerdotes por entidad, y modificando la Constitución para imponer una educación socialista.

Padre Pro

Padre Pro

Sin embargo, al mes de que Cárdenas tomó el poder, los Camisas Rojas que dirigía su Secretario de Agricultura, el exgobernador de Tabasco, Tomás Garrido Canabal, arrojó 4 asesinados en la puerta del templo de San Juan Bautista, en Coyoacán, y fue tal la indignación de la gente que, la sociedad se organizó y pidió la renuncia inmediata de ese funcionario, del Delegado de Coyoacán, y de otros funcionarios relacionados con el cremen, cuya víctima más visible fue la catequista María de la Luz Camacho, quien está en proceso de beatificación.

Desde el pontificado de Juan Pablo II, han sido beatificados y canonizados más de unos 40 mártires de la persecución religiosa en México. Uno de los primeros fue el Padre Pro, sin embargo, su causa parece estancada, no obstante, es de los beatos más conocidos y queridos por los fieles.

El padre Pro, a diferencia de otros mártires que fueron fusilados o ahorcados, por instrucciones de mandos medios del ejército que obedecía órdenes, fue fusilado en la Ciudad de México, con invitación a la prensa y en el cuartel policiaco que estaba en donde hoy es la sede de la Lotería Nacional. La orden de su fusilamiento fue directa de la presidencia de la República, se quería dar un escarmiento a todo el clero y a los católicos para que cumplieran la Ley Calles, pero la fe de la gente era mayor a la represión, y la Guerra Cristera se extendió por el Bajío, y a decir verdad, los cristeros estaban ganando la batalla al momento en el que se llegó a los acuerdos de paz.

La Iglesia sabe que tarde o temprano será canonizado el Padre pro porque es un fuerte candidato a los altares; en el dominó de los candidatos, su ficha saldrá, y tal vez el papa jesuita haga algo por apresurar su reconocimiento, al menos, eso lo desean algunas personas.

¿Qué detiene el proceso? ¿La falta del milagro que exige la Comisión para las causas de los santos? o ¿hay alguna otra razón? El tiempo lo dirá.

El Padre Pro es conocido y venerado internacionalmente, e incluso, hay una película biográfica e histórica que se ha exhibido en varios países, y que se estrenó en el 2007; fue filmada en Bélgica, Estados Unidos y México con un magnífico reparto.

Ahora los restos del beato Pro reposan en una urna en la Iglesia de la Sagrada Familia en la colonia Roma, donde él prestó sus servicios.