Opinión
El regreso de Trump ¿es una noticia mala… o una buenísima?
Fran Ruiz

El regreso de Trump ¿es una noticia mala… o una buenísima?

De los 46 presidentes que ha tenido Estados Unidos, sólo uno tuvo dos mandatos no consecutivos: el demócrata Grover Cleveland, quien gobernó de 1885 a 1889, y tras perder la reelección frente al republicano Benjamín Harrison, volvió a gobernar de 1893 a 1897, tras ganar las elecciones al presidente Harrison. Pues bien, con el anuncio de este martes, Donald Trump quiere seguirle los pasos y convertirse en el segundo presidente con dos mandatos no consecutivos.

La explicación a que nadie más lo haya intentado es que todos fueron fieles a la regla no escrita según la cual los presidentes que fueron derrotados en las urnas entienden el mensaje y se retiran honrosamente de la vida política. Pero Trump es diferente a todos por dos motivos: primero, porque es el único que se niega a reconocer su derrota e insiste en que hubo fraude; y segundo, porque lo mueve un instinto muy peligroso y muy poco democrático: el deseo de venganza.

Ese odio que transmitió Trump a sus seguidores y los republicanos fue el que degeneró en el asalto al Capitolio en enero de 2021 y el que acabó secuestrando al partido de Lincoln hasta convertirlo en una especie de secta conspiranoica, en la que los sacerdotes se pelean por conseguir el favor del líder.

Fue el caso, por ejemplo, de Kari Lake, la presentadora de Fox News que llamó la atención del expresidente por cómo defendía rabiosamente y sin discusión alguna su victoria frente al demócrata Joe Biden. El apoyo de Trump fue decisivo para que la periodista negacionista ganara a sus rivales la candidatura republicana a gobernadora de Arizona. Pero este apoyo del expresidente no le sirvió para derrotar a la demócrata, Katie Hobbs, quien se convertirá en la nueva gobernadora, como se conoció este martes, una semana después de las elecciones. La cuestión es ¿por qué fracasaron los republicanos en Arizona?

Básicamente, por lo mismo que podría pasar a nivel nacional dentro de dos años: porque el extremismo de Trump y de sus candidatos sirve para arrasar entre la base conservadora, pero no entre la base electoral en general. La explicación de por qué no hubo la tan anunciada “ola roja” es porque miles de estadounidenses levantaron un dique con sus votos demócratas para impedir que los fanáticos tomen el control del Congreso.

Sólo cuando le han visto las orejas al lobo los políticos republicanos están empezando a dudar si sería conveniente una candidatura de quien no fue capaz de ganar un segundo mandato y perdió el control del Congreso.

“Es la tercera elección seguida en que Trump nos cuesta la derrota; y es como en el beisbol: tres fallos del bateador y estás fuera”, declaró hace dos días el gobernador saliente de Maryland, Larry Hogan.

Así que, el regreso de Trump es, efectivamente, una mala noticia porque no tiene rival para hacerse en primarias con la candidatura presidencial republicana y tendremos que soportar su presencia en los medios de aquí a las elecciones de noviembre de 2024; pero es una muy buena noticia porque su candidatura es la mejor garantía de que los independientes, los indecisos y los moderados votarán al oponente demócrata, con tal de que no regresen los años oscuros del trumpismo a la Casa Blanca.