Opinión

¿Y después de la revocación?

Este domingo tendremos la primera jornada de una revocación de mandato, la segunda de un ejercicio de democracia directa en el ámbito nacional.

Cuartoscuro

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Con independencia de los resultados que la votación arroje, vale la pena pensar en el día siguiente. ¿Qué debemos todas y todos hacer con esta figura?

Me parece que debemos realizar un ejercicio de revisión de todo el procedimiento. Y que esto es algo que nos debe importar como ciudadanía; aquí apunto algunas ideas:

En primer lugar, tanto las autoridades como las distintas academias, y desde luego, todas las personas interesadas, podríamos reflexionar acerca de cómo estamos acomodando estos mecanismos de democracia participativa, en un contexto primordialmente de democracia representativa. ¿Hemos encontrado un encaje legal adecuado? ¿Estamos realizando una auténtica pedagogía ciudadana para su uso?

En segundo lugar, las autoridades, tanto electorales como legislativas y ejecutivas, podrían analizar si su actuar ha sido el adecuado para la ejecución de este mecanismo. Por ejemplo, estudiar si el marco legal, que parece haber sido considerado inadecuado ya en el proceso, es el correcto o si debe de cambiar.

También si la provisión de fondos ha sido la adecuada, así como la promoción del evento. En cuanto a las personas funcionarias públicas, cabe meditar acerca de sus deberes de imparcialidad y neutralidad, así como el impacto de sus redes sociales.

Los partidos políticos, que tienen una participación muy acotada, ¿deberían poder posicionarse de forma abierta?

Sería muy interesante que las autoridades electorales, tanto el INE como los organismos electorales locales, realizaran una revisión completa del procedimiento ejecutado. Esto les permitiría encontrar cuellos de botella, problemas logísticos, situaciones que ameriten una corrección.

Estos ajustes podrían darse desde una reforma a la ley, o mediante ajustes de los procedimientos internos realizados por la autoridad. Para esto podría elaborarse un “Libro blanco”, que sirva de base para una propuesta legislativa; es cierto que la autoridad electoral nacional no tiene derecho de iniciativa, pero estoy seguro que un buen proyecto de ajustes podría ser acogido favorablemente por amplios sectores de las cámaras.

Ahí podrá resultar interesante lo que aporten las personas acreditadas como observadoras para esta jornada. Seguramente apreciarán situaciones que ni las autoridades ni el órgano legislativo hayan previsto o supuesto.

A todas y todos nos interesa que la democracia mexicana funcione. Mejorarla es una labor ciudadana, no solo de quienes gobiernan.