Opinión

Más señales de alerta sobre Pemex

Ya son varias las alertas que especialistas y calificadoras han enviado a los mercados poniendo de relieve la situación financiera de PEMEX, que dirige Octavio Romero Oropeza. La más reciente, del pasado 8 de noviembre, fue la que lanzó la importante calificadora S&P Global Ratings a través de uno de sus voceros quien afirmó que a la llamada empresa productiva del estado le urge una cirugía mayor.

Octavio Romero Oropeza, director de Pemex

Octavio Romero Oropeza, director de Pemex

Cuartoscuro

A pesar de que las inyecciones a capital son una solución a corto plazo, en el Presupuesto de Egresos de la Federación ya aprobado por el congreso, aparecen partidas multimillonarias para seguir subsidiando la ineficiencia de la petrolera estatal. En cualquier empresa privada que estuviera en una situación similar, ya se hubiera cesado a su director y a todo el equipo gerencial por sus pésimos resultados. Sin embargo, para nuestro gobierno el estar canalizando los enormes recursos que recibe PEMEX, se considera una estrategia para rescatar la llamada soberanía energética.

Grave error porque esta política de subsidio provocará serios estragos en la situación financiera del país en general y será el próximo gobierno quien tenga que enfrentar esa problemática con una estrategia distinta que contemple cerrar las refinerías ineficientes, cambiar por completo al cuerpo directivo y proponer un plan integral de reestructuración que evite la sangría de dinero que hasta la fecha provoca PEMEX al erario. Se trataría de un verdadero plan de choque ya que de lo contrario las finanzas públicas se verán cada vez más presionadas y se tendría que acudir a un mayor endeudamiento.

La solución más adecuada sería una reforma fiscal integral que permita al estado elevar considerablemente su recaudación, pero esto se ve difícil de realizar, sobre todo si el próximo gobierno continúa con una política similar a la que el presidente López Obrador ha seguido durante el sexenio que está por terminar.

Para él o la próxima presidenta/e será todo un reto el manejo de la economía con tantos nubarrones en el horizonte, una clase media que demanda mejores oportunidades de trabajo bien remunerado, más de 30 millones de mexicanos sin acceso a servicios de salud, el nivel de inseguridad, nunca antes visto, la urgente necesidad de generar energías limpias, que preserven el medio ambiente, el combate a la pobreza extrema y la reconstrucción integral de Acapulco, que no será el mismo después de los estragos ocasionados por Otis.

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El 2024 puede resultar un año crítico si se pone en riesgo la gobernabilidad ante la exigencia de parte de la sociedad civil, del respeto irrestricto a la constitución y a los órganos autónomos e independientes como el Poder Judicial, el Tribunal Electoral y el INE principalmente.

Lo que se ha estado viendo en las acciones de gobierno de Morena, son prácticas idénticas a las del PRI en el pasado. Un partido dominante a favor del autoritarismo en el ejercicio del poder ejecutivo y una polarización aún mayor entre la sociedad. El común de los ciudadanos piensa que Claudia Sheinbaum será manejada por el presidente López Obrador, quien seguirá a distancia tomando las decisiones fundamentales en el país, con la justificación de consolidar el llamado movimiento de transformación que encabeza.

Veremos, si fuera Claudia Sheinbaum la triunfadora en las elecciones del próximo año, cuando se cruce la banda presidencial, si su cita con la historia será para ejercer su cargo de manera independiente o bien, para ser recordada como una presidenta débil y a las órdenes del jefe máximo.

@fer_martinezg

fermx99@hotmail.com