Opinión

Hacia la séptima revolución industrial

Por quinta ocasión, en las instalaciones de la Base Aérea Militar No. 1, ubicada en Santa Lucía, Estado de México, se realiza la Feria Aeroespacial de México (FAMEX), que desde 2015, organiza la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la Fuerza Aérea Mexicana.

Desfile Aéreo FAMEX

Desfile Aéreo FAMEX

Cuartoscuro

La FAMEX, inició como una iniciativa para impulsar a México en el desarrollo económico del sector aeronáutico; hoy es considerada la Feria Aeroespacial más importante en América Latina, a la que acuden líderes del sector aeronáutico, expositores, empresarios nacionales e internacionales, así como instituciones académicas para favorecer el intercambio comercial e impulsar el crecimiento de esta industria.

Además de su misión para constituirse en un ente sustentable, con prestigio y liderazgo, que genere atracción de inversión extranjera directa, empleos en la comunidad aeronáutica nacional, que promueva la industria aeroespacial del país, la aviación civil y militar, la tecnología y productos de defensa. La FAMEX es generadora de espacios y foros donde participan diversas instituciones educativas que buscan estrechar la vinculación con organismos y empresas a fin de enriquecer las expectativas y la formación del capital humano, altamente especializado, que requiere esta industria.

Previo a ello, el pasado 11 de abril, la Agencia Espacial Mexicana (AEM), organismo descentralizado de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), informó que la Cámara de Diputados aprobó una reforma constitucional en materia espacial.

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“Abatiendo un rezago histórico, se crea el andamiaje legislativo que permitirá desarrollar actividades espaciales relacionadas a la industria, energía, telecomunicaciones, salud, agricultura, medio ambiente, desarrollo urbano, cambio climático, desastres naturales, y más”, destacó el titular de la AEM.

En ese tenor, en consonancia con la actual era digital en el mundo, las actividades en el espacio ultraterrestre, incluso en la luna y los cuerpos celestes, ahora se considerarán áreas prioritarias para el desarrollo nacional en los términos de la Constitución.

Al respecto, las y los legisladores coincidieron en que esta reforma sienta las bases para construir un nuevo capítulo de generación de conocimientos e innovación en el país, e incentivar la inversión pública y privada para la investigación y exploración del espacio, pero ahora con talento mexicano.

Cierto es que, en los años recientes, nuestro país ha comenzado a dar pasos firmes en materia aeroespacial. Y desde luego, en ese caminar es indispensable la labor de las instituciones educativas, más ahora que, tras la pandemia, se intensificó la condición de vivir en una cultura digital e inteligencia artificial enfocada al desarrollo de sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el reconocimiento de patrones, el aprendizaje, la toma de decisiones y la resolución de problemas.

Desde hace mucho, en la naturaleza humana se acrecentó el deseo de tener la posibilidad de prever alternativas y escenarios probables ante diversas situaciones y formas de proceder. La inteligencia artificial, rompiendo paradigmas, hoy nos acerca a entornos virtuales generados a partir de un ordenador; son modelos o réplicas virtuales exactas de entornos o sistemas físicos existentes en la vida real.

Para los especialistas en general, la inteligencia artificial se refiere a la simulación de la inteligencia humana en máquinas que están programadas para pensar como los humanos, imitar la forma de actuar humana o mostrar rasgos asociados a una mente humana, como el aprendizaje y la resolución de problemas.

Aunque la mayoría de los psicólogos actuales no creen que la mente humana pueda llegar a simularse totalmente por medio de programas de ordenador, es innegable que, en todo este proceso cognitivo, labor de las instituciones educativas debe estar en constante dinamismo a fin de fomentar la innovación tanto en las tareas y métodos didácticos como en el acompañamiento del talento, y el desarrollo de las habilidades de los estudiantes que, desde los primeros años de educación escolar, dejan ver que los tiempos y condiciones conllevan a nuevas responsabilidades.

En la industria 5.0 el objetivo es la formación de equipos entre robots y seres humanos para desarrollar al máximo el potencial de ambos. El trabajo colaborativo dará como resultado un mayor enfoque en la creatividad humana aplicada al día a día. El reto será en este acompañamiento, pero si la Inteligencia Artificial supera a la humana ya no hablaremos de seriales revoluciones, que tanto estamos preparando en la educación o ahí de plano ya nos rebasó.

Es de llamar la atención que hemos empezado a ver un futuro prometedor en la industria aeroespacial y debemos aprovechar esta expectativa en impulsar a generaciones de jóvenes dispuestos a tener nuevas opciones profesionales de desarrollo y una percepción en la población de que formaremos parte de los grupos humanos que en las próximas décadas viajarán a los planetas cercanos y sus satélites, bases de las primeras colonias humanas extraplanetarias.

Hagamos realidad ser parte de ese sueño ha llenado libros y películas de ciencia ficción donde casi nunca aparecían latinos y raramente mexicanos