Opinión

Sobre las vacunas y las secuelas del COVID

Todavía no sabemos la dimensión que tendrá el nuevo síndrome que ahora conocemos como  COVID-largo, del inglés long-COVID, que está compuesto por una serie de manifestaciones clínicas o secuelas que estamos viendo en pacientes que tuvieron COVID.

Covid, aun en las noticias

Covid, aun en las noticias

No está claro si la frecuencia de secuelas de COVID es igual en individuos que hayan tenido COVID a pesar de haber sido vacunados. Sabemos que las vacunas han sido útiles para evitar las formas graves de COVID, pero no previenen por completo la posibilidad de desarrollar COVID leve a moderado, particularmente por las variantes del SARS-CoV-2 que surgieron después de que fueron hechas las vacunas. Un grupo de investigadores de la Universidad de San Luis Missouri realizó un estudio con la base de datos del sistema de salud para veteranos de los Estados Unidos que arroja resultados interesantes, publicados la semana pasada en la revista Nature Medicine.

Analizaron el desarrollo de síntomas o disfunción de diversos órganos en 33,490 individuos que tuvieron COVID, catorce días o más después de haber recibido la vacuna de Janssen, dosis única, o de la segunda dosis de las vacunas de Pfizer o Moderna. Los grupos comparativos fueron varios: uno compuesto por 4,983,491 controles contemporáneos, otro con 5,785,273 controles históricos y el tercero con 2,566,359 controles vacunados que no tuvieron COVID. Comparado con los controles contemporáneos, en el grupo que tuvo COVID, 30 días o más después de haberlo tenido, el riesgo de muerte y de secuelas de COVID fue mayor, con riesgo relativo de 1.75 y 1.50, respectivamente. El riesgo de secuelas o manifestaciones crónicas se ve no sólo en el sistema respiratorio, sino también con problemas cardiovasculares, de coagulación o hematológicas, gastrointestinales, renales, metabólicos, mentales, neurológicos y algo sistémico como la fatiga, con riesgos relativos que van desde 1.4 hasta 2.4 para cada una. El riesgo elevado similar también se observó con los otros grupos controles, los históricos (antes de que existiera el COVID) y los vacunados que no tuvieron COVID. En todos los casos el riesgo de secuelas post-COVID fue mayor, mientras más grave fue el cuadro agudo. Finalmente, se hizo también comparación con otros dos grupos. Uno de 113,474 pacientes que tuvieron COVID y no habían sido vacunados y otro de 14,377 pacientes que fueron hospitalizados por influenza. En el primer caso, se observó que el riesgo de secuelas fue menor en los vacunados que tuvieron COVID y en el segundo se confirma que las secuelas se asocian con haber tenido COVID y no con influenza.

El trabajo muestra que en pacientes vacunados que tuvieron COVID el riesgo de secuelas es menor, como entre 15 y 20%. Es decir, la prevención de secuelas existe, pero es marginal. Estos resultados son una evidencia adicional de la importancia de observar medidas de precaución para no contagiarse de COVID, aun si se recibió vacuna, porque si bien podría ser un COVID leve, el riesgo de quedar con alguna secuela existe. Por otro lado, esta evidencia apunta hacia posibles mecanismos inmunológicos como parte de la fisiopatología de las secuelas. Es decir, que por haberse infectado con COVID se generen mecanismos autoinmunes que sean los que produzcan las manifestaciones a largo plazo en diversos órganos. El hecho de que haya secuelas en órganos diferentes al pulmón también sugiere que el fenómeno puede ser autoinmune.

Aunque todavía no lo vemos en datos oficiales, aparentemente hay un pequeño aumento en el número de casos de COVID, ya que hemos sabido de personas cercanas infectadas o, trabajadores del hospital con pruebas positivas. No dejemos de cuidarnos.

Dr. Gerardo Gamba. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM