Opinión

La tristeza o la alegría: tú decides

La tristeza y la alegría son emociones humanas muy complejas, pues muchas ocasiones no sabemos con certitud qué las detona en nuestro estado de ánimo.

La primera se caracteriza por sentimientos de desánimo, pérdida, desesperanza o decepción. La segunda por optimismo, esperanza aprecio por todo lo que nos circunda y sobretodo ilusión por lo que vendrá a nuestra vida.

Aunque todas las personas de diferentes culturas y orígenes experimentan estas emociones, la forma en que se expresan puede variar significativamente entre individuos y contextos sociales.

Es comprensible sentir mucha tristeza ante la pérdida de un ser querido, decepción por el fracaso de una relación importante para nosotros, un cambio no favorable en el trabajo, etc. pero debemos hacer énfasis en la importancia de lo que necesitamos realizar para la recuperación de nuestra alegría y felicidad, así como de nuestra estabilidad emocional, puesto que de todo esto dependerá incluso nuestra salud física y mental en el futuro.

Cuando la tristeza es intensa y se prolonga, afecta la capacidad de la persona para funcionar en su vida diaria. Esto puede significar un trastorno depresivo que llegue a afectar las condiciones de salud mental y aún física de la persona. Entonces es el momento de buscar ayuda profesional para superar esta condición.

Está comprobado que la tristeza influye sobremanera en la aparición y desarrollo de las enfermedades. Las investigaciones han demostrado que los pensamientos y las emociones negativas influyen en el sistema inmunológico, en el sueño y en el apetito.

Por el contrario, la alegría hace que nuestro cuerpo segregue endorfinas que constituye un elemento físico-químico que propicia la sensación de felicidad. En este caso también está comprobado que los pensamientos altruistas y optimistas, benefician sobremanera la armonía del sistema inmunológico blindando al individuo contra muchas enfermedades.

En ocasiones para cambiar de la tristeza a la alegría podemos utilizar nuestra imaginación, ya que esta es un instrumento que siempre está a nuestro alcance. Con la imaginación podemos visualizarnos en la mejor versión de nosotros mismos, en como deseamos ser, que cambios debemos realizar para ser mejores y superar las deficiencias que sentimos insuperables.

La imaginación nos ayuda a planificar y a visualizar nuestro futuro. La imaginación es también clave para establecer nuestras metas y aspiraciones. Y se sabe que visualizar el éxito en las tareas futuras puede aumentar la motivación y la confianza para perseguir nuestros objetivos.

La imaginación nos ayuda a darle un sentido a nuestra vida, a soñar en las circunstancias y en la vida que deseamos obtener y todo ello, inconscientemente nos brinda valentía y empuje, sentimos que algo nos va señalando el camino a seguir para lograr nuestras metas.

Con el paso del tiempo muchas personas pierden su frescura y se convierten en personas demasiado “responsables” y por lo tanto adustas, dejan de soñar despiertas, sin saber qué ese, es otro de los grandes secretos de la felicidad.

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