Opinión

Ucrania, un puente en fractura

El primer paso para una paz duradera en Ucrania –si es que aún hay tiempo-- es la reconciliación de su propio pueblo, asumiendo su papel como país independiente que ya no forma parte de la URSS, porque esta dejó de existir en 1991, y tampoco lo es de occidente. ¿cómo es esto posible? Siendo un puente entre ambas, un camino de diálogo y no como parte de una o de otra.

Ucranianos residentes en México protestan frebnte a la embajada de Rusia./

Ucranianos residentes en México protestan frebnte a la embajada de Rusia./

EFE

Ciertamente, desde el siglo XIV, Ucrania ha sido dominada por países extranjeros, pero su historia los enriquece y genera experiencia que debe ser aprovechada; la independencia como país debe invitar al diálogo, primero al interno a sabiendas de que hay facciones divididas y antagónicas, luego hacia el mundo exterior.

Para sobrevivir a los intereses de las potencias extranjeras, Ucrania debe desechar la idea de pertenecer al este o el oeste. Ciertamente la historia de Rusia está marcada por Ucrania desde siglos atrás. Por poner un ejemplo, el cristianismo llegó a Rusia por Kiev lo que impactó culturalmente a todo el país desde el año 986, con el gobierno de Vladimiro. Rusia desechó al islam y prefirió ser cristiana, y Bizancio optó por una iglesia rusa única y unificada cuyo metropolita de Kiev residiera en Moscú.

Después de la caída de Constantinopla en manos de los turcos, la Iglesia moscovita se asumió como la Tercera Roma, puesto que la segunda, en Turquía que era la sede patriarcal del principal Patriarca ortodoxo por ser el heredero de la línea de San Andrés, el hermano carnal de San Pedro, había caído en manos musulmanas.

Desde entonces, la religión ortodoxa está presente en Rusia como un signo de responsabilidad y en su cultura se advierte en la obra literaria de algunos de sus grandes escritores como son Dostoievski y Gogol.

La parte occidental de Ucrania se incorporó a la URSS en 1939; Nikita Kruschev era oriundo de una aldea vecina a Ucrania. El 60 por ciento de la población de Crimea es rusa, y por lo mismo, el camino a la paz, nunca debió ser la imposición de un grupo sobre otro sino, el diálogo y la reconciliación. Como país lleva poco más de dos décadas de ser independiente.

En la era soviética, la Iglesia sufrió persecución y un fuerte golpe. Cerraron seis de cada 8 templos, más de 800 monasterios, 7 mil iglesias parroquiales y fueron encarcelados al menos tres obispos y cientos de sacerdotes, y en Ucrania surgieron cismas bajo la bandera del nacionalismo ucraniano condenado por el Patriarcado de Moscú.

Luego de la independencia de Ucrania, el 7 de septiembre de 2018, se concedió la autocefália a la Iglesia de Kiev y el actual Metropolita es Epifenio I de Ucrania, quien tiene bajo su mando 44 diócesis, 79 monasterios, 10 seminarios, y 7122 parroquias, siendo la sede el templo de San Miguel de la Cúpula dorada.

En 1995 el 55 por ciento de la población se declaraba ortodoxa, aunque el 70 por ciento de la población rusa había sido bautizada por esta iglesia.