Opinión
Dr. Mario Antonio Ramírez Barajas

La vejez entra por las piernas

Entrar a la vejez por la puerta de enfrente

Hace unos días, después de un trámite bastante surrealista, como suele ser usual en México, logré obtener mi credencial que certifica mi llegada al sexto piso, o sea ya tengo más de 60 años; tal vez debería de preocuparme por lograr una tercera edad exitosa.

La primera corre a cargo de los padres y la familia, la segunda, enlazada con el impulso de la juventud y las presiones de la vida adulta, pasa como un suspiro, la tercera, si no tiene las condiciones de calidad de vida correctas puede ser muy larga y complicada en su percepción.

Lo primero es arribar al invierno de nuestra vida con suficiencia económica, sin la obligación de acudir a los cercanos para las necesidades básicas, no siempre la gratitud y solidaridad se presentan en todos los núcleos familiares.

Lo segundo y, no menos importante, es conservar el instrumento del cuerpo en buenas condiciones. Experimentar al mundo con nuestras capacidades funcionales eficientes en la parte física, hacen la diferencia entre el acceso a la tercera edad por la puerta de enfrente o por el patio trasero.

La venganza del sillón

Recordé un estudio de 2006, publicado por Fernando Gómez Pinilla, sostiene que nuestro mapa genético no ha cambiado prácticamente nada desde los tiempos en los que éramos recolectores y cazadores, obligados a recorrer grandes distancias y tener un estilo de vida activo para alimentar a nuestro voraz cerebro y garantizar la sobrevivencia, en esencia seguimos genéticamente programados para el ejercicio, después de la revolución industrial hemos cambiado nuestro estilo de vida por uno más sedentario.

Teníamos la necesidad de generar actividad física para competir por los recursos energéticos para la supervivencia, se le puede llamar “motricidad”, y se conectó irremediablemente con el incremento de nuestra aptitud mental, los genes no mienten, movimiento y habilidades cognitivas se encuentran íntimamente relacionadas.

Nos hemos convertido, como efecto de los avances tecnológicos, en una sociedad perezosa y en “The revenge of the sit”, Pinilla nos advierte: la venganza será en nuestro cuerpo y el cerebro.

La dieta industrializada y el sedentarismo están listos para cobrar la factura.

El experimento de los gemelos del Kings College

En Londres en el Kings College existe un departamento especializado en estudiar a los gemelos, la pregunta básica es sorprendente: ¿Cómo explicar que envejezcan diferente si tienen el mismo material genético y comparten la educación y entorno?, la respuesta es simple, la diferencia la hace su nivel de actividad física en la juventud y en su vida adulta y, por supuesto en la tercera edad.

Y se nota en las piernas.

No me atrevo a definir al envejecimiento, pero su avance se nota ferozmente en el cuerpo.

De acuerdo con los resultados de su estudio con los gemelos, mientras las piernas sean más fuertes, mejor envejecerá el cerebro. La fuerza de las piernas es un indicador de salud física y mental en la tercera edad.

Claire Steves, responsable de la investigación afirmó: "Cuando se trata de envejecimiento cognitivo, la fuerza de las piernas fue el factor que tuvo un mayor impacto en nuestro estudio…Otros factores como la salud del corazón también fueron importantes, pero el vínculo con la fuerza de las piernas permaneció incluso después de que tomamos en cuenta estos factores".

Caminar al menos 20 minutos diarios es un neuro protector. Montaigne dijo; “…el objetivo de la vida es morir viejo siendo lo más joven posible…”. 

La clave de eso es... el ejercicio.

Dr. Mario Antonio Ramírez Barajas

maramire2001@gmail.com