Opinión

La violencia de género: un reto permanente para la Industria Cinematográfica

Si hay una industria en la que se vive con entrega e intensidad es sin duda la cinematográfica, principalmente porque el trabajo que realizamos requiere de mucho talento, pasión y entusiasmo.

El esfuerzo que se requiere para llevar a cabo una filmación es titánico; una conjunción de creatividad y tecnología. El cúmulo de factores que interactúan es muy amplio, lo que da pie a que se generen situaciones idóneas para sacar lo mejor y lo peor de cada persona.

Yo empecé a trabajar en este medio hace más de 37 años. En 1999 fundé EFD, que nace del esfuerzo por satisfacer las necesidades técnicas de la industria audiovisual. Una combinación de emociones y de incertidumbre fueron los sentimientos que me acompañaron, pero siempre tuve claro que el trabajo iba a ser intenso y en equipo. Esa ha sido nuestra esencia. Empezamos EFD con siete personas, dos sets de lentes, pocas luces y dos trasportes. Hoy en día EFD se ha consolidado como la empresa de alquiler de equipo cinematográfico más grande de Latinoamérica, y se coloca entre las 10 más grandes del mundo.

Si bien esta industria me ha dejado muchas de las experiencias más valiosas de mi vida, también es cierto que he experimentado en carne propia todo tipo de atropellos. Recuerdo alguna vez cuando un prestigiado director de una escuela de cine me dijo enfrente de uno de sus colegas que no podía concentrarse cuando yo estaba ahí porque mi físico “lo distraía”. En diversas ocasiones escuché cómo mi trabajo y EFD eran desestimados por ser yo, la directora de la empresa, mujer.

De una u otra forma, la mayoría de las mujeres que trabajamos en este sector seguimos enfrentando situaciones de violencia y desigualdad. No solo la violencia de género ha cobrado relevancia, sino todas aquellas violencias que nos aquejan como la discriminación racial o de identidad sexogenérica, la discriminación contra personas con discapacidad, contra personas con neurodivergencias, entre otras.

En noviembre de 2017 en Hollywood comenzó el movimiento #MeToo, el cual dejó al descubierto abusos sexuales y de poder sobre mujeres (actrices y jóvenes talentos) en el ámbito cinematográfico, lo que desencadenó una protesta global de las mujeres contra el acoso y la violencia sexual. A partir de 2019 este movimiento se extendió a Latinoamérica.

En EFD hemos ido conformando un equipo de trabajo donde la mayoría de los puestos directivos son ocupados por mujeres, se han creado espacios de igualdad y de cuidado para quienes ahí trabajamos. Sin embargo, hace algunos meses, recibimos una queja alegando violencia digital que nos puso en alerta de lo mucho que todavía hay por hacer para lograr un lugar laboral acorde con los retos de los tiempos que hoy vivimos.

Fue así como Dariela Ludlow, una talentosa y respetada directora de Fotografía, me sugirió llamar al Boston Center, una organización experta en temas de diversidad, inclusión y prevención de violencia en los ámbitos laborales. Así lo hicimos y la perspectiva de todo se abrió.

Con el Boston Center comenzamos un proceso de reeducación para cada integrante de la empresa, así como para los cientos de mujeres y hombres técnicos que usan nuestros equipos. Trabajamos para diseñar un Protocolo para la prevención, atención y resolución de casos de discriminación, acoso y hostigamiento tanto laboral, como sexual. El Protocolo es una herramienta que promueve la seguridad y el respeto entre las personas que conforman la organización. Se instaló un Consejo Permanente de expertas que sirve como una instancia privada e independiente de investigación y resolución de casos de acoso, hostigamiento, discriminación y cualquier violencia que pueda manifestarse hacia una persona dentro de la empresa.

Tomamos cursos en línea tanto el personal de planta de EFD como las y los prestadores de servicios técnicos. Este curso, que pertenece a la plataforma de Diversipedia es una capacitación en la que al final recibes un certificado. Este tipo de acreditaciones me parece muy importante y debería ser exigido en las producciones como lo hacemos con los certificados de Covid.

La productora Mayte Argüelles y la directora/fotógrafa Sofia Stiglitz han trabajado de la mano de expertas en comunicación del BC en un proyecto audiovisual que esperamos contribuya a abrir la discusión para incentivar mejores prácticas no solo en EFD sino en nuestro entorno social y laboral.

De nuestro lado, tomamos este reto como una nueva oportunidad para nunca dejar de reinventarnos, para crecer, para convertirnos en agentes de cambio.

La industria cinematográfica siempre ha estado al frente de grandes luchas por cambios sociales y culturales. Hoy en día, la lucha contra la violencia de género y el respeto a la diversidad sigue siendo un reto y debe ser tratado como una emergencia, por ello, quisiera convocar a todos los integrantes de nuestra Industria a sumarse a hacerlo en conjunto, como lo hicimos cuando el temblor del 2017, que salimos todos a las zonas de desastre a apoyar con logística, plantas insonoras, insumos, trabajo.

Seamos una Industria unida que sea un modelo de respeto y diversidad.

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