Opinión

Yasmín, va por el contragolpe

El caso de la ministra Yasmín Esquivel, cuyo pecado de juventud fue, se dice, plagiar su tesis de licenciatura, quiere ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al costo que sea.

La ministra hizo chusa con tres grandes institucionales nacionales. La primera es la UNAM que debe a la sociedad una explicación sobre su falta de control que permitió, entre otras irregularidades, que una maestra dirigiera más de 500 tesis sin que esto amerite una investigación.

Ministra Yasmín Esquivel Mossa

Ministra Yasmín Esquivel Mossa

Cuartoscuro

La segunda institución involucrada es la propia Corte que pasó, de un día para otro, de los fuegos artificiales de la despedida de Arturo Zaldívar, al bochorno de los pecados de alguien que aspira a ser titular del Poder Judicial del país. ¿Cómo manejarán el caso?

La tercera institución es la Presidencia. Apañarse un lugar en la SCJN por convenir a sus apetitos de poder fue el origen del problema. La defensa del presidente y sus voceros electrónicos de la magistrada Esquivel ha sido insuficiente, pero van por la revancha.

Dicen que el presidente y la ministra jugarán al contragolpe esta semana.

Si lo aprietan se dobla

En el PRI no hay espíritu navideño. Dicen los que conocen la vida interna del tricolor que los senadores rebeldes están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias en su lucha para que Alito no se apropie del partido sin límite de tiempo.

La protesta tiene dos vertientes: acudirán al TEPJF para denunciar que el dirigente nacional violó los documentos básicos y promoverán una movilización al interior del partido, sobre todo entre legisladores

La cabeza visible de la rebelión es el senador Osorio Chong que tiene el apoyo de una docena de senadores. El dato relevante es que al gobierno federal le parece bien que Alito se quede en la dirigencia nacional, pues ya comprobó que si lo aprieta lo dobla.

El gobierno no quiere arriesgarse a que pueda llegar a la dirigencia del partido alguien menos vulnerable al que sea más difícil presionar.

De modo que no sería extraño que una mano amiga del gobierno le entregara a Alito el expediente de Osorio, que está robusto.

Reconciliación y seguridad

El senador Ricardo Monreal ha elegido dos temas para diferenciarse sin romper, por lo menos todavía no, con la 4T.

Uno es la reconciliación para atenuar el daño que ocasiona un día sí y otro también un presidente que polariza como respira.

De hecho, ya anunció una gira nacional por la reconciliación que tiene el objetivo de que los mexicanos no se vean como enemigos. Tener puntos de vista diferente no nos condena a la confrontación.

El otro tema es la revisión de la estrategia de seguridad. La seguida estos años no ha dado los resultados y la ciudadanía exige, con razón, protección y paz

“Vamos a recuperar la tranquilidad” augura e incluye a todos los mexicanos, los que radican aquí pero también a los compatriotas que se fueron a trabajar a Estados Unidos y que se sienten amenazados al volver a casa.

El capricho del presidente

El servicio exterior mexicano goza de prestigio internacional. Lo integran mexicanos con estudios superiores de geopolítica, diplomacia y trabajo consular.

Sobran profesionales que harán un papel impecable como embajadores en Panamá. ¿Por qué el presidente no propone a uno de ellos en lugar de empecinarse con sus cuates?

Pues porque es el presidente y quiere mostrar que tiene el mando y que, si quiere un cuate para esa embajada y no a un profesional lo hará, aunque se tropiece tres veces con la misma piedra.

La embajada en Panamá tiene un año acéfala. El presidente ni suda ni se acongoja. Si Salmerón no pudo, pues propone a Jesusa. Si ella no quiere propone a Bichir. Si no tienen experiencia diplomática es lo de menos. El presidente quiere darle chamba diplomática y, al final del día, se saldrá con la suya.