Lo dice el hoy enfermo Joaquín Sabina en su homenaje a Chavela Vargas Por el Boulevard de los sueños rotos: “paloma negra de los excesos” y muchos más también lo comentan. Y sí, así lo es.
Los excesos son, a final de cuentas, una paloma negra, traicionera, engañosa, cruel y poderosa.
Las historias de los excesos terminan mal, en diferentes maneras y niveles, pero mal a final de cuentas… ¿usted sabe una en la que no?.
Y esta paloma negra está en los vicios, vuela en las drogas y en el alcohol, nos espera pacientemente, y sin dudarlo nos ataca… es precisa, no falla.
Mientras más grandes sean los excesos, esta paloma adquiere más poder y se vuelve más malvada. No tengan duda alguna de que así será.
EVITE EL EXCESO, dicen los comerciales de bebidas embriagantes, y también en las botellas lo leemos. Quizá eso se entiende por el público como un asunto exclusivamente médico, lo que es cierto, sin embargo va más allá. El exceso de consumo del alcohol, no sólo daña a nuestro cuerpo, también nos lleva a realizar un sinfín de cosas de la cuales es muy común arrepentirse, se hacen cosas terribles.
Y la mente y la conciencia sufren de una manera penosa, sobre todo por lo que se le hace a los demás, a la gente que queremos, y también a la que ni conocemos. Estupideces que realizamos pues perdemos el control, la prudencia, y a veces hasta la dignidad.
En México, por las películas, y por la música principalmente, tenemos la idea de que no hay nada mejor que ahogar las penas con alcohol. Parece que recibimos el consejo de embriagarnos para que todo cambie, y sí, pero sólo lo hace para mal.
Tengámosle miedo a la depresión, a ese estado que nos ataca profundamente, y que nos hace pensar y creer que no valemos nada. El exceso es un gran aliado de ella, amigos inseparables. La tristeza, la horrible tristeza, recibe una invitación directa a que nos visite cuando las copas son demás.
Medirse, esa es la clave, muchos lo pueden hacer, otros tantos no… de plano no pueden, y los días siguientes se vuelven auténtica oscuridad, miedo, y ansiedad. Si decimos muchas veces “salud” es muy probable que por lo menos mentalmente tengamos completamente lo contrario.
La paloma negra de los excesos es un ser, una figura terrible, el miedo en la Tierra, en nuestros días.
Y sí, se vale pedir (necesario) perdón, dar la cara para ofrecer disculpas, pero los momentos de sufrimiento interno son espantosos, nadie los merece.
Por favor, cuidémonos de la paloma negra de los excesos, protejámonos de ella, nos conviene.
ponchov@exafm.com
twitter: @ponchovpof
Copyright © 2011 La Crónica de Hoy .