
Pese a ser mayoría en el sector salud, las mujeres siguen estando subrepresentadas en los espacios de liderazgo. Así lo revela un informe publicado en enero de 2025 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que señala que menos del 30% de los cargos directivos en el sector salud en América Latina y el Caribe son ocupados por mujeres, a pesar de que representan el 72,8% de la fuerza laboral sanitaria en la región.
El documento, titulado “El liderazgo de las mujeres en la salud de las Américas: Por una gobernanza sanitaria paritaria e inclusiva”, fue elaborado por el Task Force Interamericano sobre Liderazgo de las Mujeres, con el apoyo de la OPS. El informe alerta sobre la persistencia de desigualdades estructurales que limitan el acceso de las mujeres a puestos de decisión, incluso en un ámbito donde ellas constituyen la amplia mayoría del personal.
Esta realidad forma parte de un contexto más amplio de subrepresentación femenina en los espacios de poder. Según el informe, las mujeres ocupan solo el 35,8% de los escaños en los parlamentos nacionales de América Latina y el Caribe, el 15,4% de las alcaldías y el 28,7% de los gabinetes ministeriales.
A nivel global, a enero de 2023, apenas el 22,8% de los ministerios eran encabezados por mujeres, y solo el 24% de las carteras de salud estaban bajo liderazgo femenino. De mantenerse el ritmo actual, la región necesitaría más de cinco décadas —53 años— para alcanzar la plena paridad en los niveles de toma de decisiones.
“Las mujeres sostienen los sistemas de salud en nuestra región, pero sus voces siguen ausentes en los niveles más altos de toma de decisiones”, declaró la directora de la OPS, Jarbas Barbosa, en la presentación del informe.
El estudio destaca que, si bien ha habido avances normativos en varios países para promover la equidad de género, los techos de cristal y los sesgos persistentes en los procesos de promoción profesional siguen frenando el ascenso de las mujeres.
Entre las causas identificadas, se mencionan las responsabilidades de cuidado no remunerado, la falta de políticas laborales con enfoque de género y la escasa representación femenina en áreas tradicionalmente asociadas con el liderazgo, como la gestión hospitalaria o la salud pública.
La OPS hizo un llamado a los gobiernos, instituciones académicas y organizaciones de salud para implementar políticas más activas y efectivas que promuevan la paridad de género en todos los niveles del sistema sanitario.
Entre las recomendaciones figuran el establecimiento de cuotas de participación femenina en cargos directivos, la promoción de condiciones laborales equitativas y la formación en liderazgo con perspectiva de género.
La brecha de liderazgo en el sector salud no solo afecta a las trabajadoras, subraya el informe, sino también a la calidad y equidad de los servicios de salud que se prestan a la población. “Un sistema de salud más justo comienza con un liderazgo más inclusivo”, concluye el documento.