Sucesos

Del amor a la decepción; su novio la manipuló parar robar y comprarle videojuegos

Mujer mirando por la ventana
Foto: Especial Foto: Especial (La Crónica de Hoy)

“Al principio sólo eran 50 pesos, luego 90, 100 hasta llegar a los 3 mil o 5 mil pesos, dependiendo lo que había en la tarjeta de mi abuela; no sé, una hace cosas por amor, piensas que has encontrado al amor de tu vida y haces todo por no perderlo, de haber sabido las consecuencias jamás lo habría hecho”, narra Grecia, de 29 años, quien fue denunciada por su propia familia, que la acusó de robo.

Fue a la edad de 27 años cuando Grecia conoció al “amor de su vida”; asegura que, aunque anteriormente nunca había tenido una relación formal, lo que sintió por David (su pareja de aquel entonces) jamás lo había sentido por alguien más.

Mientras Grecia dedicaba gran parte de su tiempo a terminar su maestría, para trabajar como docente, David invertía el suyo en videojuegos.

“Lo que me atrajo de él al inicio era la forma en la que nos llevábamos, me entendía y era como llenar un vacío, no me importaba que él no tuviera una carrera o un trabajo, pues para mí lo que importaba era su amor”, confiesa avergonzada Grecia.

Conforme pasaba el tiempo la relación de ambos jóvenes se iba fortaleciendo y tras un año de noviazgo, Grecia pudo terminar su carrera universitaria y sus tiempos libres los dedicaba a dar clases de inglés.

Contrario a esto, David pasaba más tiempo discutiendo con sus padres a quienes no les gustaba la forma de vida que su hijo había adoptado; incluso Grecia fue contactada por los padres de su novio y éstos le pidieron que lo persuadiera de dejar sus sueños de ser un “gamer profesional”.

David pasaba más horas encerrado en su cuarto jugando que en nuestra relación, él trabajaba como mesero en un restaurante o en ocasiones hacia entregas en aplicaciones como Rapi, pero nunca tuvo un trabajo formal, pues siempre aseguraba que la paga era pobre”.

Aunque Grecia hacia todo lo posible para que David se apartara un poco de los videojuegos, todos los esfuerzos resultaban inútiles, ya que en repetidas ocasiones su pareja se tornaba violento, por lo que decidió no tocar más el tema.

Fue hasta los dos años de relación que las cosas empezaron a cambiar luego de que los problemas financieros se hicieran presentes.

“De repente yo terminaba pagando todo, en cada salida o si él tenía algún antojo, pues debido a que yo vivía con mis padres mis gastos no eran tantos, por lo que no se me hacía difícil solventarlos”.

Poco a poco Grecia empezó a destinar su sueldo en los caprichos de su pareja, señala que diariamente compraba videojuegos para David, o le hacía depósitos.

Tras la llegada de la pandemia el trabajo de Grecia se vio afectado, tuvo que abandonar las clases privadas de inglés y enfocarse en su trabajo en el kínder, aunque también sería despedida de éste.

“Luego de quedarme sin trabajo, los problemas aumentaron pues David me pedía cada vez más dinero, lo que empezó como un acto de amor termino por convertir en algo forzado”, recuerda la joven.

Fue justo en el cumpleaños número 28 de David que Grecia gastó sus últimos ahorros para comprarle una PlayStation de última generación a su pareja, como si esto no fuera poco las demandas de David comenzaron a aumentar, pues tras un mes de haber recibido su consola David le pidió a Grecia un Xbox con valor de 14 mil pesos, asegurando que era necesario para avanzar en su carrera como gamer.

“Ya no tenía dinero y aunque en repetidas ocasiones hice todo para hacerlo entrar en razón esto era inútil, pues él siempre amenazaba con dejarme, para mí su amor lo era todo y yo no quería perderlo”, narra entre lágrimas.

A falta de dinero Grecia comenzó a pedirle dinero a todos sus familiares y amigos; en unos días ya había pedido y entregado a su novio 12 mil pesos, con la tarjeta sobregirada y con deudas hasta el cuello y sin nadie más a quien acudir, Grecia recurrió a su última alternativa, robar.

"Cada lanzamiento de videojuego o consola implicaba que yo le robara dinero a mi familia (no me enorgullece) para que los tuviera en tiempo y forma como él quería, porque de no ser así me insultaba de maneras horribles. Su favorita era decirme pendeja todo el tiempo".

La mayor motivación de Grecia se basaba en la idea de sentar cabeza con David, cansarse con él e incluso formar una familia, pues aseguraba que nunca se había sentido así por alguien.

“David siempre me decía que, si yo lo amaba tenía que hacer sacrificios, él sabía que yo le robaba a mi familia, pero eso nunca fue un problema al contrario me alentaba a seguir haciéndolo y todo con tal de mantenerlo feliz”.

Grecia asegura que tocó fondo cuando tomó la tarjeta de débito de su abuela, en donde bimestralmente recibe un apoyo por parte del gobierno.

“Di de alta la banca en línea y empecé a gestionar su cuenta bancaria, cada dos meses toma lo que necesitaba e incluso llegué a cobrar todo el dinero de la tarjeta, hasta ahora no puedo creer todo lo que hice por una persona”, expresó.

La joven narra que durante semanas sufrió de estrés y ansiedad, asegura que dormía poco pues su temor de ser sorprendida no la dejaba tranquila, tras confesarle a David que esta situación no podía continuar él amenazó con dejarla e incluso revelarles a sus familiares todo lo que ella había hecho.

“No pensé que la persona a la que más amaba me empezara a chantajear, de repente comenzaba a pedirme dinero cada semana o aseguraba que le contraría todo a mis padres, no le importaba nada con tal de que él tuviera lo que quería”.

La familia de Grecia no tardó mucho tiempo en percatarse de la falta de dinero, por lo que comenzaron a realizar investigaciones con el personal del banco, el cual aseguró que los movimientos se hacían desde una aplicación móvil.

Luego de un año cobrando el dinero de su abuela, Grecia terminó confesando lo que había hecho, aunque esto no bastó para sus familiares, los cuales arremetieron en su contra.

“Fue uno de mis tíos el que me acusó de robo e impuso una denuncia en mi contra, pasé de ser la maestra ejemplar a la desgracia de mi familia, no puedo ver a mi abuela y apenas y mis padres me dirigen la palabra, David me dejó poco después de saber lo que había hecho, yo no me quedé con nada, después de haberlo dado todo”, asegura entre lágrimas.

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