Sucesos

¿Puede la Inteligencia Artificial tomar decisiones sobre la salud de las personas?

¿Existe la posibilidad de que la Inteligencia Artificial pueda realizar las tareas propias de un médico, como decidir sobre el tratamiento?

"Nos comprometemos a trabajar juntos de manera inclusiva para asegurar una inteligencia artificial centrada en el ser humano, confiable y responsable", señala la declaración.

En la actividad médica es necesario tomar múltiples decisiones sobre el tratamiento adecuado para cada uno de los pacientes. Los médicos se encargan de realizar un estudio clínico en el que se toman en cuenta factores como antecedentes, signos y síntomas. La recopilación de esta información es el primer paso para elaborar un plan de acción, pues, a pesar de que esta es una práctica común no hay un consenso sobre una unívoca forma de qué hacer con el paciente. Si bien hay una serie de pasos a seguir, los momentos más relevantes al tomar esta decisión recaen en la discusión de un equipo integrado por diversos médicos, por lo que es una práctica en la que se ejercita el conocimiento, la lógica y la retórica.

Con la llegada de la Inteligencia Artificial dentro de las prácticas humanas, la pregunta por el papel que tendrá en el ámbito médico se hace cada vez más recurrente. Para algunos la Inteligencia Artificial es una importante herramienta auxiliar; sin embargo, la discusión que ha causado más ruido en los últimos años radica en la posibilidad de que la Inteligencia Artificial pueda realizar la tarea de decidir el tratamiento que debe recibir un paciente. La discusión es relevante tanto en el área médica como para el interés general porque propicia que imaginemos escenarios en la que la salud de los individuos dependerá de un proceso automatizado y no en el razonamiento de un especialista de la salud.

En los debates sobre este tema se puede rescatar un punto en el que parecen desembocar la mayoría de estas discusiones. Se trata de la capacidad que puede tener una Inteligencia Artificial para tratar a un paciente en particular tomando en cuenta su historial clínico y estilo de vida, pues, las dificultades para establecer un tratamiento del paciente radican en que cada uno de los individuos tienen hábitos y condiciones distintas, por lo que la atención del especialista y la discusión con sus compañeros se vuelve una práctica fundamental que al parecer no puede ser replicada por ningún sistema automatizado.

Por otro lado, en favor de la Inteligencia Artificial se argumenta que, gracias a los historiales y bitácoras de los diferentes casos que almacenan los hospitales en diversas partes del mundo, la Inteligencia Artificial puede mostrar un mapeo de los razonamientos y discusiones que han llevado a resultados satisfactorios, así como detectar los procesos más relevantes con el fin de optimizar la toma de decisiones y llegar a resultados igual de precisos en un periodo más corto.

Aunque la discusión tiene más matices que vale la pena detenerse a analizar, se puede concluir que el escenario en el que una Inteligencia Artificial tome el lugar de un médico sigue pareciendo lejano, pero no cabe duda de que puede establecerse una relación en la que ambas partes trabajen en coalición para el cuidado de la salud de las personas.