
Las empresas con un propósito definido e integrado en su estrategia, sostiene Fortuna Advisors, doblan su valor de mercado y registran un rendimiento de capital mayor; al mismo tiempo, incrementan su competitividad, fortalecen su resiliencia organizacional y la lealtad de sus clientes, logran diferenciarse en mercados competidos y son más atractivas para los inversionistas.
La definición y construcción de un propósito no se construye de la noche a la mañana. Pero el gran desafío es sostenerlo, por lo que muy pocos logran mantener ese propósito a lo largo de los años. Vinte es un modelo a seguir.
René Jaime Mungarro, director general de Vinte, cuenta que, desde su fundación en 2003, esta desarrolladora de vivienda ha tenido claro que los criterios de sustentabilidad tenían que estar en el centro de toda su operación, así como la creación de espacios que promovieran una mejor calidad de vida para quienes los habitaran.
“Durante más de veinte años de operación, el perfil que ha construido Vinte de sí misma tiene que ver con la creación de un ecosistema con varias líneas de negocio integradas y un modelo que promueva comunidades que les cambien la vida a las personas a través de la experiencia de vivir en ellas”, explica.
Así, en su momento, Vinte arrancó con una mentalidad emprendedora que, en consecuencia, lo llevó a ser precursor de una serie de prácticas que, en aquel entonces, no se tenían del todo socializadas: la sustentabilidad y la digitalización.
René Jaime Mungarro y el impulso a la digitalización como motor de transformación en Vinte
“Nosotros fuimos punta de lanza en la implementación de una estrategia digital bien definida, que nos permitió reunir un océano de datos, segmentar información y utilizarla como una ventaja competitiva para dirigir con mayor asertividad la estrategia de mercado”, cuenta René Jaime Mungarro.
Para dimensionar el mundo de hace más de dos décadas, habría que considerar los siguientes elementos: el uso de las computadoras y el internet era incipiente, pero estaba orientado, sobre todo, a las oficinas, no en las viviendas; si acaso, el 4% de la población en México tenía internet en casa. Frente a eso, Vinte, para ganarse un lugar en el mercado, tenía que ofrecer una propuesta disruptiva, innovadora y fue así como la tecnología se convirtió en su aliada. Bajo el concepto de tecnología aplicada a la vivienda, Vinte empezó a dotar de una computadora y de internet a sus proyectos y con ello verbalizó el concepto de ‘tu casa conectada al mundo’.
Hace veinte años, Vinte empezó a innovar con ciertos servicios que hasta ahora son tendencia. Las casas, conectadas a internet, estaban enlazadas con la base de taxis de la zona, también habilitado con internet por parte de Vinte, para usar y ofrecer ese servicio de transporte. Un fenómeno muy similar ocurrió con las pequeñas tiendas, que ofrecían el servicio de comida y otros productos, al tiempo que también las casas Vinte contaban con un sistema que ayudaba a las niñas, niños y adolescentes a contar con información para realizar sus tareas escolares.

Después, vinieron más elementos que fortalecieron su propuesta de valor. El buen diseño de las casas y desarrollos, las amenidades (parques, casa club), las dinámicas para construir comunidad, entre otros elementos, se sumaron a los diferenciadores.
“La única manera de irrumpir en el mercado era con una propuesta ganadora, que pudiera permitirnos competir legítimamente y ofreciendo algo diferente al mercado”, recuerda René Jaime Mungarro. “La manera de competir era no hacerlo de forma directa, sino que era crear en la autopista, un nuevo carril para transitar nosotros solos y entonces fue que nos alejamos de todo el producto que existía en ese entonces”.
En otras palabras, lo que estaba logrando Vinte con estas características, y otras que se sumaron al paso del tiempo, tenía que ver con la reconceptualización de las dinámicas para vivir en un espacio; es decir, el objetivo no consistía en construir un techo con cuatro paredes, sino en habilitar un espacio y un ecosistema que les permitiera a las personas gozar de mejores condiciones de vida para desarrollarse.
“Las niñas y los niños en nuestros desarrollos crecen pensando en un bienestar integral, viviendo la experiencia de poder ir a sus parques y de formar parte de una comunidad segura”, sostiene René Jaime Mungarro.
Bajo estas condiciones, el crecimiento se registró por añadidura. En un inicio, las primeras casas Vinte fueron construidas en el Estado de México, pero después su presencia se diversificó en más estados. Actualmente, Vinte está en 11 estados, y se ha consolidado como la empresa con el mayor valor en el mercado.
En términos reputacionales, Vinte ha logrado construir y fortalecer sus activos intangibles que, hoy día, juegan a su favor, de tal manera que el prestigio que ha cosechado con el tiempo le está permitiendo acceder a diversas fuentes de financiamiento nacional e internacional.
“A través de todo este concepto y oferta de valor, somos un destino de inversión que abre estos apetitos al mercado y tenemos acceso a financiamiento sustentable porque somos el desarrollador con más certificaciones de vivienda”, afirma René Jaime Mungarro, director general de Vinte.
Recientemente, Vinte, gracias a estas prácticas, adquirió a Grupo Javer, consolidando así su propósito, el cual está basado en contribuir para mejorar las condiciones de vida de miles de familias mexicanas.