
Esta expresión se ha vuelto común en nuestras conversaciones diarias: al llegar a casa, en el transporte público, en el trabajo o en la escuela. Y no es para menos, parece que los veranos en nuestras ciudades son cada vez más calurosos y los inviernos menos fríos. Es probable que hayas visto en las noticias o en redes sociales que, en muchos lugares, se han roto récords de temperatura, registrando los días y noches más calurosos de los que se tenga registro. Este aumento del calor podría afectar nuestra salud, a continuación, queremos contarte cómo el calor afecta nuestro cuerpo y bienestar.
Nuestros cuerpos tienen la capacidad de regular nuestra temperatura corporal. Por ejemplo, cuando estamos en un ambiente muy caluroso, como un estacionamiento sin sombra o un patio de concreto, comenzamos a sudar. Al evaporarse, el sudor ayuda a disipar el calor. Incluso los pulmones colaboran al aumentar la frecuencia respiratoria, facilitando la liberación de calor a través de la respiración. Pero, aunque estos mecanismos son muy eficaces, tienen un límite. Cuando el calor es muy intenso y dura varios días, el cuerpo comienza a tener estrés térmico, una condición que ocurre cuando el cuerpo se sobrecalienta y empezamos a sentirnos débiles, mareados o agotados. Si no se toman medidas, puede afectar nuestra salud física, mental y emocional.
Considerando que estos malestares pueden ocurrir varios días porque la temperatura en la ciudad no disminuye lo suficiente, aparecen efectos negativos en nuestro rendimiento y deseo de trabajar, estudiar, hacer ejercicio, jugar e incluso salir a convivir. En las ciudades, el impacto del calor es más intenso debido a varios factores:
- Calles y edificios hechos de concreto, asfalto y acero que absorben el calor durante el día y lo liberan lentamente por la noche, manteniendo las temperaturas elevadas durante la noche y afectando nuestra calidad de sueño.
- Falta de árboles y áreas verdes que enfrían el ambiente de manera natural.
- Contaminación del aire: el smog y otras partículas, principalmente de los automóviles, retienen el calor en la atmósfera urbana, creando una especie de “miniinvernadero”.
Ante este escenario, una de las soluciones más efectivas es aumentar la vegetación en las ciudades. Esto se logra a través de lo que se conoce como infraestructura verde, que en este caso se refiere al incremento de vegetación, como parques, jardines, lagos, árboles en las calles y techos verdes (Figura 1). Diversos estudios han demostrado los beneficios de los árboles en las ciudades, pero uno en particular, desarrollado por personal de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH Zurich) que analizó 182 investigaciones realizadas en 110 ciudades del mundo, reveló que los árboles pueden disminuir la temperatura a nivel del peatón en más de 12 °C. Aunque estos beneficios dependen del diseño de las ciudades y de los tipos de árboles, podemos considerar que proporcionan los siguientes beneficios:
· Sombra: árboles, pérgolas y techos verdes bloquean la radiación solar, reduciendo la temperatura de superficies como calles y fachadas. Una superficie sombreada puede ser de 2 a 25°C más fría que una expuesta al sol.
· Evapotranspiración: las plantas liberan vapor de agua que absorbe el calor del aire, enfriándolo.
· Menor almacenamiento térmico: las áreas verdes reemplazan superficies duras que almacenan calor, liberándolo más rápidamente durante la noche.

El aumento de áreas verdes puede hacer que las ciudades sean más frescas y agradables para vivir, especialmente ante los efectos del cambio climático. En el Instituto de Ecología, A.C. (INECOL) estamos evaluando cómo ha cambiado la sensación de calor en algunas ciudades de Veracruz y queremos saber cómo ha aumentado la temperatura superficial, cómo lo perciben quienes viven ahí y qué hacen para sobrellevarlo en los últimos años. Todo esto con la intención de proponer soluciones prácticas que ayuden a enfriar nuestras ciudades y, así mejorar nuestra calidad de vida. ¿Te gustaría contribuir? Responde esta breve encuesta y cuéntanos: ¿cuánto calor sientes?
Referencia:
Li, H., Zhao, Y., Wang, C., Ürge-Vorsatz, D., Carmeliet, J., & Bardhan, R. (2024). Cooling efficacy of trees across cities is determined by background climate, urban morphology, and tree trait. Communications Earth & Environment, 5(1), 1-14.
1 Posgrado, Instituto de Ecología, A.C. INECOL
2 Red de Ambiente y Sustentabilidad, Instituto de Ecología, A.C. INECOL
3 Departamento del Hombre y su Ambiente, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco