
Hasta un 60 por ciento de los medicamentos que se ofrecen en México son “piratas” y se falsifican los que más consume la población para el tratamiento de padecimientos como la diabetes, presión arterial y problemas del corazón, alertó la maestra Leticia Ortega Almanza, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al participar en el ciclo Charlas de ciencia con el tema ¿Cómo aseguramos la calidad de los medicamentos?, la académica del Departamento de Sistemas Biológicos de la Unidad Xochimilco abordó la importancia de no adquirir fármacos en sitios como tianguis o mercados, pues ello pone en riesgo la salud y vida del paciente.
Expuso que los fármacos que se comercializan en la vía pública carecen de un control de calidad que garantice su seguridad y eficacia, en consecuencia, es alta la probabilidad de que se trate de productos falsificados, alterados o robados que pueden agravar las enfermedades, causar efectos secundarios, reacciones adversas o incluso provocar la muerte.
“Esto es un problema crítico por lo que nosotros como consumidores tenemos que acudir a farmacias conocidas y establecidas para comprar medicamentos que avalen que estamos ante un producto seguro, eficaz y de calidad”.
Con más de una década en la industria farmacéutica, la maestra Ortega Almanza detalló que, por otro lado, existen dudas sobre la efectividad de los fármacos que se otorgan en el sector público de salud.
“Hay que decir que el producto de mejor calidad es para el sector público porque la penalización es muy fuerte si se entrega una medicina que no cumple”, además involucra un almacenamiento adecuado y un seguimiento del conjunto de propiedades y características que lo hacen apto.
En cuanto a los medicamentos genéricos, cuya composición química se encuentra en dominio público, o posee la misma concentración y dosificación que un equivalente cuya patente haya caducado, indicó que también son confiables porque produce los mismos efectos que el de marca comercial, por contener el mismo principio activo.
La investigadora, quien cuenta con experiencia en empresas como Laboratorio Farmacéuticos Boheringer Ingelheim PROMECO y Laboratorios Bayer de México en el área de Control de Calidad, Aseguramiento de Calidad y Documentación, señaló que es importante revisar las cajas de los fármacos.
“Ahí se puede consultar el correo electrónico de farmacovigilancia de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para notificar sospechas de reacciones adversas y el número de lote, lo cual permite tener la rastreabilidad de la medicina, así como saber el nombre del laboratorio y la fecha en que la fabricó”.
Un aspecto más a revisar es la fecha de caducidad que contribuye a la garantía de seguridad y eficiencia, a ello se suma la importancia de ingerir la dosis establecida por el médico para garantizar su efectividad.
“Otro problema muy grande que tenemos en México es el de la automedicación y hacerle caso a lo que dice la comadre, la tía u otro familiar, o bien tomar un medicamento que quizá le funcionó a alguien más, porque cada cuerpo responde de manera diferente”.
En ese sentido, señaló que si bien no está en contra de la medicina tradicional y la herbolaria es necesario que los productos denominados “naturistas” cuenten con una regulación.
“Que sea natural, no quiere decir que estés libre de complicación o reacción adversa; tenemos que hacer conciencia respecto a qué nos estamos tomando y si es un medicamento que está registrado por Cofepris, adelante porque hay una garantía de que al menos sabes a quién reclamarle”, dijo en la emisión conducida por la maestra Cecilia Lucía Ezeta Genis, jefa del Proyecto de Divulgación de la Ciencia de la Unidad Xochimilco de la UAM