
En el corazón de la selva tropical de América, donde el silencio se entrelaza con los sonidos de pájaros, serpientes y ranas, se alzan dos titanes antiguos: el cedro y la caoba, árboles de una misma familia —las meliáceas—, que nacen y crecen sin prisa, a través de los años.
El cedro, con su aroma noble y su tronco recto, posee fibras rojas, suaves pero resistentes, mientras que la caoba, por su color rojizo profundo característico, es lo más cercano al fuego grabado en la madera. Ambos, por su elegancia y fortaleza natural, son elegidos para crear muebles, esculturas e instrumentos variados que adornan nuestros espacios. Muchas veces pasa para nosotros desapercibido el hecho de que los árboles que dieron lugar a esas piezas tuvieron que sortear toda clase de retos a lo largo de su vida. Por ejemplo, ¿Te imaginas que un insecto tan diminuto como una delicada mariposa de la noche pueda complicar la siembra y el desarrollo de plantaciones de estas majestuosas especies de árboles? Pues esto es exactamente lo que hace Hypsipyla grandella, una polilla cuyas larvas devoran a jóvenes árboles de valiosas especies como el cedro y la caoba, causando millones en pérdidas económicas cada año.
Hypsipyla grandella es una polilla (un tipo de mariposa nocturna), de apenas 3 o 4 cm de envergadura y cuyas larvas son del tamaño de un grano de arroz. A este pequeño insecto se le conoce con el nombre poco original de “el barrenador de las meliáceas”, justo porque actúa como un barreno o taladro haciendo túneles en los brotes de árboles jóvenes de cedros y caobas. Por ello, las larvas de este insecto son un considerable dolor de cabeza para los silvicultores que reproducen estos árboles para producirlos en sus terrenos o para reforestar selvas (Maués, 2001).
Hypsipyla grandella es un insecto plaga capaz de depositar centenares de huevos en las hojas de plantas jóvenes de cedros y caobas. En cuestión de días, eclosionan pequeñas y voraces larvas que devoran el brote principal de la planta.
En el mejor de los casos, comenzará a deformar la rectitud del árbol en crecimiento, cambiando la estética que los caracteriza y, por tanto, reduciendo su valor comercial como producto en la industria maderera. Sin embargo, cuando la infestación es masiva, la joven planta puede no resistir el ataque y morir. Posteriormente de haber saciado su apetito, la larva forma un capullo y entre 8 y 10 días emerge en forma de una polilla adulta que buscará una pareja para repetir el ciclo.
Los efectos en los cultivos pueden ser tan devastadores que se han intentado numerosas estrategias para su control. Algunas de estas estrategias se basan en el uso de trampas con feromonas, las cuales atraen y atrapan a los insectos adultos.

Se han probado mallas finas, como velos que impiden a la polilla alcanzar su objetivo. Se ha recurrido a la poda cuidadosa, eliminando brotes infestados antes de que sea tarde. Además, se ha propuesto el uso de plantaciones mixtas de caobas y cedros junto con otras especies vegetales que actúan como repelentes de la polilla para que sea menos probable que las plantas de interés sean atacadas.
Finalmente, se ha recurrido a la introducción de enemigos naturales como avispas que se comen a las larvas. Por desgracia para el ambiente, la estrategia más efectiva hasta el momento es el uso de pesticidas sintéticos, los cuales pueden ser dañinos para insectos no objetivo como abejas polinizadoras e incluso para el ser humano. Además, esto no garantiza su total control, pues la larva, al comer en el interior de los brotes, se protege de cualquiera de las amenazas externas, incluidos los insecticidas aplicados para matarla (Hilje, 2020).
También, debido a que los ataques del barrenador de las meliáceas se repiten varias veces al año, el uso de pesticidas de manera frecuente resulta costoso y su uso constante llevará eventualmente a que se seleccionen poblaciones de insectos resistentes a dichos compuestos, lo que causa preocupación entre los productores ante la necesidad de aumentar la cantidad y el tipo de pesticidas utilizados (Martínez-Vento et al., 2010).
Todos los factores anteriormente mencionados han limitado la expansión de cultivos forestales de cedro y la caoba en nuestro país. Pero no todo está perdido. La ciencia se encuentra en constante lucha contra insectos como este y, mediante el conocimiento científico, se está generando conocimiento objetivo que tarde o temprano generará propuestas para mejorar las medidas de manejo de esta especie plaga. De esta forma, la aplicación del conocimiento científico permite dar respuesta a preguntas fundamentales en aras de comprender la complejidad de este problema.
En instituciones como la nuestra, se exploran los mensajes químicos que la larva emite, se estudia su genoma, sus microorganismos asociados y sus debilidades físicas. Porque todo ser vivo, por resistente que parezca, tiene su punto débil que puede ser aprovechado en su favor o en su contra.
Antes de finalizar, es importante indicar que Hypsipyla grandella no es un monstruo, de hecho, es importante para los árboles que infesta y que crecen de manera natural en el bosque. Sin embargo, es un insecto que puede afectar a los propósitos de ayudar a reforestar las selvas y terrenos de cultivo con estas valiosas especies maderables mediante procesos dependientes de la intervención humana.
Por tanto, lo que buscamos no es la erradicación total del insecto, sino su control en los espacios que pueda resultar perjudicial para las actividades que desarrollamos teniendo en consideración que si lo que se busca es ayudar a que nuestros bosques tropicales se preserven, es necesario comprender su complejidad, su diversidad y proponer tecnologías que no conlleven a efectos adversos para lo que buscamos proteger.
Bibliografía citada
Hilje, L. (2020). En busca de un enfoque preventivo para el manejo del barrenador de las meliáceas (Hypsipyla grandella). Revista de Ciencias Ambientales, 54(2), 211-229.
Martínez-Vento, N., Estrada-Ortiz, J., Góngora-Rojas, F., López-Castilla, R., Martínez-González, L., & Curbelo-Gómez, S. (2010). Bioplaguicida de Azadirachta indica A. Juss (Nim) y la poda, una alternativa para el control de Hypsipyla grandella Zeller en plantaciones de Cedrela odorata L. Revista Chapingo Serie Ciencias Forestales y del Ambiente, 16, 61-68.
Maués, M. M. (2001, November). A review of Hypsipyla grandella Zeller research in Pará State, Brazil. In Hypsipyla Shoot Borers in Meliaceae: Proceedings of an International Workshop. Canberra: Australian Centre for International Agricultural Research (pp. 63-66).
Agradecimientos:
Ioreni Margarita Hernández Velázquez agradece a la SECIHTI por la beca posdoctoral otorgada (CVU: 552953).