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Investigadores finlandeses utilizaron los datos para estudiar la relación entre la naturaleza y el bienestar

Pasar tiempo en la naturaleza ayuda a identificar el significado de tu vida, según estudio

Naturaleza Parque Nacional finlandés.

En un estudio multimétodo, investigadores de geografía de la Universidad de Turku (Finlandia) examinaron el papel de la naturaleza en el bienestar a largo plazo basado en valores, también conocido como bienestar eudaimónico. En el estudio, 158 participantes finlandeses respondieron a una encuesta y 20 participaron en talleres de escritura creativa posteriores. Todos los participantes eran de Turku, una ciudad mediana ubicada en la costa suroeste de Finlandia.

Los investigadores utilizaron los datos para estudiar la relación entre la naturaleza y el bienestar. El artículo de investigación se ha publicado en la revista “People and Nature”.

“Queríamos explorar cómo la naturaleza apoya la autoaceptación, el propósito de vida, las relaciones positivas, la autonomía, el crecimiento personal y la autonomía, así como la gestión de la vida. Esto se denomina bienestar eudaimónico y puede considerarse en contraste con el hedonismo: mientras que el hedonismo se centra en los placeres a corto plazo, la eudemonía se centra en un bienestar más profundo y a largo plazo”, afirma Joha Järekari, investigador doctoral de la Universidad de Turku.

La encuesta comparó las respuestas de jóvenes de entre 15 y 24 años con las de adultos mayores de 60 años.

“Si bien hubo algunas diferencias entre los distintos grupos de edad en cuanto a cómo pasaban tiempo en la naturaleza y en qué tipo de lugares, también compartieron muchas experiencias. Lo que ambos grupos de edad tenían en común era, entre otras cosas, la sensación de que la naturaleza no juzga ni critica, lo que influyó positivamente en la autoaceptación de los participantes”, afirma Järekari.

El estudio demostró que la sensación de conexión y la consiguiente significación eran importantes para ambos grupos de edad. El entorno natural ayudó a los participantes a conectar con sus propios valores.

“Pasar tiempo y estar activos en la naturaleza sacó a la luz lo que realmente importaba en la vida de los participantes. Esto aumentó su autonomía y capacidad de acción, y tuvo un impacto positivo en su crecimiento personal. Los participantes informaron que les resultaba más fácil conectar consigo mismos, con otras personas y con otras especies”, describe Järekari.

Los jóvenes buscan la soledad, mientras que los adultos mayores valoran las conexiones intergeneracionales.

Los participantes mayores de 60 años, en particular, sintieron la importancia de fortalecer las conexiones intergeneracionales pasando tiempo y estando activos en la naturaleza. Para ellos era importante disfrutar de su tiempo en la naturaleza, por ejemplo, con sus nietos y sin dispositivos tecnológicos. Además, la naturaleza era un lugar importante para su autonomía y su actividad.

Además, la espiritualidad fue más prominente en el grupo de participantes mayores que entre los jóvenes. Por ejemplo, los adultos mayores a veces informaron sentirse parte de un todo mayor al pasar tiempo en la naturaleza. En estos casos, experimentaron una sensación tanto de significado como de insignificancia, desviando su atención de sí mismos hacia el mundo exterior y, por lo tanto, fortaleciendo su autoaceptación.

Para los jóvenes, la naturaleza les brindó un importante espacio de soledad. Para ellos, la naturaleza era un lugar donde podían ser ellos mismos y expresar sus sentimientos. Les ofrecía tiempo y espacio, tanto mental como físicamente. También les resultaba más fácil estar con otros en la naturaleza, donde podían simplemente estar en silencio.

La preocupación por la ecocrisis redujo la reconfortante sensación de permanencia en un mundo cambiante.

Los participantes experimentaron una reconfortante sensación de permanencia y continuidad en la naturaleza. Aunque el mundo circundante cambia rápidamente, la base del bosque cercano permanece intacta.

“Sin embargo, esta sensación se vio atenuada por los efectos visibles de la ecocrisis en el medio ambiente, y los jóvenes, en particular, también sintieron vergüenza por ello. Experimentaron una fuerte sensación de ser parte del problema, por así decirlo, al ser parte de la humanidad, lo que puso en entredicho su autoaceptación”, describe Järekari.

La preocupación por el futuro fue común en ambos grupos de edad. La posibilidad de perder importantes espacios naturales también tuvo un impacto negativo en el sentido de propósito vital de los participantes.

“Nuestra investigación revela el impacto de la naturaleza en el bienestar de las personas a un nivel más profundo que el alivio del estrés o las emociones positivas. La conexión con la naturaleza es importante para nosotros, los humanos, a nivel de identidad, y a menudo sustenta nuestras vidas de maneras difíciles de comprender a menos que profundicemos en el tema con el tiempo”, enfatiza Järekari.

“Es importante fomentar un debate público más profundo sobre el significado de la naturaleza para las personas. En consecuencia, estas cuestiones también podrían tenerse en cuenta en la toma de decisiones y, por ejemplo, en la planificación urbana, donde, lamentablemente, la naturaleza todavía a menudo tiene que ceder el paso al entorno construido”, añade Salla Eilola, investigadora postdoctoral de la Universidad de Turku.

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