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“No hemos sido capaces de construir una narrativa que desarticule los discursos xenófobos de odio y discriminatorios”, reconoció la colegiada Silvia Giorguli

Migrar es una forma de aprender: Ricardo Villanueva

Mesa. La inauguración de la décima edición del Encuentro Libertad por el Saber, organizado por El Colegio Nacional. (Colnal)

“La ruta de la educación empezó caminando”, aseguró el subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Ricardo Villanueva Lomelí: “si hacemos un análisis real, los seres humanos empezaron a aprender de rutas, de climas, de alimentos, de peligros, de estrellas... caminando y, sin duda, migrar, en algún momento de la humanidad, era sobrevivir, y para sobrevivir era necesario saber, y eso fue lo que empezó a generar un movimiento en donde, mediante la caminata, se dio la transmisión oral y, ya después, pudimos tener la transmisión escrita”.

Al participar en la inauguración de la décima edición del Encuentro Libertad por el Saber, organizado por El Colegio Nacional, en representación del secretario Mario Delgado, el funcionario señaló que en los procesos migratorios se inventó la pedagogía de la experiencia. Dijo que caminando se iniciaron los procesos pedagógicos y se refirió a la migración de los griegos en Egipto, de los árabes en Persia, o de los judíos y los cristianos medievales, que llevaron manuscritos sagrados y filosóficos de un lado a otro, jugándose la vida.

“El proceso de migración y la educación tiene una alta relación. Quizá la migración sea una de las principales fuentes del conocimiento, por lo cual es lamentable que no lo entendamos en la actualidad, porque un mundo que empieza a poner barreras y a recuperar las xenofobias, no reconoce el valor de los migrantes y cómo hemos aprendido los seres humanos de los procesos migratorios, es lamentable”.

Debemos entender que la migración no es una amenaza, aseveró el exrector de la Universidad de Guadalajara, sino “una oportunidad para volvernos más humanos. En el fondo migrar es una forma de aprender”.

A Julia Carabias Lillo, presidente en turno de El Colegio Nacional, le correspondió la bienvenida en la ceremonia de inauguración del Encuentro Libertad por el Saber que, al llegar a su décima edición, lleva como tema “Migraciones”, coordinado por Antonio Lazcano, Silvia Giorguli, en colaboración con Susana Lizano y Claudio Lomnitz.

“Estamos haciendo énfasis en el tema en plural, porque nos interesa particularmente analizar las múltiples expresiones de las migraciones que, además son una constante en la historia de la humanidad y de la vida en general en el planeta. Analizaremos las migraciones cósmicas, las migraciones de las especies biológicas, las de Homosapiens colonizando todos los continentes del planeta”.

En los siete días de actividades del encuentro también se abordarán las migraciones vinculadas al surgimiento y colapso de las civilizaciones, al cambio climático, las migraciones y la diversidad lingüística y literaria, las migraciones actuales que son objeto de una intensa y polarizada polémica en los ámbitos nacional e internacional, destacó la bióloga, antes de dar paso a la primera sesión formal del encuentro.

“¿Por qué el tema de las migraciones como el tema de este año?”, planteó la demógrafa Silvia Giorguli, miembro de El Colegio Nacional y una de las coordinadoras del Encuentro. La especialista respondió que “El Colegio Nacional busca aportar elementos a esta discusión con miradas basadas en evidencia y vinculadas con el conocimiento científico”. En especial, porque no se ha logrado construir una narrativa que sirva de contrapeso a la desinformación, a los prejuicios y a las emociones que se construyen en torno a las migraciones.

“No hemos sido capaces de construir una narrativa que desarticule los discursos xenófobos de odio y discriminatorios; esto es parte de lo que buscamos con esta semana”, señaló.

La historia de los desplazamientos

En el mundo contemporáneo, muchos desplazamientos han sido organizados por instituciones superiores a la familia, al clan o a la comunidad local: un señor, una corporación, una orden religiosa, un Estado que generalmente se beneficia del desplazamiento de la población: Si bien se trata un tipo de desplazamiento que podemos definir como migración organizada y que promueve la decisión del migrante, “asegurándole determinados beneficios y proporcionándoles una especie de seguro contra los riesgos propios de un desplazamiento”.

En la sesión inaugural del Encuentro, bajo el título “Poblamiento, civilización y migraciones”, Massimo Livi-Bacci, catedrático de la Universidad de Florencia, dictó la cátedra “La movilidad humana entre la libertad y la restricción. Ejemplos desde la historia”, en la cual resaltó que la organización de estos desplazamientos adoptaba formas e intensidades diferentes, pero siempre habían “una intencionalidad en quienes los promueven, ya sea de naturaleza económica, política o incluso demográfica”.

“La expansión de la civilización griega”, por ejemplo, “desde el siglo VIII antes de Cristo en adelante abarcó las costas y las islas del Mediterráneo Oriental, Asia menor, el Mar Negro, la península italiana y sus grandes islas hasta la costa mediterránea de la península ibérica; se produjo una pluralidad de asentamientos por migración, a menudo de forma organizada, como consecuencia del crecimiento demográfico y de la escasez de tierras en las patrias con necesidades comerciales, o con desacuerdos políticos y conflictos internos”.

Desde su perspectiva, el proceso de migración se produjo de formas moldeadas por largas experiencias previas; incluso, el asentamiento y la fundación de las colonias se llevaba a cabo bajo la dirección de una personalidad destacada, elegida con criterios de selección de los migrantes y según modalidades que se suponía que podían maximizar el éxito de la nueva colonia que, tras su fundación, mantenía estrechos contactos con la patria.

La creación de colonias se produjo en un proceso que se extendió desde el siglo VIII y VI a. C., con modalidades similares, con la existencia de una ciudad madre y una colonia. Hay estrechas relaciones y vínculos políticos y comerciales entre la madre y la hija, pero la colonia es independiente de la madre, “no sabemos nada sobre el número de los primeros colonos, pero se supone que se trataba de grupos de una decena de familias capaces de sobrevivir de forma autónoma”, agregó Massimo Livi-Bacci.

A su parecer, la migración es una prerrogativa innata en la historia de la humanidad, imposible de detener; inclusive, perjudicial en términos de los intentos por detenerla, por los altos costos humanos, con la existencia de la dualidad entre una migración libre y voluntaria y la migración forzada.

Para Silvia Giorguli, integrante de El Colegio Nacional, en torno a la migración hay percepciones un tanto falsas, siendo de las más importantes la que se reproduce en ciertos medios de comunicación acerca de las oleadas de migrantes, y la crisis que ello produce: “demasiados migrantes, ¿demasiados migrantes para quién?”

“Persiste la idea de que demasiados migrantes se ven como una amenaza para las identidades nacionales, que afectan potencialmente los salarios de los lugares de destino al mantenerlos bajos, especialmente la probación en ocupaciones menos calificadas, donde se ve a la migración como una presión al gasto público con una presión sobre los programas sociales o por sus potenciales efectos negativos en las comunidades que los reciben”.

Sin embargo, explicó al impartir la conferencia “Entre fronteras y ficciones: mitos en torno a la migración internacional”, lo que la evidencia y los datos ofrecen, “no sostiene ninguna de estas afirmaciones”.

“Ningún país, cada punto representa una cantidad de migrantes, está exento de recibir migrantes. Por supuesto, el gran imán es Estados Unidos con más de 50 millones de habitantes, pero también denota la gran movilidad que hay en nuestro continente, incluyendo América Latina y el Caribe: 304 millones de personas que viven en un país ajeno al suyo”.

En realidad, en los últimos años sí ha habido un crecimiento de la población, según estimaciones de Naciones Unidas, de 150 millones en 1990 a 304 en 2024: o sea, 35 años para duplicar el número de migrantes, aunque también hay dos hechos: la población en el mundo también ha crecido, de hecho, el número de migrantes se ha mantenido entre el 2.9 y menos del 4%, lo cual quiere decir que 96% de la población no es migrante vive en el mismo lugar donde nació.

“Cuando estamos hablando de esta cifra de personas que viven en un lugar diferente del que nacieron, pueden ser migraciones que ocurrieron hace 10, 15, 20, 30 años, pero si habláramos de los flujos más recientes, la cifra es todavía menor”, resaltó la colegiada.

Al referirse a los desplazamientos internacionales forzados, Silvia Giorguli reconoció que han sido los que más han aumentado en términos de número en la última en la última década, que explica parte de los éxodos que hemos visto, como el caso venezolano.

Otro tema tiene que ver con la dicotomía entre la migración regular y la migración indocumentada o no autorizada: el día de hoy, de los más de 50 millones de migrantes que viven en Estados Unidos, el 73% son documentados, de los cuales el 46% son ciudadanos naturalizados, el 23% residentes permanentes y un porcentaje menor de residentes temporales, trabajadores con visas temporales, visitantes, estudiantes internacionales.

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