
Como consumidores, nuestro modelo de vida contribuye al cambio climático, cada producto que llega a nuestras manos requiere de gastos de energía, desde el acopio de los insumos para su producción hasta su transportación final a los puntos de adquisición. Esto suele implicar el uso de combustibles derivados del petróleo, carbón, gas o de leña, los cuales liberan carbono a la atmósfera, convirtiéndolo principalmente en dióxido de carbono CO2 y otros gases de efecto invernadero. Ante esta situación, la preocupación mundial es incrementar el uso de procesos sustentables.
El cultivo de hongos comestibles se ha propuesto como una biotecnología viable para abordar diversos problemas ambientales. Inicialmente, a las especies de hongos cultivadas (champiñón, setas, shiitake, etc.) se les consideraron un alimento de alto valor nutrimental, pero a medida que han avanzado los estudios de su composición y efectos de su consumo, se le han agregado propiedades medicinales, incluso considerándolos alimentos funcionales.
Por otra parte, estos organismos presentan una capacidad biodegradativa muy interesante, que les permite crecer en una gran variedad de residuos agroforestales e industriales, generando al final del proceso, un material degradado y rico en nutrientes que puede aprovecharse para obtener otros productos de interés agroindustrial. Con todos estos atributos a favor del ambiente y la salud, debemos fomentar el cultivo de hongos comestibles en la región. Sin embargo, el uso de plásticos no reutilizables durante el proceso, es un pendiente que debemos reconocer y, aportar ideas que contribuyan a un proceso más sustentable.
En los últimos años, la búsqueda de métodos más sostenibles y accesibles ha impulsado la innovación en las técnicas de cultivo de hongos comestibles. En este contexto, el uso de kits de cartón ha surgido como una alternativa ecológica y de bajo costo, accesible y adaptable a pequeña escala. Sin embargo, los kits que se ofrecen en el mercado usan bolsas plásticas o material plastificado en su interior, ocasionando un gran problema en cuanto a la degradación y reutilización de los desechos generados.
Al ver la problemática decidimos hacer nuestros propios envases 100% biodegradables. Estos sistemas representan una estrategia viable para fomentar el autoabastecimiento alimentario de las pequeñas familias que quieren producir su propio alimento en casa y contribuir a la educación ambiental sustentable. Sin embargo, se requiere de una buena capacitación e infraestructura para poder procesar estos cultivos alternativos si se quieren realizar en colectivo.
La materia prima de estos contenedores fue cartón recuperado de las actividades cotidianas de desembalaje que se llevan a cabo en el Instituto de Ecología (INECOL). Cada contenedor fue diseñado con una abertura en una de las caras para favorecer la entrada de oxígeno y la verificación del crecimiento. Esta abertura inicialmente fue cubierta durante la etapa de invasión del hongo en el sustrato para evitar la contaminación, pero cuando esta etapa terminó, es decir, el sustrato estaba completamente cubierto por una masa algodonosa blanca, la cubierta quedo abierta a manera de ventana, para favorecer la salida de las fructificaciones.
Bajo estas condiciones se han obtenido cultivos de tres importantes tipos de hongos, llamados comercialmente setas, enoki y melena de león, cuyos nombres científicos corresponden a Pleurotus (varias especies), Flammulina velutipes y Hericium erinaceus, respectivamente. En el ámbito nacional, esta última especie ha incrementado significativamente su interés de consumo debido a las propiedades medicinales que se le atribuyen.
El crecimiento de las especies cultivadas se vio favorecido por los sustratos elegidos, pero también por el uso del cartón como soporte y fuente de alimento extra para el micelio. Este no es el primer intento de cultivar hongos en cartón, ya que existen antecedentes del uso de diferentes tipos de papel en la preparación del sustrato, principalmente en el cultivo tradicional de las setas en bolsas de plástico (Kulshreshtha, et al., 2013), pero la idea del uso de contenedores de cartón es un uso mínimo de plásticos. Aún falta mucho que hacer en las otras etapas del cultivo, pero lo importante es empezar y sobre contribuir a un futuro más sostenible ¿o no?
Referencias
Kulshreshtha, S., Mathur, N., Bhatnagar, P., & Kulshreshtha, S. (2013). Cultivation of Pleurotus citrinopileatus on handmade paper and cardboard industrial wastes. Industrial Crops and Products, 41, 340-346.
Instituto de Ecología AC, Xalapa, Veracruz.