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Su estudio permite conocer mejor la biodiversidad, así como ofrecer indicadores valiosos sobre la calidad del agua y el equilibrio ambiental

Las libélulas migratorias y su papel en el ecosistema

Libélula. “Las libélulas son uno de los grupos de insectos más antiguos y fascinantes del planeta, reconocidas por su vuelo ágil, sus colores metálicos y su importante papel ecológico”, señalaron Ana Paola Martínez Falcón.

Los odonatos, comúnmente llamados “libélulas” y “caballitos del diablo”, son insectos conocidos por ser indicadores de la calidad de los ecosistemas, principalmente del agua. En México, estas especies se encuentran en diferentes hábitats que van desde zonas templadas y boscosas hasta cuerpos de agua subtropicales, que son los ideales para numerosas especies de estos insectos.

“Las libélulas son uno de los grupos de insectos más antiguos y fascinantes del planeta, reconocidas por su vuelo ágil, sus colores metálicos y su importante papel ecológico”, señalaron Ana Paola Martínez Falcón, profesora investigadora del Área Académica de Biología, y el alumno del Doctorado en Ciencias en Biodiversidad y Conservación, Josué Dolores Silva Hurtado, ambos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

El estudio de las libélulas no solo permite conocer mejor la biodiversidad que hay en la entidad, sino que también ofrece indicadores valiosos sobre la calidad del agua y el equilibrio ambiental. El objetivo de los investigadores es presentar una visión general sobre las libélulas, destacar su importancia biológica, los tipos de ambientes que ocupan y los retos que enfrentan ante la degradación de sus hábitats naturales.

Tipos de odonatos y dónde encontrarlos en México

Ana Paola Martínez Falcón y Josué Dolores Silva señalaron que los odonatos están asociados a zonas de agua dulce, como ríos, lagos y lagunas, entre otras, ya que la larva (náyade), o fase juvenil, es acuática y necesita del líquido vital para subsistir, por lo tanto, es más común observarlos en sitios con abundancia de este líquido y en temperaturas cálidas. Es por ello que se distribuyen principalmente en ambientes tropicales, además de que su actividad suele ser durante el día o en el crepúsculo.

Los investigadores de la máxima casa de estudios de Hidalgo explicaron que se conocen dos grandes grupos: las “libélulas” (Anisoptera), que se distinguen por tener una cabeza redonda parecida a un globo con los ojos ocupando la mayor parte del cráneo, además de que las alas se quedan abiertas en posición horizontal al cuerpo; este grupo suele tener un cuerpo más grande.

Por otra parte, se encuentran los llamados “caballitos del diablo” (Zygoptera), distinguidos porque su cabeza es más alargada hacia los lados con los ojos en cada extremo, su cuerpo es más pequeño y sus alas traseras y delanteras son de forma y tamaño similar, por lo que cuando se paran a descansar las ponen en forma vertical sobre el cuerpo.

Actualmente, en la República Mexicana se han encontrado aproximadamente 375 especies de “libélulas” y “caballitos del diablo” de las seis mil 467 especies del mundo. Hasta 2025, los estados que más especies de este grupo registran son Veracruz con 229, Chiapas con 206, Oaxaca 198, San Luis Potosí con 164 y Jalisco con 158. Mientras tanto, en el estado de Hidalgo se han encontrado 151 especies.

Su función en la naturaleza y ayuda en la conservación del ecosistema

Los expertos de la UAEH dieron a conocer que estos insectos son conocidos por ser grandes depredadores que se alimentan de arañas, moscas y otros insectos o pequeños reptiles. Además, su gran apetito los convierte en excelentes controladores de plagas y vectores de enfermedades, como los mosquitos.

La mayoría de los Zygoptera y las Anisoptera presentan una alta sensibilidad ante las alteraciones ambientales, como los cambios en la temperatura, la sequía, los desastres naturales y diversas actividades antropogénicas, entre ellas la contaminación y la modificación del uso de suelo.

Por esta razón, constituyen un modelo biológico adecuado para evaluar el impacto ambiental y analizar las causas y consecuencias que dichas perturbaciones pueden generar sobre estos insectos, la biodiversidad y los ecosistemas en general. Para los investigadores de la Autónoma de Hidalgo, se abre un panorama favorable al estudio de la problemática del cambio climático.

Rutas migratorias y patrones estacionales de las libélulas en América

Alrededor del mundo se han identificado 50 especies de libélulas que tienen la capacidad de migrar anualmente, como se ha documentado en otras especies animales. Se ha observado a los enjambres de libélulas, es decir, grupos conformados por alrededor de 20 a 50 de estas especies, realizar movimientos migratorios para escapar del invierno, en busca de mejores recursos; y, en primavera, regresan a sus sitios de origen.

En América se ha visto que al menos 19 especies migran en otoño desde el norte hacia el sur y en verano regresan. La mayoría de ellas cruzan por México para alimentarse, descansar y reproducirse. Durante su paso por nuestro territorio, muchas libélulas aprovechan los cuerpos de agua disponibles para alimentarse, reponer energía, reproducirse y completar parte de su ciclo vital antes de continuar su viaje hacia Centroamérica o Sudamérica.

Como ejemplos de especies migratorias se pueden mencionar a Anax junius y Pantala flavescens, esta última conocida también como “libélula rayadora naranja”,capaz de migrar desde Estados Unidos hasta Sudamérica y llegar a volar entre 14 mil y 18 mil kilómetros, el doble de distancia que la mariposa monarca.

El estudio de estos patrones migratorios resulta esencial para comprender mejor la ecología de las especies, los factores ambientales que influyen en sus desplazamientos y la importancia de conservar los ecosistemas acuáticos que sostienen estas rutas. Su presencia está ligada a la existencia de cuerpos de agua dulce limpios y ambientes sanos, actuando como bioindicadores, cuyo declive nos alerta sobre la contaminación, la sequía y el impacto humano.

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