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El hallazgo aporta nuevos datos sobre los organismos que habitaban las aguas del antiguo continente Gondwana

Descubren raro artrópodo marino de hace 455 millones de años

Artrópodo. El fósil corresponde a un animal de aproximadamente 15 centímetros de longitud y 10 de anchura, con el cuerpo dividido en tres regiones: cefalón, tres segmentos torácicos y pigidio. (Universidad Complutense de Madrid)

Los paleontólogos Diego García-Bellido, de la Universidad de Adelaida (Australia), y Juan Carlos Gutiérrez-Marco, investigador del Instituto de Geociencias (España), han anunciado el descubrimiento de un raro artrópodo marino de la era paleozoica en el sureste de Marruecos, con una antigüedad de 455 millones de años, durante el periodo Ordovícico.

El hallazgo aporta nuevos datos sobre los organismos que habitaban las aguas del antiguo continente Gondwana, según han dado a conocer este miércoles los paleontólogos en la revista científica Gondwana Research donde aparece publicado este descubrimiento.Gutiérrez Marco y García-Bellido explicaron a EFE que el fósil corresponde a un animal de aproximadamente 15 centímetros de longitud y 10 de anchura, con el cuerpo dividido en tres regiones: cefalón, tres segmentos torácicos y pigidio.

Los restos conservan estructuras digestivas internas y áreas de inserción de apéndices, lo que permite estudiar con detalle la biología de este organismo marino primitivo.La excavación, realizada en las montañas del Anti-Atlas, permitió localizar dos especímenes de un artrópodo trilobitomorfo descrito como Tafilocaris ordovicica.

Según los investigadores, los fósiles representan una nueva especie y género y constituyen el primer miembro post-cámbrico conocido de la familia Emucarididae, que se creía extinguida hace 45 millones de años.A diferencia de las especies de esta familia que habitaron aguas cálidas durante el Cámbrico en el suroeste de China y Australia, el ejemplar africano vivió en aguas frías cercanas al antiguo polo sur terrestre, en la plataforma marina de Gondwana.

El tamaño de este artrópodo, entre 5 y 25 veces mayor que otras especies de su familia, podría estar relacionado con el fenómeno conocido como gigantismo polar, que se ha observado en otros invertebrados marinos que habitan latitudes elevadas.

Según los investigadores, este descubrimiento amplía el conocimiento sobre la biodiversidad marina del Ordovícico y resalta la importancia de los yacimientos fósiles del Anti-Atlas, que continúan ofreciendo información clave sobre la evolución biológica de la Tierra.

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