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Aprueba México medicina contra Leucemia Mieloide Crónica en adultos que no responden a otras terapias

El fármaco genera cuatro veces menos efectos adversos que las terapias que se usan actualmente, explican

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La nueva molécula contra LMC actúa a un nivel extremadamente pequeño para frenar la acción de una proteína que multiplica las células cancerosas

La nueva molécula contra LMC actúa a un nivel extremadamente pequeño para frenar la acción de una proteína que multiplica las células cancerosas

Current Oncology Reports

Las autoridades sanitarias de México aprobaron el uso en este país de un nuevo medicamento que permitirá atender a pacientes adultos que padecen un tipo de cáncer de la sangre llamado Leucemia Mieloide Crónica (LMC), la cual sólo puede atenderse por medio de trasplante de médula ósea o con algunos medicamentos avanzados que no son eficaces para todos los enfermos.

La nueva molécula autorizada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), cuyo nombre científico es Asciminib, entra al cuerpo humano y busca células enfermas que están fabricando una proteína, llamada BCR-ABL. Esa proteína es desactivada porque es indispensable para que las células cancerígenas se multipliquen y no mueran. Es importante recordar que, en todos los tumores líquidos o sólidos, lo que ocurre es que las células cancerígenas se reproducen sin control y no mueren en su edad natural sino que viven mucho más tiempo.

Antes de ser autorizado para su aplicación en México, el medicamento Asciminib ya había sido aprobado para su uso en Estados Unidos y en la Unión Europea. Entre las ventajas por las que se admitió su uso para pacientes mexicanos se consideraron datos que demostraron que este tipo de medicamento, que científicamente ha sido descrito como un inhibidor STAMP,  genera cuatro veces menos efectos adversos que las terapias que se usan actualmente.

“Para entender qué significa este cambio hay que decir que desde el año 2001 comenzaron a fabricarse, en diferentes partes del mundo, medicamentos específicos para tratar de controla a la Leucemia Mieloide Crónica. Estos son conocidos como Inhibidores de Tirosin-Cinasa (TKI por sus siglas en inglés). Su trabajo es impedir que las células leucémicas se alimenten de fósforo. Así se puede frenar la formación de nuevas células cancerígenas y aliviar los síntomas de entre el 80 y 90 por ciento de los pacientes. Actualmente hay cinco medicamentos TKI, muy buenos, pero desafortunadamente hay pacientes en los que no presentan resultados y otros pacientes que los abandonan porque les producen muchas molestias y efectos adversos que deterioran su calidad de vida”, explicó a los lectores de Crónica el médico hematólogo Kevin Nacho, Gerente médico de Hematología del laboratorio Suizo Novartis, que desarrolló la nueva molécula Asciminib y obtuvo permiso para ofrecerla en México.

“La nueva molécula puede ser considerada como una nueva tecnología porque ataca una parte muy específica de la proteína BCR-ABL y frena su actividad para multiplicar células de leucemia. Es una molécula muy selectiva, muy específica y se asocia a una cantidad de eventos adversos mínima, por lo que puede ser usada por pacientes que ya presentaron resistencia o intolerancia a dos o más medicamentos TKI. Este medicamento puede llegar a ser muy importante en la lucha contra otros tipos de cáncer porque fue desarrollado para atender una leucemia o cáncer de sangre, pero muestra que hemos alcanzado una altísima selectividad y eficacia clínica. Tiene resultados muy parecido a aquello con los que los hematólogos y los oncólogos soñamos constantemente: tratamientos muy eficaces y muy tolerados, lo que es difícil conseguir”, agregó Kevin Nacho.

CROMOSOMA FILADELFIA

La Leucemia Mieloide Crónica (LMC) es un cáncer de la médula ósea y de la sangre, que aparece debido a una mutación genética dentro del núcleo de las células, aunque no es hereditaria. Si se pudiera observar microscópicamente lo que ocurre, se podría mirar que cuando las células de la sangre se están copiando para renovar a la población, se presentan casos en los cuales pedazos de material genético son copiados equivocadamente y se mezclan fragmentos de los cromosomas 9 y 22. A esa traslocación o alteración en la posición de material genético entre los cromosomas 9 y 22 se le llama Cromosoma Filadelfia.

El primer medicamento TKI, específico para Leucemia Mieloide Cróinica, se desarrolló casi treinta años después de que se descubrió que el intercambio de ADN entre los cromosomas 9 y 22 ocasiona la formación de un nuevo gen llamado BCR-ABL y que ese gen produce la proteína BCR-ABL que causa que las células cancerígenas de la leucemia crezcan y se dividan sin control.

Mutación genética, pero no hereditaria

El estudio de la Leucemia Mieloide Crónica (LMC) ha sido muy importante en la historia de la medicina, particularmente en los estudios sobre sangre y sobre cáncer, porque en 1960 se descubrió que este padecimiento se presentaba cuando había mutación en dos cromosomas, pero no se trata de una mutación que estuviera presente en los padres. “Esto abrió una nueva vertiente en el conocimiento científico del cáncer donde se entendió que los tumores pueden formarse por una alteración genética, sin que esta alteración sea heredada”, explica el hematólogo Kevin Nacho. Es por ello que el estudio del LMC ayudó a enfocar la atención a otros factores ambientales que causan mutaciones genéticas y que detonan la formación de tumores sólidos o líquidos.