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Desarrollan tratamiento que mejora la cicatrización de quemaduras de segundo grado

El diseño fue encabezado por Roberto Sánchez, investigador del Ceniaq. Evita complicaciones graves a pacientes

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Roberto Sánchez Sánchez ha encabezado el equipo interdisciplinario e interinstitucional que ha desarrollado la cubierta para quemaduras.

Roberto Sánchez Sánchez ha encabezado el equipo interdisciplinario e interinstitucional que ha desarrollado la cubierta para quemaduras.

Conahcyt

Una investigación mexicana que busca proteger a los pacientes con quemaduras de segundo grado logró desarrollar una innovadora cubierta terapéutica que ayuda a cicatrizar de manera más eficaz y segura. Este desarrollo biomédico evita que los pacientes quemados sufran complicaciones graves, como infecciones en la zona dañada, pérdida de líquidos y alteraciones en el proceso de cicatrización.

El avance es resultado de ocho años de trabajo en los laboratorios del Centro Nacional de Investigación y Atención a Quemados (Ceniaq), que forma parte del Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra (INRLGII), de la Secretaría de Salud.

La cubierta para atención a pacientes quemados fue elaborada con piel porcina radioesterilizada, nanopartículas de plata y células madre humanas. Esta solución fue reconocida con el Premio Bionano 2023 en ciencia y tecnología, que es prestigiado reconocimiento público-privado, otorgado conjuntamente por el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) y el Grupo Farmacéutico Neolpharma.

La investigación científica y desarrollo tecnológico detrás de la cubierta para atención a quemaduras de segundo grado han sido encabezados por el doctor en Ciencias Biomédicas Roberto Sánchez Sánchez, investigador del Ceniaq. Con él trabaja un grupo multidisciplinario de expertos del propio Instituto Nacional de Rehabilitación, así como de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y del Instituto de Investigaciones Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

ACUMULACIÓN DE CONOCIMIENTO

Desde la década de los años setenta del siglo XX, investigadores de diversas partes del mundo comenzaron a realizar estudios experimentales con células de la piel para generar tratamientos mediante terapia celular. Posteriormente, a partir de los años noventa se hizo lo propio con células troncales mesenquimales, las cuales pueden dar origen al tejido adiposo, hueso, músculo y cartílago. También contribuyen en la formación de la dermis. El uso de células troncales mesenquimales para el desarrollo de un material terapéutico para lesiones por quemaduras se considera actualmente como una opción muy seria para ayudar a cicatrizar heridas, gracias a su capacidad de diferenciación, inmunorregulación y liberación de factores de crecimiento.

Al encabezar la ceremonia de premiación del premio Bionano, el doctor Alberto Sánchez Hernández, director General del Cinvestav, habló del papel de la institución en la contribución de proyectos en beneficio de la sociedad y de cómo este tipo de reconocimientos incentivan y fomentan la investigación científica.

Por su parte, Diego Ocampo Gutiérrez de Velasco, vicepresidente de Innovación y Desarrollo del Grupo Neolpharma, explicó que, desde hace 11 años, el Premio ha perseguido la generación de mecanismos que permitan establecer un vínculo entre los conocimientos del entorno académico y la industria.

El desarrollo reconocido con el Premio a la Innovación en Bionano: Ciencia y Tecnología 2023 se divide en dos partes: la primera que tiene la finalidad de restaurar y prevenir la pérdida de agua, consiste en una capa de piel porcina utilizada como andamio para el cultivo de fibroblastos, queratinocitos y células troncales mesenquimales, que constituyen la epidermis.

La segunda capa, cuya función es prevenir que se infecte la lesión, presenta como innovación el uso de nanopartículas de plata, que facilitan la cicatrización de heridas y mejora la deposición de la matriz extracelular.

Los productos de ingeniería de tejidos ya existentes, ofrecen una solución efectiva para tratar a pacientes quemados en situaciones donde la obtención de autoinjertos es limitada, pero hasta el momento no son tan accesibles en países de bajos ingresos.

De ahí, la importancia de esta alternativa de tratamiento que aprovecha el potencial de la piel porcina que, en conjunto con la nanocobertura, facilitan el desarrollo de una estructura celular y antimicrobiana, la cual mejora la cicatrización de heridas en pacientes quemados.

En una siguiente etapa, el proyecto busca reclutar a más pacientes para obtener datos que validen la terapia como tratamiento recurrente y se pueda avanzar en el desarrollo de estrategias innovadoras en la cicatrización de heridas y la regeneración de tejidos, proporcionando alternativas prometedoras a enfoques tradicionales.

El galardonado refirió que el Premio lo motiva a seguir trabajando para desarrollar soluciones a problemáticas enfrentadas por la sociedad, y el estímulo económico representa una gran oportunidad para comprar equipo e instrumentación necesarios en su investigación. En representación de Sánchez Sánchez, Carmina Ortega Sánchez, primera autora del artículo que plasma el proyecto.

ATIENDE A UNA NECESIDAD DESATENDIDA

Las complicaciones severas por una quemadura se presentan a partir de 20 por ciento de superficie corporal afectada en adultos y de 10 por ciento en niños. Los injertos de piel autólogos son el tratamiento estándar para lesiones cutáneas cortas, y estos se obtienen a través de la recolecta de una pequeña cantidad de piel del propio paciente, luego se expande en mallas y se coloca en la herida. Sin embargo, cuando la quemadura afecta más del 50 por ciento de la superficie total del cuerpo, esta técnica resulta ineficaz. Por esta falta de opciones de tratamiento, la innovación que recibió el Premio Bionano 2023 es una alternativa terapéutica valiosa a un grupo de pacientes accidentados graves que no tenía muchas opciones de tratamiento.