Un grupo multidisciplinario de jóvenes especialistas en psicología, psiquiatría y sociología, que trabajan en la asociación civil Ondhas Salud Mental, desarrolló un programa de diagnóstico y atención a la salud mental para adolescentes, en la telesecundaria Gustavo Baz Prada, en el Valle de Chalco, Estado de México. Gracias a este esfuerzo, el equipo terapéutico logró documentar que los altos niveles de deserción escolar, ausentismo y conductas agresivas entre jóvenes están vinculados a que el 90 por ciento de los estudiantes entrevistados experimenta síntomas de depresión y ansiedad, mientras que el 13 por ciento presenta ideas suicidas.

El equipo de intervención está integrado por profesionistas muy jóvenes egresadas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Insurgentes. Esta cercanía en edad con los estudiantes les ayudó a aplicar eficazmente un programa de intervención breve y psicoterapia personalizada para atender los síntomas más graves y urgentes.

El proyecto permitió identificar obstáculos y sentar bases para construir un esquema de atención a la salud mental en secundarias públicas, que podría ser replicado en otras escuelas, como explicaron, para los lectores de Crónica, Analía Rojas, Ana Leal y Emily Prado, integrantes del equipo de apoyo psicoterapéutico e integrantes del grupo multidisciplinario de Ondhas Salud Mental; asociación civil fundada por el sociólogo y psicoterapeuta Aldo Reyes con un fuerte enfoque en atención a migrantes.

ESTUDIO DE CASO

Los datos de salud mental colectados entre los estudiantes de la Telesecundaria Gustavo Baz pueden ser considerados un ejemplo o estudio de caso de un problema que se puede estar presentando en muchas otras secundarias de la república, debido a que en ese centro de educación se presentan varias características sociales que se repiten en muchos otros contextos urbanos y periurbanos.

La intervención inició gracias a la iniciativa de una profesora de la Telesecundaria que se puso en contacto con la asociación civil Ondhas, a quienes expresó su preocupación por las conductas depresivas y agresivas que se repetían en gran número de alumnos.

“La primera llamada fue para conocer el contexto, a través de la información que pudo compartirnos la profesora. Así comenzamos a construir un esquema para la secundaria, basados en herramientas como la intervención breve, que incluye entre tres y cinco sesiones de psicoterapia individual para las chicas y chicos. Este esquema psicoterapia breve está construido a partir de trabajo que habíamos realizado previamente con población migrante y debido a que solamente tres personas podíamos atender a los estudiantes, que son una población de 200 alumnos, de nueve grupos escolares”, informó Analía Rojas, quien es Licenciada en Sociología por la UAM-Xochimilco y cursa la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica en la Universidad Intercontinental.

DIAGNÓSTICO Y TERAPIAS

El trabajo de Ondhas Salud Mental con los grupos de la Telesecundaria empezó en noviembre de 2022. Con la ayuda de los profesores, se logró identifica a un primer grupo de 45 alumnos que requerían apoyo psicoterapéutico por temas relacionados con duelos, depresión, problemas familiares y conductas agresivas.

“Al hablar con los chicos encontramos varias problemáticas similares, como la alta prevalencia de violencia intrafamiliar. Es verdad que, para muchos estudiantes, la escuela puede convertirse en un espacio de protección y de fuga de la violencia que viven en casa, pero siempre y cuando las dinámicas de violencia no se repitan en la escuela. Este trabajo que hemos hecho muestra que, para muchos chicos, la terapia psicológica se llega a convertir en un espacio vital, de ayuda y de alivio. Esa atención que se les puede dar en la semana, sí representa para ellos un alivio porque expresan su agobio frente a numerosas situaciones que no pueden manejar, que incluyen problemas económicos, problemas entre sus padres o conflictos con vecinos. A esto hay que agregar que muchos de ellos ya trabajan, aunque son muy chicos, por lo que también llegan a sentir mucha presión por problemas en sus trabajos”, explica Ana Leal, quien es licenciada en Psicología, por la UNAM, psicoterapeuta en Ondhas y autora de artículos académicos sobre Conducta antisocial y delictiva en la adolescencia.

El 16 de enero del 2023 se comenzó la atención psicoterapéutica de manera gratuita a un grupo de 24 estudiantes prioritarios, con base en un esquema de atención de tres a cinco sesiones de evaluación para determinar si el paciente requería atención o únicamente orientación psicoterapéutica. La atención se realizó mediante llamadas telefónicas con una duración de 45 minutos por sesión.

Para el 20 de febrero de este año se concluyó la primera evaluación en la cual se identificó que, durante este primer periodo, 11 alumnos requieren continuar con la atención psicoterapéutica. Para dicha evaluación se consideraron tres variables mayores: 1) La existencia o no de redes de apoyo de confianza; 2) El nivel de riesgo, que incluye el hallazgo de indicios de abuso o violencia sexual, violencia física, problemas alimenticios, ideaciones o intentos suicidas, y 3) El grado de complejidad o gravedad de la problemática.

El 27 de febrero se inició una segunda fase de evaluación, que todavía está en proceso, con un nuevo grupo de 21 estudiantes. Una vez concluido el periodo de evaluación se tienen estimadas actividades y dinámicas grupales de manera presencial para los alumnos y profesores de la escuela.

ESCUCHA ACTIVA

Los adolescentes de la Telesecundaria Gustavo Baz, de Valle de Chalco han mostrado aceptación y manifestado alivio al sentirse escuchados, en privado y de manera individual, en las intervenciones psicoterapéuticas breves que han recibido.

“En todos los casos es muy importante la escucha activa. Al estar con las chicas y los chicos, nosotras debemos puntualizar ideas que nos señalan y regresarles algo sobre lo que nos están expresando. Estamos conscientes que hay problemas del contexto social o familiar que ellos no pueden cambiar, pero sí podemos señalarles desde dónde pueden ellos, como adolescentes, generar un cambio de la forma como pueden enfrentar situaciones adversas que ya se han presentado en su vida y que se pueden volver a presentar. También les ayudamos a identificar diferentes tipos de violencia que llegan a experimentar y que pueden manejar con nuevas herramientas, pues violencia no es sólo que te peguen, sino que te ignoren, que no te saluden o que te excluyan de grupos”, comparte Emily Prado, psicóloga egresada de la Universidad Insurgentes, integrante del equipo de Ondas Salud Mental y quien cursa la Maestría en Psicoterapia en la Universidad Humánitas.

En las primeras 200 sesiones se logró construir una imagen panorámica del contexto de los jóvenes, documentando que 13 por ciento por ciento de los alumnos tienen ideaciones suicidas; 90 por ciento de chicas y chicos cuentan con altos índices de ansiedad y depresión; 77 por ciento de los alumnos no viven con alguno de sus padres biológicos, siendo la principal figura ausente la paterna. Además, el 39 por ciento de los hombres manifestaron trabajar o haber trabajado, mientras que el 7 por ciento de las mujeres atendidas expresan haber trabajado alguna vez en su vida.

Qué hacer si no se puede cambiar entorno social

En la salud mental de los estudiantes de secundaria no sólo influyen procesos internos sino eventos sociales de alto impacto que provienen de las interacciones sociales. La evidencia documentada del impacto negativo de la violencia social en la salud de los adolescentes llevó a Ondhas Salud Mental a concentrar su esfuerzo en mostrarle a las y los estudiantes herramientas que posteriormente ellos mismos puedan replicar para protegerse cuando sea difícil encontrar acompañamiento. También se trabaja para involucrar a los profesores en la construcción de esquemas grupales de apoyo, escucha activa y acompañamiento.