Academia

"Hay científicos mexicanos altamente destacados y premiados en instituciones alemanas"

Alemania no piensa sólo en países sino en regiones cuando hace cooperación internacional y se ha sorprendido gratamente de la infraestructura que ya existe en nuestro país, añade Julieta Rojo, agregada científica de la Embajada de México en Berlín

entrevista

Julieta Rojo Medina, agregada Científica de la Embajada de México en Alemania, dice que ha aumentado el interés de jóvenes por estudiar posgrados en aquel país.

Julieta Rojo Medina, agregada Científica de la Embajada de México en Alemania, dice que ha aumentado el interés de jóvenes por estudiar posgrados en aquel país.

Antimio Cruz

Existe un puente muy robusto entre las sociedades de Alemania y México del que se habla poco: el vínculo en la investigación científica. No sólo se trata de los más de mil becarios mexicanos que se han formado en instituciones alemanas en los últimos 20 años, sino de la creación de programas binacionales de investigación, la apertura de oficinas alemanas de intercambio académico en ciudades mexicanas y, un dato poco conocido: el creciente número de personas formadas en México que hacen investigación en instituciones alemanas y han recibido premios y reconocimientos.

Esta mirada, bien fundamentada, de la creciente interacción científica binacional es explicada a los lectores de Crónica por la destacada hematóloga mexicana Julieta Rojo Medina, miembro de la Academia Nacional de Medicina, ex directora general del Centro Nacional de Transfusión Sanguínea, de la Secretaría de Salud, y actual agregada científica de la Embajada de México en Alemania, con sede en Berlín.

La también ex profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dice que abundan los ejemplos de mexicanos con carreras muy destacadas en instituciones alemanas.

Por citar sólo unos ejemplos, la Agregada de la embajada mexicana habla sobre la doctora María Elena Torres Padilla, directora del Instituto de Epigenética del Centro Helmholtz de Múnich; la doctora Karla Rubio Nava, quien realiza investigaciones sobre fibrosis pulmonar idiopática en el Instituto Max Planck de Bad-Nauheim y fue la primera mexicana en recibir el Premio Von Behring-Röntgen, que es uno de los más prestigiados en Alemania; así como del doctor Raúl Rojas González, experto en redes neuronales artificiales y vehículos autónomos, de la Universidad Libre de Berlín, quien ha ganado el Premio al Profesor del Año, de la Sociedad de Profesores de Alemania y el Premio Wolfgang von Kempelen, por la Sociedad de Historia de la Informática.

-- Hace 20 años no existía en México una oficina del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por siglas en alemán) y las becas las ofrecía solamente la embajada alemana en México. En ese momento se nos pidió a varios profesores que habíamos realizado estudios de posgrado en Alemania que promoviéramos las becas entre los jóvenes. No fue fácil porque los jóvenes pensaban que el idioma alemán es muy difícil e incluso había algunos prejuicios asociados a la Segunda Guerra Mundial.

Pero después, ese pequeño grupo de egresados formamos la Sociedad de Exbecarios Mexicanos del DAAD (SEMEX-DAAD) y pudimos apoyar a la primera directora de la primera oficina regional del DAAD en México. Al instalarse, se firma un primer convenio con Conacyt y desde entonces se empezaron a promover más estas becas, para todas las disciplinas. El convenio ofrecía inicialmente entre 100 y 120 becas con recursos compartidos Conacyt-DAAD y, en paralelo había otras 20 becas que ofrecía directamente la embajada.

A este esfuerzo se sumó el hecho de que, gracias al Proceso de Bolonia de la Unión Europea, se abrieron muchos más posgrados que se podían cursar en inglés, en toda Europa—dice la doctora Rojo Medina, quien obtuvo su grado de doctorado en la Universidad de Colonia, Alemania.

-- ¿Cuáles son los campos de investigación científica o desarrollo tecnológico que actualmente agrupan a más mexicanos estudiando en Alemania?

-- Entre los primeros egresados que formamos la SEMEX-DAAD hay doctores en Astrofísica, Ingeniería Metalúrgica; Ingeniería Biomédica, Ingeniería Química, Urología, Patología, Física y Medicina

Yo diría que, desde hace algunos años, el fuerte de Alemania, desde el punto de vista de los mexicanos, eran las ingenierías, en todas sus disciplinas. Ahora se ha diversificado mucho y es difícil calcular cuántos mexicanos están estudiando simultáneamente en este país porque hay algunos trabajando en doctorados que pueden durar hasta cinco años; otros sólo vienen a estudiar maestrías de uno o dos años, y quienes vienen a capacitaciones muy técnicas que sólo duran meses.

Hay que aclarar que mientras las becas bilaterales, que otorgan los gobiernos de México y Alemania, pueden sumar entre mil 700 y 2 mil, en los últimos 20 años, a esas becas hay que agregar las que otorgan directamente otras instituciones como, por ejemplo: la Sociedad Max Planck, con 81 Institutos, la Universidad Libre de Berlín o la Asociación Helmholtz, también con 15 Centros, donde hay líderes de grupo mexicanos e invitan a jóvenes mexicanos bien calificados.

-- La cooperación científica entre dos países no sólo son becas ¿Cómo describiría su mapa de trabajo o los temas que aborda la Consejería de Cooperación Científica?

-- En los tres años que he trabajado como consejera científica, el primer paso fue establecer contacto con todas las universidades e institutos donde puede haber intercambios con México. Es una tarea grande porque hay organizaciones mayores, como las Sociedades Max Planck de Ciencias básicas, la Sociedad Fraunhofer que tiene Institutos de Industria 4.0 o la Asociación Leibniz de ciencias aplicadas, que cuentan en su interior con una gran diversidad de institutos; por ejemplo, la Asociación Leibniz tiene 97 institutos y la Asociación Fraunhofer con 69, con enfoques también de investigación médica y de medio ambiente y efectos del cambio climático, industria 4.0, entre otros. Con cada institución se presentó la Consejería científica de la Embajada de México. Ese trabajo cambió cuando llegó la pandemia porque tuvimos que enfocarnos en otras tareas.

--¿Qué se hizo en colaboración binacional y respuesta rápida México-Alemania durante la pandemia de COVID-19?

Al entrar la pandemia, la Consejería científica de la embajada tuvo como labor seguir diariamente las conferencias sobre la evolución de los contagios, que presentaba el doctor en Lothar Wieler, Presidente del Instituto Robert Koch y entregar informes a México sobre los avances en la evolución sobre el entendimiento del virus y en el desarrollo de pruebas diagnósticas PCR. También participamos en la búsqueda de proveedores para México de pruebas PCR o de respiradores artificiales.

Tuve oportunidad de platicar con el doctor Lothar Wieler, quien aceptó dar una conferencia virtual para la Academia Mexicana de Cirugía en el 110º Aniversario Luctuoso de Robert Koch, y también se contactó al doctor Felix Drexler, del Instituto de Virología, del Hospital Universitario de la Charité, de Berlín, quien encabezó el proyecto alemán del Grupo de expertos de intervención rápida ante pandemias (SEEG) al que se acompañó a México en una visita muy importante en la que Alemania donó 100 mil pruebas PCR y un grupo de expertos de alto nivel visitó Yucatán, el Estado de México y la Ciudad de México, para conocer la evolución de la pandemia. Estuvimos también en el Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE) y el Hospital General de México (HGM).

-- ¿Por qué en varios eventos se ha dicho que colaboración científica Alemania-México es estratégica?

-- Alemania no piensa sólo en países sino en regiones cuando hace cooperación internacional y los alemanes se han sorprendido gratamente de la infraestructura que ya existe en México. También como consejera pude acompañar a en un viaje por varios estados de México al doctor Andreas Trepte, director para América Latina de la Sociedad Max Planck.

Delegaciones alemanas que han visitado nuestro país evalúan que México cuenta con la infraestructura necesaria y los investigadores calificados para desarrollar proyectos de impacto regional, como el proyecto GLACIER (German-Latin American Centre for Infection and Epidemiology Research Training) con apoyo del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), de investigación, vigilancia y atención epidemiológica en el que participan la UNAM, la Universidad de la Habana y, por parte, de Alemania la Universidad de Halle con el Hospital Universitario de la Charité. Además, se están llevando a cabo visitas de rectores de ambos países con enfoque de movilidad académica, educación dual y, desde luego, cooperación de proyectos conjuntos.

Un legado que dejaron las grandes dificultades asociadas a la pandemia fue una relación científica más fuerte entre Alemania y México. Este momento de la relación bilateral contiene una gran oportunidad para las generaciones jóvenes porque se ve más clara la posibilidad de participar en becas, intercambios y proyectos de investigación binacional—concluyó la científica mexicana, en entrevista para los lectores de Crónica.