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Inclusión en ley de ciencia de Conacyt, una farsa

Después de tantos foros y discusiones, las opiniones de la comunidad prácticamente no fueron integradas en la propuesta presentada al Legislativo, dice Brenda Valderrama

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Elena Álvarez-Buylla en comparecencia en el Senado en octubre pasado.

Elena Álvarez-Buylla en comparecencia en el Senado en octubre pasado.

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La semana pasada, el gobierno federal presentó ante el Poder Legislativo su propuesta de iniciativa de Ley General de Ciencia y Tecnología, con autoría del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Ante la noticia, la Academia de Ciencias de Morelos (Acmor) alertó que la propuesta mantiene características autoritarias, centralistas y regresivas para el sistema de ciencia nacional.

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En entrevista, Brenda Valderrama –una de las científicas mexicanas que mejor conoce la política científica y la administración del sector científico en el país– refirió que la iniciativa es muy similar a la “filtrada” hace casi un par de años. “Es extremadamente parecida, cambia algunos detalles, pero se mantienen aspectos que nos preocupan, básicamente los siguientes tres: La falta de gobernanza, es decir, la centralización de la toma de decisiones en una sola persona; la falta de mecanismos de financiamiento transparentes y equitativos y la falta de reconocimiento a los estados como soberanos de su desarrollo científico y tecnológico”.

Aunque la propuesta de Conacyt (la cuarta en circular entre legisladores) no es exactamente un “madruguete” por llegar a finales de año, sí puede generar menos interés en la comunidad académica, puesto que está de vacaciones, añade la ex presidenta de la Acmor.

Llegó a finales de año debido a que se llevó a cabo su Consejo General donde el Presidente dio luz verde. “Ya lo había hecho desde el año pasado, pero, por alguna razón que desconocemos, no se había presentado, quizá porque existieron protestas y se le dio un año más a Conacyt para que incluyera otras voces, cosa que no hizo. Justo en la minuta del Consejo General es donde avisan que ahora sí va en serio, y poco después aparece en la Gaceta Parlamentaria”.

Y esas otras voces no fueron incluidas en este periodo de tiempo por más que la directora de la institución, Elena Álvarez-Buylla, haya enfatizado lo contrario, incluso ante los mismos legisladores en su pasada comparecencia o en sus múltiples eventos institucionales. Es una simulación, refiere Valderrama.

“Conacyt dice que se ha invitado a diferentes sectores de la comunidad a las diferentes discusiones y foros, pero no se ha tomado en cuenta a ninguno. ¿Para qué preguntas qué hacer de comer, si vas a hacer lo que tú quieres? Sólo para que parezca que los tomaste en cuenta. Eso fue lo que pasó, en realidad se tomaron muy, muy poco de otras opiniones en cuenta después de tantos foros, tanta discusión y tanto documento”.

BALÓN EN JUEGO.

En septiembre pasado, diputados de la oposición, encabezados por Juan Carlos Romero Hicks, presentaron su propuesta de Ley General, que se sumó a las elaboradas por la red de científicos ProCienciaMx y la Red Nacional de Consejos y Organismos Estatales de Ciencia y Tecnología (Rednacecyt). Ahora, llegó la de Conacyt a la Cámara de Diputados, no obstante, las comisiones de esta cámara y la de senadores habían acordado que, independientemente del origen de su presentación se atendería de manera paralela por ambas, recordó Valderrama.

Lo más probable es que la discusión y análisis de las propuestas se realice hasta el próximo año, pero este juego “ya comenzó”, enfatiza la investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM. “En el momento en que el Legislativo recibió la propuesta del Ejecutivo el balón está en juego e inició el partido”.

Lo mejor que podría pasar para la comunidad científica es que la iniciativa de ley general no se revise en este periodo legislativo, sino al siguiente, para que se lleven a cabo todos los parlamentos abiertos necesarios y los legisladores incluyan todas las voces, incluso la de Conacyt, “que tiene sus argumentos, que no nos parezcan correctos es otra historia”.

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La directora de Conacyt ha recibido cuestionamientos de todas las bancadas, principalmente de la oposición, que incluye excepciones en la hegemonía dúctil y secuaz dentro de Morena. Para Brenda Valderrama esto podría ser significativo, “pero sabemos que el poder del Ejecutivo sobre el Legislativo es bastante insano y hasta ahora no ha habido ninguna condición de autonomía en la toma de decisiones. Esperamos que por ser un tema de interés de muchos legisladores –hay un buen número de académicos, profesores e investigadores– lo vean con otros ojos y voten en contra de una iniciativa tan perjudicial para el sistema como lo es esta de Conacyt”.

Ante el rumbo distinto que tomó la política científica en el actual gobierno y el desmantelamiento del sistema anterior, la Ley General de Ciencia y Tecnología es el punto de inflexión que perpetuaría en las próximas décadas la actual visión de Conacyt y la 4T sobre el desarrollo del conocimiento científico, tecnológico y de innovación del país. “La moneda está en el aire”, dice Brenda Valderrama.

“Estamos en el momento en que necesitamos tomar decisiones respecto a nuestra política científica, el mundo es otro, ha cambiado mucho en 20 años (cuando se aprobó la actual ley), así como el ambiente que imperaba en ese entonces –muy optimista, de colaboración internacional, de comercio internacional, globalización…–, cambió”.

La académica enfatiza que el sector debe aceptarlo en parte por el desarrollo natural de la economía y por los efectos de la pandemia. Así que “es un excelente momento para retomar una ciencia a la mexicana”, añade, pero no sólo hecha para satisfacer las necesidades del país, sino del mundo, y posicionarnos como proveedores de servicios científicos y tecnológicos, no sólo como generadores de conocimiento.

“Es una buena oportunidad, no obstante, la iniciativa de Conacyt va en sentido contrario, en reversa, puesto que quiere cerrar al país, alejarlo de lo que tenga que ver con la aplicación del conocimiento; además, mezcla al conocimiento científico con el ancestral como si fueran aspectos de lo mismo, en tanto tiene una aversión por el sector privado. Mientras eso ocurra, México seguirá su gradual debilitamiento, lo cual es muy preocupante”.