Academia

Jóvenes indígenas en posgrados

En 2020, del total de población (de 3 años y más) el 5 % de la población hablante de lengua indígena tenía educación superior

ciesas

Teresa Soriano, mujer chatina originaria de Juquila, Oaxaca y becaria de la 2ª generación del Probepi en su examen de maestría.

Teresa Soriano, mujer chatina originaria de Juquila, Oaxaca y becaria de la 2ª generación del Probepi en su examen de maestría.

Ciesas

La presencia de jóvenes indígenas en las instituciones de educación superior se ha incrementado en la última década de manera significativa, aunque la brecha entre población indígena y no indígena sigue abierta. En 2010, la población nacional de 15 años y más que había cursado al menos un año de estudios superiores fue del 16.5%; mientras que en el caso de la población indígena representó el 5.6%.

Cinco años más tarde, en 2015, la población nacional de 15 años y más que había cursado al menos un año de estudios superiores fue del 18.6%, mientras que en el caso de la población indígena representó el 7.2% . No obstante que hay un avance porcentual en la incorporación de los indígenas a la educación superior, la brecha sigue abierta e incluso se ha profundizado un poco más (10.9 puntos porcentuales en 2010 y 11.4 en 2015).

En 2020, del total de población (de 3 años y más) el 5 % de la población hablante de lengua indígena tenía educación superior, como nivel educativo, mientras el 18 % de la población no hablante de lengua indígena se situaba en esa circunstancia .

A medida que se avanza en el nivel educativo, menos estudiantes hablantes de una lengua indígena prosiguen en las aulas. El 30% en edad de cursar estudios universitarios están inscritos en algún plantel de educación superior, mientras menos del 3% de quienes hablan una lengua indígena lo están.

Los esfuerzos para cerrar esa brecha han sido diversos, destaco ahora los del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS, que desde 2001 ha instrumentado un programa de becas y apoyos para indígenas para cursar posgrados. De 2001 a 2010, con el International Fellowship Program (IFP), de la Fundación Ford y desde 2012, con el Programa de Becas de Posgrado para Indígenas, Probepi, apoyado por el Conahcyt. En estos 22 años de experiencia, se abrieron nueve convocatorias en la primera etapa con la Fundación Ford y ocho convocatorias del Probepi, la última de ellas en 2022.

Aunque en términos cuantitativos este esfuerzo es modesto, su impacto es cualitativamente significativo, por la inserción y visibilidad de las egresadas y los egresados. En cuanto al Probepi, las trayectorias muestran que su objetivo se cumple:

El PROBEPI busca promover el desarrollo individual y colectivo de los pueblos originarios de México a través de la formación de investigadores y profesionales de alto nivel académico quienes, con base en los conocimientos y la experiencia adquiridos durante los estudios, se conviertan en profesionales sobresalientes en sus respectivas áreas de especialización para promover la equidad y contribuir con ello al desarrollo local, regional y nacional.

De acuerdo con un estudio realizado en 2022:

“La incidencia de los egresados del PROBEPI se ha dado en diversas áreas en las que han aplicado sus conocimientos después de haber regresado de estudiar su posgrado, independientemente si regresaron o no a sus comunidades de origen. Aquellos que retornaron a sus comunidades de origen, han incidido en diversos espacios y ámbitos de la vida comunitaria así como en el educativo, político, ambiental, social, cultural y comunalicrático, en donde se han desarrollado en la docencia; ejercido algún cargo comunitario o municipal; creado licenciaturas en las universidades donde laboran considerando las necesidades de sus comunidades o regiones; imparten talleres y conferencias; crean canciones o cuentos en la lengua materna; realizan la proyección de documentales y películas; promueven la cultura de los pueblos originarios; documentan la lengua pasándola de la oralidad a lo escrito; participan en el ordenamiento territorial de sus comunidades o municipios; imparten cursos para formación de mujeres indígenas, desarrollo rural, sostenibilidad e interculturalidad y, medio ambiente; velan por los derechos humanos de los pueblos originarios y su autonomía; participan proactivamente en la defensa de su territorio; propician el rescate y preservación de las lenguas originarias; se desempeñan como autoridades académicas; son profesores investigadores en educación intercultural, etnoecología, derecho indígena, didáctica de la lengua, e impulsan las costumbres y tradiciones de los pueblos originarios. Como docentes se desempeñan en preparatorias, universidades públicas y privadas, estatales, interculturales y normales bilingües”

Por su parte, “el impacto de quienes han trabajado o incidido desde otros espacios fuera de su comunidad pero en pro de ella ha sido básicamente en el ámbito educativo desde el nivel básico al superior; son profesores investigadores; trabajan en ONGs, cooperativas e instituciones públicas y privadas; se han involucrado en el ordenamiento territorial, reforestación de áreas degradadas y manejo de recursos y vida silvestre de las comunidades; han creado Centros de Lengua y Cultura desde donde impulsan a través de talleres y otras actividades su resignificación, rescate y difusión; han promovido talleres y producido documentales, películas y festivales de cine; han instituido medios de comunicación autónomos; se han comprometido en la militancia para la defensa de su territorio; contribuyen proactivamente en la defensa de los derechos humanos en general, y en los derechos de los pueblos indígenas en particular; participan en congresos regionales o nacionales u otras actividades de corte académico; en las universidades donde laboran han fundado o creado licenciaturas con corte social y comunitario relacionadas con la lengua y cultura de los pueblos originarios; han gestionado proyectos en pro de grupos y sectores vulnerables; se desempeñan como profesores de educación indígena; colaboran en la elaboración de material educativo de educación básica indígena, entre ellos la grabación y proyección de clases en la lengua; en el ámbito político participan con gobiernos municipales de las comunidades donde laboran; son intérpretes y traductores de la lengua (tojolabal, zapoteco, mazahua, mixe y triqui); se desempeñan como docentes en las Universidades Interculturales o en las Universidades de Bienestar Benito Juárez; en la academia se desenvuelven, particularmente, en el área de las ciencias sociales y humanidades; han escrito y publicado libros y, han luchado por los derechos de las mujeres en general, y por los derechos de las mujeres indígenas en particular”

A diciembre de 2023, el Probepi cuenta con 133 egresados, de los cuales está titulado el 81%; 42 (39%) son mujeres y 66 (61%) son hombres, todos ellos con altos promedios.

Los pueblos indígenas representados en el Probepi son 30, aunque sus proporciones varían. Su orden de importancia numérica por origen lingüístico es: nahuas, zapotecos, mixtecos, mayas, mixes, tsotsiles, purépechas, otomíes, tojolabales, chinantecos, zoques, mazahuas, totonacas, tseltales, tarahumaras, tlapanecos, triquis, huaves, chol, amuzgo, popoloca, mazateco, chatino, chontal de Oaxaca, huichol, tepehua, tepehuano y mam, huasteco y ocuilteco.

La necesidad de que estos esfuerzos continúen y se amplíen, es importante, para resolver la exclusión que experimentan todavía las mujeres y hombres indígenas en la educación superior.

1. INEGI, Censo de Población y Vivienda, México 2010 y CDI. Sistema de indicadores sobre la población indígena de México, con base en: INEGI, Censo de Población y Vivienda, México, 2010.

2. CDI. Sistema de indicadores sobre la población indígena de México con base en: Encuesta Intercensal 2015, INEGI.

3. INEGI, Censo de Población y Vivienda, México 2020.

4. CONEVAL, Educación para la Población Indígena en México: el derecho a una educación intercultural y bilingüe. 1ª edición, octubre 2022.

5. Ramírez Reyes, Neptalí, La incidencia de los egresados del Probepi. Generaciones 2012, 2014 y 2015, pág. 182-183, 2022.

6. Ibidem