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“México no está cuidando su biodiversidad”: Esperanza Martínez

La académica señala que ha habido intentos extranjeros por patentar variedades de maíz y frijol · Recientemente recibió el Premio L’Oreal-UNESCO Mujeres en la Ciencia 2020 y la medalla Mario Molina, otorgada por el Congreso de la CDMX

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Desde 1991, Esperanza Martínez Romero ha descubierto bacterias que ayudan al frijol a nutrirse con nitrógeno incluso en suelos con acidez, metales o poca agua.

Desde 1991, Esperanza Martínez Romero ha descubierto bacterias que ayudan al frijol a nutrirse con nitrógeno incluso en suelos con acidez, metales o poca agua.

Nelly Selem

La diversidad biológica que existe en México es una riqueza que muchos países aprecian con claridad, pero que dentro de nuestro propio territorio pasamos por alto. Ese patrimonio natural no sólo incluye a miles de especies animales y vegetales, sino a millones de organismos microscópicos presentes en los ecosistemas y que participan en asociaciones e interacciones benéficas para que la vida persista y evolucione.

Así lo explicó, en entrevista para los lectores de Crónica, una de las mayores expertas del mundo en cooperación entre bacterias y plantas, la científica mexicana María Esperanza Martínez Romero, que el pasado 23 de junio recibió, en París, el Premio L’Oreal-UNESCO Mujeres en la Ciencia 2020 y que el 30 de mayo recibió también la medalla Mario Molina, otorgada por el Congreso de la Ciudad de México.

El 22 de junio, Esperanza Martínez recibió el París el Premio L'Oreal-UNESCO 2020 que se pospuso debido a la pandemia de COVID19.

El 23 de junio, Esperanza Martínez recibió el París el Premio L'Oreal-UNESCO 2020 que se pospuso debido a la pandemia de COVID19.

Fundación L'Oreal-UNESCO

En conversación con este diario, el día que recibió el galardón en la Ciudad de México, la Doctora en Ciencias Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigadora del Centro de Ciencias Genómicas, en Cuernavaca, narró que hace 40 años estudió ciencias biomédicas porque quería comprender el funcionamiento del cerebro humano, pero terminó por reconocer que no podía diseccionar animales y así prefirió enfocarse a estudiar plantas. Ese fue el camino por el cual llegó al fascinante mundo de las interacciones entre vegetales y bacterias, que le han permitido identificar diferentes microorganismos del género “Rhizobium”, que son indispensables para que las plantas de frijol y maíz puedan nutrirse con nitrógeno presente en el entorno. A ese proceso, en equipo, que realizan plantas y bacterias se le llama fijación del nitrógeno.

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Esperanza Martínez Romero; Fabiola, viuda de Rafael Navarro; y  Julieta Fierro Gossman

Son estas bacterias asociadas a las que he estudiado. He identificado su gran diversidad y he señalado nuevas especies. Mis colegas en el mundo me honraron nombrando una especie con mi nombre Rhizobium esperanzae. Esto me hace sentir orgullosa, pero sobre todo me permite recordar que estas bacterias también son patrimonio de los mexicanos y debemos protegerlas, no sólo a las plantas”, dijo la científica que estudió en la UNAM desde el bachillerato, en el Colegio de Ciencias y Humanidades, hasta la Licenciatura, Maestría y Doctorado en Ciencias Biomédicas.

“Todos vivimos en simbiosis con los microbios, pero generalmente se les ha ignorado en todos los ecosistemas", agregó la profesora Martínez Romero.

Hay varios ejemplos de la cooperación a la que se refiere la doctora Esperanza, pero el que ella ha estudiado durante muchos años es la cooperación que realizan plantas como el frijol, maíz, alfalfa o chícharo con las bacterias del suelo llamadas “Rhizobium”, que se establecen en las raíces de las plantas y forman una sociedad: las plantas les entregan nutrientes a las bacterias y éstas le entregan a las plantas compuestos con nitrógeno que los vegetales no pueden adquirir directamente.

“Todos vivimos en simbiosis con los microbios, pero generalmente se les ha ignorado en todos los ecosistemas

“Todos vivimos en simbiosis con los microbios, pero generalmente se les ha ignorado en todos los ecosistemas", señala la investigadora.

Fundación L'Oreal-UNESCO

APORTACIÓN TRANSFRONTERIZA.

Oriunda de la Ciudad de México doctora Esperanza fue hija de una profesora y directora de una escuela primaria, quien la animó a que estudiara, mientras que su padre compartía con ella libros de zoología desde muy pequeña, inculcándole el amor por la naturaleza.

En 1991, descubrió que la cepa “Rhizobium tropici” podía aportar altos niveles de nitrógeno a las legumbres, que son las plantas más consumidas a nivel mundial, incluso en situaciones de estrés provocadas por la acidez del suelo, el contenido de metales o las altas temperaturas. Desde entonces, ella y su equipo han descrito decenas de especies de Rhizobium en diferentes interacciones con plantas.

Falta de conciencia

Desde 1991, Esperanza Martínez Romero ha descubierto bacterias que ayudan al frijol a nutrirse con nitrógeno incluso en suelos con acidez, metales o poca agua.
"Muchos problemas que afligen a la humanidad, como la obesidad, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad han crecido por ignorancia" Esperanza Martínez

Sus aportaciones son importantes a nivel internacional porque México es centro de origen y diversificación del maíz y el frijol, y porque el entender los procesos biológicos para fijar nitrógeno pueden ayudar a disminuir el consumo de fertilizantes hechos mediante síntesis química.

México no está cuidando su biodiversidad. Hace años, una compañía quiso patentar como suya una variedad de frijol amarillo y hubo que salir a pelear para que la revocaran. Después, una compañía de Estados Unidos quiso patentar a los maíces que son capaces de fijar nitrógeno y tuvimos que luchar nuevamente. Nadie tiene derecho de patentar el maíz y el frijol; los domesticaron nuestros ancestros y debemos defenderlos, así como a las bacterias asociadas”, expuso la investigadora que realizó investigaciones de posgrado en el Instituto Nacional de Investigación Agronómica, en Toulouse, Francia.

Más ciencia, menos burocracia

En la ceremonia donde el Congreso de la Ciudad de México otorgó a la Doctora Esperanza Martínez la medalla Mario Molina por investigación científica, la investigadora biomédica llamó a no burocratizar más los procesos para financiar la ciencia con recursos públicos.

“Problemas que afectan a la humanidad y que podemos resolver con ciencia, se complican por burocracia. Recientemente nos dieron un proyecto para defender a los maíces que son capaces de finar nitrógeno. Eso lo hicimos porque ha existido la amenaza de que los quieren patentar. Este proyecto lo hicimos juntos la UNAM y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), pero llenar los requisitos fue un esfuerzo impresionante y hacer que el dinero fluya va a ser otra pesadilla. Por eso, es clave el trabajo de los legisladores y las autoridades para, con pequeñas acciones, hagan más fácil el trabajo de todos los ciudadanos y, por supuesto, de los investigadores”, dijo Martínez Romero.

La burocracia mexicana

Desde 1991, Esperanza Martínez Romero ha descubierto bacterias que ayudan al frijol a nutrirse con nitrógeno incluso en suelos con acidez, metales o poca agua.
Los problemas de burocracia que siempre han dificultado los trámites de gobierno ahora han aumentado para buscar financiamiento para investigación científica. Esperanza Martínez