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Tec de Monterrey reduce su huella de carbono y gasto de agua con estrategia Ruta Azul

También logró que el 74 por ciento de su consumo de electricidad provenga de fuentes de energía renovable. Ahorró más de 707 mil 200 litros de agua, gracias a que su comunidad evitó el uso y desperdicio de más de 112 mil 500 botellas plástico

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El Tecnológico de Monterrey busca que todas sus carreras incluyan en sus programas formación sobre la crisis climática.

El Tecnológico de Monterrey busca que todas sus carreras incluyan en sus programas formación sobre la crisis climática.

Tec de Monterrey

El Tecnológico de Monterrey ha logrado reducir 41 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con las que generaba en el año 2019; además ha logrado que el 74 por ciento de su consumo de electricidad provenga de fuentes de energía renovable; por ejemplo, de sistemas fotovoltaicos. Estas cifras se pueden analizar en el inventario de emisiones de gases de efecto invernadero desarrollado por esa institución educativa, fundada en 1943. Con esa herramienta se puede demostrar, con datos claros y concisos, la eficacia de sus acciones contra el cambio climático.

Otros indicadores cuantitativos en los que el Tecnológico tiene resultados favorables, son el resultado de un cambio de cultura al interior de su comunidad. Esto se ha logrado a través de una Guía de eventos sostenibles que permitieron evitar la emisión de más de 8.5 toneladas de Dióxido de Carbono (CO2) y ahorrar más de 707 mil 200 litros de agua, gracias a que sus profesores, estudiantes, trabajadores y autoridades evitaron el uso y desperdicio de más de 112 mil 500 botellas plástico Polietileno tereftalato o PET.

Otro esfuerzo realmente innovador y fuera de serie, fue que el tecnológico contó e hizo una georeferenciación precisa de 34 mil árboles que viven dentro de sus 25 campus y publicó su propio Manual de buenas prácticas para la gestión sostenible de arbolado, el cual aplica dentro de todos sus campus en la República.

Los datos están incluidos en el segundo reporte de avances de Ruta Azul, el Plan de Sostenibilidad y Cambio Climático hacia el 2025, presentado el pasado 21 de abril.

Adicionalmente a lo cuantitativo, existe otro ambicioso proyecto cualitativo, que incide en sus programas educativos, para que todos los alumnos que se gradúen del Tec de Monterrey cuenten con conocimiento y capacidades para encarar la emergencia climática, independientemente de la licenciatura o posgrado que hayan cursado.

“Hemos pactado con las escuelas nacionales la inclusión del Objetivo para el Desarrollo Sustentable 13, de Naciones Unidas, llamado Acción por el clima, en sus programas de formación profesional. Esto significa que no puede haber estudiantes del Tecnológico de Monterrey que se gradúen de profesional sin tener los conocimientos, las actitudes y los valores, con respeto al cambio climático. Actualmente estamos trabajando con las escuelas para que esto se concrete y llevamos un muy importante avance, para que ya no haya carrera que no contemple la acción por el clima”, informó en entrevista para los lectores de Crónica el doctor Luis Fernández Carril, coordinador de Sostenibilidad y Cambio Climático del Tecnológico de Monterrey

La acción educativa surge ante la evidencia científica de que la emergencia climática tiene implicaciones catastróficas y México es un país muy vulnerable ante fenómenos climáticos extremos como sequías o lluvias torrenciales.

GRAN ALCANCE

“La emergencia climática es una situación que requiere actuar de forma urgente, rápida, con decisiones de gran alcance, sin precedentes, en todos los niveles de la sociedad”, subrayó el doctor Fernández Carril al ser cuestionado sobre por qué una institución de educación superior tiene una estrategia específica contra el cambio climático.

“Encarar el cambio climático no es una tarea exclusiva de los gobiernos; también está el sector privado y están las universidades e instituciones de educación superior, que no pueden quedar al margen pues son espacios donde se genera información, educación y liderazgos. Además, el Tecnológico de Monterrey es muy grande porque tiene 25 campus y no pueden mantenerse ajenos a los impactos que el cambio climático provoca en las sociedades y regiones donde trabaja. Frente a la inercia y la falta de acción que muchas veces está presente en la sociedad, las universidades e instituciones de educación superior tienen el deber moral de abrir camino y mostrar que la acción es posible”, indicó el investigador de ética y política de cambio climático.

Luis Fernández Carril, quien labora dentro de la Vicepresidencia de Inclusión, Impacto social y Sostenibilidad del Tecnológico, indica que hay muchos desafíos sociales en los que la población voltea la mirada a las universidades e institutos con la intención de escuchar propuestas sobre lo de se debe hacer o como un ejemplo de cómo han actuado al interior de sus instalaciones y comunidades.

“Así es como el Tec adopta una cultura proactiva, en lugar de ser reactiva, y así realizar una serie de acciones en mitigación, adaptación, educación, investigación y vinculación, que nos lleven a ser una institución modelo se sostenibilidad”, indicó el investigador y autor líder del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, en el Grupo de trabajo II, para elaborar el Sexto Reporte de Evaluación en el capítulo dedicado a las “Vías de desarrollo resiliente al clima”.

EDUCAR DIFERENTE

Como uno de los objetivos cualitativos que busca alcanzar el Tecnológico es fomentar la construcción de una cultura proactiva, uno de los instrumentos más importantes que ha diseñado, por medio de investigación aplicada, es un Índice de cultura de la sostenibilidad. Esto no es un instrumento internacional sino una creación mexicana, del Tec de Monterrey, porque muchas veces en otros países se miden comportamientos que ya están muy estandarizados pero que no permiten profundizar en el cambio de comportamientos y actitudes. Es decir; en todo el mundo ya se usan indicadores de cambio cultural frente al cambio climático como cuánta gente recicla o cuánta gente usa bicicleta. Esos indicadores son buenos, pero el Tec buscaba obtener datos más allá.

“Queremos conocer qué hay sobre los conocimientos, actitudes, visiones e ideologías que mueven a las personas. ¿Qué hay dentro de la mente de las personas hoy? Y precisamente, para conocer más sobre esto hemos creado el Índice de la cultura de la sostenibilidad, para poder conocer qué es el lo que los estudiantes, profesores y colaboradores piensan sobre estos temas, poder cuantificarlos, saber dónde nos encontramos y así poder hacer mediciones longitudinales en los próximos años. Así podremos medir qué pasa después de las intervenciones que estamos haciendo con el Plan de sostenibilidad y saber cómo hemos avanzado, con respecto a esta cultura de la sostenibilidad”, explicó el doctor Fernández Carril.

El primer reporte de Cultura de la sostenibilidad al interior del Tecnológico de Monterrey ya está concluido y se dará a conocer en los próximos días pues ya se hizo en estudio, el análisis de datos y se están presentando los resultados a las autoridades, antes de difundirlos públicamente.

“Este es un análisis diferente al que hacen otras universidades o el sector privado para medir su desempeño en sostenibilidad. Esto es un esfuerzo original porque nadie más tiene esta herramienta para medir el cambio de cultura, valores y actitudes de las personas, sobre el tema de sostenibilidad”, agrega el investigador del Tec.

Con la mirada puesta en el 2025

El Tecnológico de Monterrey ha adoptado acciones contra el cambio climático que le han llevado a ocupar el primer lugar en acción climática, en Latinoamérica, en el indicador del Times Higher Education, además de ser evaluado, a nivel global, en el indicador Green metrics. Actualmente, el Tec tiene como referencia principal de acciones el Plan de Sostenibilidad y Cambio Climático al 2025, llamado Ruta Azul. Ese documento contiene el camino que la institución educativa ha trazado para lograr un futuro sostenible y convertirse en una institución modelo de sostenibilidad.