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La UNAM debe fortalecer su gobernanza mediante los cuerpos colegiados: Leonardo Lomelí

Tienen dos funciones subutilizadas: la de planeación y la de evaluación, dice en entrevista con “Crónica” el nuevo rector de la UNAM

En una entrevista exclusiva para los lectores de “Crónica”, el Economista, Maestro y Doctor en Historia Leonardo Lomelí Vanegas, quien ayer fue anunciado como nuevo rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) compartió su perspectiva y conceptos rectores para encarar, durante el periodo 2023-2027, los desafíos que se presentan para la universidad pública más grande del país, que aporta instrucción a 370 mil alumnos.

– ¿Cómo entiende usted el concepto de gobernanza para la Universidad? Sobre todo considerando que el liderazgo dentro de esa casa de estudios es diferente al de una empresa o de un gobierno o dependencia de gobierno, que son más verticales. La UNAM se caracteriza mucho por la libertad de expresión y el pensamiento crítico.

– Por definición, la gobernanza de la UNAM es la de una institución académica y descansa en sus cuerpos colegiados. Tenemos un diseño institucional que es, en gran medida, producto de nuestra historia: Por una parte, la Ley Orgánica de 1945 que crea la Junta de Gobierno, que es un cuerpo colegiado que tiene la función de designar al rector y a los directores de Facultades, Escuelas e Institutos. Además, desde la creación de la UNAM siempre ha jugado un papel fundamental el Consejo Universitario, que adopta muchas decisiones, como la de nombrar a los miembros de la Junta de Gobierno.

Yo digo que la gobernanza de la Universidad tiene que descansar en cuerpos colegiados que permitan la participación de la comunidad en la toma de decisiones. De ahí que, tanto el Consejo Universitario, como los Consejos Técnicos de Facultades y Escuelas, o los de los subsistemas de investigación, pues son muy importantes y que fue un gran avance, en la última década del siglo pasado, la creación de los Consejos Académicos de Área porque son cuerpos colegiados que permiten integrar, por áreas de conocimiento, a las Facultades y las escuelas, con los Institutos y los Centros, y entablar un diálogo, entre quienes profesan disciplinas afines.

– ¿Y qué propone usted para trabajar con estos cuerpos colegiados?

– En mi propuesta de trabajo yo considero que para fortalecer la gobernanza de la UNAM debemos aprovechar mejor estos cuerpos colegiados. Tienen dos funciones que, creo, están subutilizadas y que son importantes para el desarrollo de la Universidad: la función de planeación y la función de evaluación. Yo propongo revisar la integración de algunos y las funciones de otros, y ejercer a plenitud estas funciones de los Consejos Académicos de Área. También propongo crear otro cuerpo colegiado que tendría que ver con las políticas de internacionalización. Creo que el desarrollo de la UNAM en el siglo XXI tendrá que estrechar los vínculos con otras instituciones del exterior, pero deberá ser un cuerpo colegiado el que defina las áreas estratégicas en las que nos interesa aumentar nuestra relación con el resto del mundo.

– Hablando de las interacciones de la UNAM con el exterior, ¿cómo deben ser las relaciones con gobiernos, con organismos no gubernamentales y asociaciones profesionales?

– Desde que se abrió la Universidad, Justo Sierra dijo que no podemos ser una torre de marfil y que estamos obligados reflexionar sobre los problemas del país y contribuir a su solución. De hecho, en la actualidad, esto está plasmado en nuestra Ley Orgánica.

Hemos encontrado muchas formas de vinculación. Recordemos que el gran proyecto de alfabetización de José Vasconcelos parte desde la Universidad, ya que él era rector de la UNAM cuando propone la creación de la Secretaría de Educación Pública. Además, el Servicio Social surgió en la UNAM. Aquí yo debo decir que debemos recuperar y fortalecer el sentido del Servicio Social pues, aunque está muy claro en las carreras del área de ciencias de la salud, se ha perdido en algunas otras carreras. Esa es una muy buena oportunidad de vincular a nuestros estudiantes con la problemática del país.

Creo que hay oportunidades para mejorar, pero también hay muchos ejemplos de que la UNAM participa muy activamente en la solución de problemas nacionales; atiende varios servicios relevantes para el país; por ejemplo, el Servicio Sismológico Nacional. Podemos encontrar nuevas formas de vinculación con la sociedad. Esto pasa por una vinculación con el gobierno federal, los estatales y los municipales. Con ellos podemos buscar nuevas áreas de colaboración.

La UNAM no puede crecer al infinito y debe ayudar a otras a crecer

Leonardo Lomelí dijo que la UNAM tiene una responsabilidad social con el apoyo al crecimiento de otras casas de educación media y superior.

“Yo creo que la UNAM no puede crecer al infinito y también sé que cada vez hay más jóvenes que tienen la necesidad y el deseo de entrar a instituciones de educación superior. Por eso pienso que lo que sí podemos hacer es apoyar al fortalecimiento y creación de otras instituciones; por ejemplo, con la formación de profesores. Ya tenemos programas para la formación de profesores de educación media superior y también podemos hacer más esfuerzos en formar profesores de todas las disciplinas en las que actualmente trabaja la Universidad”, apuntó.  

Rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers
Leonardo Lomelí es el primer rector economista de la UNAM. Leonardo Lomelí es el primer rector economista de la UNAM. (UNAM)

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