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"Más allá de la violencia: alianzas y resistencias de la prensa local mexicana"

El respaldo de la sociedad civil organizada, de instituciones de contrapeso y rendición de cuentas, y de los propios lectores son elementos fundamentales para que el periodismo crítico continúe realizando su labor

cide

Grisel Salazar Rebolledo.

Grisel Salazar Rebolledo.

¿Cómo entendemos el avance de los ataques y las descalificaciones contra la prensa en países que formalmente han dejado de ser autoritarios?, ¿cómo explicamos que, incluso en democracias establecidas, las relaciones entre los periodistas y los gobernantes se hayan tensado al grado de estar marcadas por la confrontación casi permanente? Los tiempos actuales están marcados por una contradicción para el periodismo. Mientras que la revolución tecnológica ha permitido la aparición de nuevos formatos, el acceso a nuevos públicos, y ha facilitado poderosos recursos de investigación, la violencia verbal, física y digital contra los periodistas han ido en aumento. Además, los intentos por controlar el discurso mediático han proliferado, en esa nueva dinámica de conflicto con la evidencia que algunos investigadores han dado en llamar “posverdad” o “desinformación”. La expectativa de que la caída de los autoritarismos y el avance de las democracias se traduciría en mejores condiciones para la libertad de expresión fue desmentida por el abanico de estrategias utilizadas por los actores políticos para intervenir sobre los contenidos de los medios, incluyendo ataques simbólicos, confrontaciones en redes y descalificaciones públicas al trabajo periodístico, obstaculizando con ello la fundamental tarea de la vigilancia del poder, y por tanto, entorpeciendo la toma de decisiones democrática.

Lo interesante de todo esto es que, a pesar de las dificultades del entorno, la prensa crítica continúa sobreviviendo. Muchos análisis consideran que la consecuencia lógica de los ataques contra la prensa sería un inevitable repliegue del periodismo de investigación y de la función de los medios como contrapeso del poder. La evidencia muestra, sin embargo, que esto no siempre es así.

Y es que a pesar del creciente número de estudios que documenta y denuncia la dramática violencia que enfrenta la prensa en la actualidad, se ha prestado menos atención a las estrategias que han desarrollado los periodistas para resistir los ataques. La puesta en marcha de prácticas innovadoras para realizar labores de reporteo, la implementación de iniciativas de auto-organización, la construcción de capacidades de adaptación y de resiliencia, y las alianzas con actores fuera del gremio son sólo algunas de las alternativas que han ideado los periodistas para enfrentar el entorno adverso que enfrentan al realizar su labor.

América Latina provee un mosaico útil para reflexionar al respecto. Vemos, por ejemplo, que, en países como Cuba o Venezuela, muchos periodistas han utilizado estrategias novedosas y autogestivas para sortear los controles gubernamentales. Sin embargo, en otras latitudes, como El Salvador o Nicaragua, el señalamiento y la estigmatización ha provocado el exilio de periodistas y el cierre de medios independientes.

Este marco ha servido de motivación e inspiración para la investigación "Más allá de la violencia: alianzas y resistencias de la prensa local mexicana", volumen en el que se busca dar una respuesta a la interrogante ¿de qué depende que la prensa continúe realizando una labor crítica en contextos de democracias disminuidas?, ¿en qué casos los intentos de controlar a la prensa son exitosos?

Tomando el caso de la prensa local en México, esta investigación busca entender las capacidades de resistencia de la prensa crítica. El punto de partida es concebir a los medios como actores políticos, con recursos y estrategias propias, en lugar de hacerlo como un elemento que sufre pasivamente los embates y cede indefectiblemente a las presiones. Y es que es precisamente la capacidad de agencia de los medios la que les permite utilizar recursos del entorno para aliarse con otros actores, negociar, movilizase, organizarse, buscar el apoyo ciudadano o internacional e idear otras estrategias para resistir los intentos de control y censura. Por ello, dar por sentadas las reacciones de los medios frente a los intentos de manipulación conduce a conclusiones imprecisas.

En segundo lugar, es necesario reconocer que, si bien la violencia es la expresión más cruenta de los intentos de control sobre la prensa, hay un amplio abanico de modalidades para buscar limitar o intervenir en los contenidos mediáticos, cada una de las cuales conlleva reacciones distintas por parte de las organizaciones mediáticas y de los periodistas. Algunos de estos intentos son de aplicación más sutil, como los contratos vía publicidad oficial; otros, están anclados en el propio marco legal, como el uso de las leyes contra la difamación, el desacato, o los cercos informativos.

En tercer lugar, esta investigación adopta una perspectiva subnacional. Aunque la erosión democrática se suele entender como un proceso nacional en el que poco se voltea a ver las variaciones de lo local, en los hechos éste es el ámbito en el que más se padecen las consecuencias de los intentos de control sobre los medios y las expresiones más dramáticas de la violencia, como lo documentan los índices de organizaciones como Artículo 19.

El volumen.

El volumen.

"Más allá de la violencia…" evidencia que, para romper las pautas de dominación sobre la prensa, es necesaria la intervención de actores que se desempeñen como aliados estratégicos de la prensa. En ese sentido, el respaldo de la sociedad civil organizada, de instituciones de contrapeso y rendición de cuentas, y de los propios lectores son elementos fundamentales para que el periodismo crítico continúe realizando su labor. De acuerdo con datos presentados en esa investigación, el respaldo de las organizaciones de la sociedad civil incrementa hasta en un 40% la presencia de contenidos críticos, aun bajo condiciones de control financiero, y en poco más de 15% aun cuando existan condiciones de violencia contra la prensa. Asimismo, la existencia de un poder judicial independiente incrementa en 16% la posibilidad de que la prensa continúe ejerciendo su labor crítica, y la presencia de redes de periodistas, en un 14%, aun cuando exista un marco legal restrictivo.

En suma, la posibilidad de que la prensa continúe realizando su función de vigilancia debe discutirse desde la posibilidad de los apoyos plurales y en su inserción institucional amplia. La evidencia señala que la prensa es uno de los primeros actores en despertar a las fracturas de los regímenes autoritarios, y también, que es uno de los últimos en someterse a los controles. Pero cuando avanza sola, sin aliados que le acompañen o le respalden, el desenlace más probable será la instalación de la intimidación y el silencio.

El libro "Más allá de la violencia: alianzas y resistencias de la prensa local mexicana", de Grisel Salazar, se presentó el jueves 8 de diciembre en la Librería Casa Tomada, con Ricardo Raphael y Miriam Ramírez. Puede adquirirse en versión impresa a través de la Editorial CIDE, o en versión digital en las siguientes plataformas:

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*Fragmentos de este texto fueron retomados de la entrada “¿Puede haber prensa vigilante en entornos no democráticos?”, que apareció en el blog de la Asociación de Comunicación Política en noviembre de 2022.

* CIDE, División de Estudios Políticos

maria.salazar@cide.edu