
El recurso más importante e hilo conductor de las actividades educativas del Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero (JBC) es la colección de plantas vivas. A pesar de pertenecer a un centro púbico de investigación, es decir a una organización científica, los programas educativos del JBC no se enfocan exclusivamente en la comprensión de la ciencia y el método científico. En la práctica, estos programas están diseñados para atraer a una amplia gama de visitantes y abordando aspectos artísticos, estéticos, hortícolas y de uso cotidiano de las plantas y el ambiente. Podemos decir que las actividades educativas de nuestro jardín botánico están divididas en tres grandes grupos: actividades de soporte para estudiantes y docentes, cursos de capacitación y actividades de divulgación de la ciencia para los visitantes en general. Entre estas últimas destacan las visitas guiadas, a través de las cuales el jardín botánico busca comunicarse con aquellos visitantes que no vinieron a aprender sino a disfrutar de un tiempo de solaz.
Aunque la mayoría de las personas tiene la percepción de que los jardines botánicos son centros científicos donde se va a aprender “sobre las plantas”, el mayor número de visitantes -salvo las visitas de escuelas- en realidad no vienen a nuestro jardín ni a otros, con el objetivo específico de aprender. Por ello, si quienes tenemos la oportunidad de fungir como guías intérpretes, deseamos compartir algunas ideas o mensajes relevantes sobre al mundo de las plantas, sobre conservación o la sostenibilidad durante una visita, debemos desarrollar la habilidad de hacerlo casi de forma subliminal. A esto, Ian Darwin-Edwards, del Real Jardín Botánico de Edimburgo lo ha llamado “el sutil arte de educar a personas que no vinieron a aprender”.
Es interesante pensar que, para la mayoría de los visitantes a nuestro jardín botánico, aprender sobre las plantas es generalmente menos importante que el deleite, placer o satisfacción que le brindan esas visitas. A lo largo de los años y de manera general y aleatoria, hemos identificado que las personas visitan nuestro jardín para: rodearse de paz y tranquilidad, leer en silencio, hacer un día de campo, aliviarse de su cotidianidad, por recreación y para pasear con la familia, pareja o amistades.
El fraile y teólogo del siglo XIII, Tomás de Aquino, decía que "la gente cambia con el deleite, la gente cambia por el placer”. Tomás de Aquino entendió que para las personas es muy importante recibir una experiencia placentera, ya que así es más probable que despierte en ellas la disposición plena para adquirir nueva información o nuevas ideas. Precisamente lo que perseguimos en primer lugar cuando recibimos a un grupo local o foráneo para una visita guiada no escolar en el JBC es que, de entrada, se sientan bien y disfruten del lugar que están visitando. Les preguntamos cómo se sienten hoy y a continuación les pedimos que compartan su expectativa sobre la visita. Muy pocos dicen que vienen a aprender algo sobre las plantas, sino más bien a conocer el lugar y, ahora sí, también algunas plantas interesantes. Algo que hemos aprendido con los años es que muchas personas piensan que durante una visita guiada, el guía le va a hablar sobre un montón de datos sobre un montón de plantas, por lo que, buscando dar paso a su bienestar y a una atmósfera con calidez y amistosa, el segundo mensaje que les dejamos, después de agradecerles por su visita, es que no van a recibir una clase de biología, de botánica o de ecología, sino que vamos a platicar, entre todas y todos, algunas historias sobre el plantástico mundo que nos rodea y que sustenta nuestra propia existencia, que está representado por nuestra colección de plantas vivas. Eso rompe la real o potencial desconfianza que pudieran traer los visitantes y genera interés y expectativas valiosas, que por supuesto siempre tratamos de alcanzar y cumplir. A partir de ahí, las visitas guiadas abordan hechos sobre las diferentes especies o grupos de plantas, que provocan el interés de los visitantes; los guías se encargan de relacionar estos hechos con la vida cotidiana de estas personas, y de revelar, finalmente, el dato, descubrimiento, evento o suceso biológico que existe detrás de tales hechos, científicamente explicados. No se atiborra de datos crudos y fríos a los visitantes, sino que se reconstruye, mediante historias del día con día, el conocimiento para que sea significativo, para que las personas se lo apropien y lo hagan suyo. En un entorno como el descrito, es más probable que estos visitantes hayan aprendido un poco más sobre el mundo de las plantas, casi sin darse cuenta.
Las visitas guiadas interpretativas son estrategias de comunicación que hacen significativos los conocimientos expresados con los visitantes, que les dan la oportunidad de observar y utilizar todos los sentidos al mismo tiempo y aprender de una manera más armónica, placentera y afectiva. En el contexto actual de los jardines botánicos y su misión de hacer visibles los conocimientos tradicionales, las visitas guiadas son la forma más disfrutable de acercar a los visitantes a conocer a otras personas, pueblos originarios, sus idiomas, sus expresiones culturales y bioculturales, y sobre todo a la comprensión de nuestro entorno y de la necesidad de cambiar nuestra manera de aprovecharlo.
Si quieres vivir esta experiencia, recuerda que estás invitado al Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero del INECOL, en Xalapa, Veracruz.
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* Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero. INECOL. Xalapa, Veracruz
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