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El coso de Insurgentes registró la mejor entrada de la temporada en esta sexta corrida en la que hicieron el paseíllo tres auténticas figuras del toreo: Miguel Espinoza Armillita Chico, Enrique Ponce y Eulalio López El Zotoluco.
Por delante salió el torero de Aguascalientes, Miguel Espinosa Armillita Chico, quien dijo adiós a la México, recibió a su primer astado con lances de tanteo. Con la franela inició su trasteo con un trincherazo que culminó con una tanda de derechazos bien rematados con un largo y ceñido pase de pecho.
Realizó una tanda de naturales y volvió a ceñirse en los muletazos con la diestra, bien templados y largos. El burel tenía calidad y Miguel pudo aprovechar su estilo logrando los jaleos del público.
Con su segundo astado, Tunero, Miguel lo lanceó con aseo y remató con una media pinturera. Brindó a todo el público este su último toro en esta plaza e inició su faena con un pase de la firma para estirarse luego en una serie de derechazos a un toro que tenía calidad y recorrido.
Se estiró en una tanda de naturales. El astado empezó con soserías y a acometer con medias embestidas.
Volvió Miguel a aprovechar el lado derecho del burel y se estiró en largos pases con la diestra que pusieron a la gente de pie gritando ¡torero! Reconociendo sus 27 años como matador. El diestro hidrocálido volvió a estirarse en los naturales para rematar con un torero abanico, mientras la banda instrumentaba las golondrinas.
Con el acero, Armillita colocó en buen sitio tres cuartos de acero que fueron definitivos que concitó la entrega de la gente y la petición de la oreja que el juez Ricardo Balderas concedió. Dio el diestro la vuelta al ruedo bajo palmas como de teatro, fue una despedida permeada de ética y caballerosidad.
Con un saldo de 47 orejas cortadas y dos rabos en 77 tardes que lidió en el coso de Insurgentes, Armillita Chico dio una vuelta al ruedo emocionado, con un público que lo despidió con una merecida ovación que hizo que el llanto le brotara
ZOTOLUCO. El chintololo salió como todas las tardes, en plan de triunfo, buscando las palmas y pisando fuerte el ruedo. A su primer toro, protestado por su sacudida presencia y cambiado por Ejecutivo de la misma vacada, lo recibió con una larga afarolada de hinojos.
Los naturales y los pases con la diestra de gran calidad menudearon en su trasteo a un toro asimismo débil. Los tendidos estaban de pie cuando Eulalio se ajustó en un martinete y un molinete y continuó con pases con la diestra poniendo el pecho por delante y los muslos de carnada.
La faena estuvo bien estructurada. Se pasaba al astado por la faja y sus naturales ceñidos y en un palmo de terreno con un ruedo tapizado de sombreros y prendas de vestir bajo los gritos de ¡torero!
La faena cobró visos intensos y los tendidos lo ovacionaron de pie. Dejó el acero caído y le concedieron las dos orejas de su enemigo.
Con su otro toro realizó otra gran faena que se destiño con el acero, 4 pinchazos y media estocada.
A Enrique Ponce también le cambiaron sus dos toros de Julio Delgado por otros que no dieron el juego esperado. El diestro valenciano cumplió ante el desencanto del público que no cesó de abroncar al juez.
Nunca defraudé: Miguel Espinoza
“Creo que nunca los defraudé, siempre di mi máximo esfuerzo y entrega, y ahora que este ciclo se ha cerrado, me voy tranquilo y satisfecho por lo que conseguí aquí, me voy feliz, agradecido y muy emocionado, pero también triste. Me voy tranquilo y seguro que la gente me recordará bien, siempre me entregué al máximo y di todo lo que podía dar, gracias al público por estar conmigo en las buenas y en las malas, eso me llevo en el corazón”.
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