
Los remedios caseros generalmente provienen de información que se comparte de boca a boca, y ¡ahí radica su peligro!, ya que no todo mundo es especialista en el cuidado de la piel y el hecho de que alguien le haya funcionado alguna de esas recetas, no quiere decir que funcione igual de bien en todas las pieles, sobre todo cuando se trata de sustancias que no provienen de una farmacia dermatológica.
Si estás pensando en experimentar con productos que tienes en tu hogar, es importante que te detengas a leer estas razones de por qué aplicar alimentos y otras sustancias sin prescripción no es lo más recomendable.
Cada tipo de piel es diferente
Lo primero que debes considerar antes de poner en práctica cualquier remedio casero, es que cada tipo de piel es diferente y aunque alguna sustancia haya sido inofensiva para la persona que te lo recomendó, no quiere decir que suceda lo mismo en tu organismo.
En redes sociales suele haber gran cantidad de información sobre remedios para aliviar afecciones comunes en la piel como: quemaduras ocasionadas por el sol, acné, incluso contrarrestar las arrugas, pero ¡cuidado! Lo mejor es que consultes con especialistas que te indiquen los tratamientos que necesitas de acuerdo con tu tipo de dermis.
Algunas sustancias pueden dañar tu piel
Utilizar algunas sustancias como el bicarbonato o azúcar para realizar exfoliaciones no es lo más recomendable, ya que al tratarse de pequeños gránulos, realizan un efecto de lija sobre la cara o el cuerpo, y esto ocasiona pequeñas heridas invisibles que podrían infectarse y ocasionar problemas mayores en el rostro o el cuerpo.
Los cítricos, en especial el jugo de limón es otro de los ingredientes muy presentes en este tipo de remedios o mascarillas, debido a su contenido de vitamina C que representa beneficios exfoliantes, aclarantes y suavizantes para el cutis. Sin embargo, los efectos adversos relacionados con la irritación suelen ser mayores que los beneficios que podrían obtenerse.
No han sido probadas científicamente
Si bien algunos alimentos contienen sustancias que podrían ser benéficas para la piel, la diferencia entre un remedio casero y un tratamiento que se consiguen en farmacias dermatológicas es que éstos son desarrollados en laboratorios especializados, mediante fórmulas que integran los elementos con mayores beneficios para la piel y en las cantidades adecuadas.
Por si esto fuera poco, los productos dermatológicos son sometidos a rigurosas pruebas científicas para descartar efectos adversos en la mayoría de los pacientes, y además están etiquetados con especificaciones para su prescripción y aplicación correcta, de acuerdo con cada tipo de piel de las personas que los utilizarán.
Pueden provocar alergias
A veces podemos dejarnos llevar por la idea de que los productos que tenemos en casa o en el jardín, al ser naturales y no procesados, no representarán ningún problema en nuestra piel. Sin embargo, también contienen sustancias que no son estables y que combinadas con otros productos que usamos podrían generarnos reacciones alérgicas.
Cuando nuestro sistema inmunológico reacciona a ciertas sustancias, se pueden presentar síntomas como brotes, comezón e irritación, incluso dermatitis. Y éstos son capaces de generar problemas mayores, por ejemplo: rascarse por la comezón provocada por el remedio puede llevarnos a dañar nuestra piel al grado de provocar infecciones o problemas mayores.
No brindarán el beneficio que esperas
La última razón por la que utilizar remedios caseros para la piel no es lo más recomendable, es que los beneficios que pudieran aportar son, en el mejor de los casos, irrelevantes comparados con los riesgos que se corren de aplicarlos sin ningún conocimiento sobre las sustancias reales que contienen y el efecto que pueden ocasionar.
Incluso los tratamientos dermatológicos especializados requieren de rutinas y ser aplicados por periodos prolongados para poder observar resultados positivos. De modo que los remedios caseros aplicados de forma esporádica, es probable que no te aporten ningún beneficio y que, por lo contrario, te estés exponiendo de más.
Conclusión
Esperamos que esta información te sea de utilidad para pensar muy bien antes de recurrir al uso de remedios caseros. Recuerda que el cuidado de la salud es responsabilidad de cada persona y que lo mejor, en el caso de la piel, es hacer una visita anual al dermatólogo, para que te indique los tratamientos más adecuados para tu tipo de piel, incluso como forma de prevenir problemas serios.
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