Cultura

Se trata de obra íntima que estab en su estudio-taller desde la década de los años 70s hasta 2020 y no han estado en exposiciones retrospectivas, dice el curador Jorge Reynoso

Rinden homenaje a Manuel Felguérez con muestra de 52 obras en el Museo José Luis Cuevas

Muestra
Pieza "La líbelula", una de las obras que se exhiben. (Eleane Herrera)

Manuel Felguérez Barra (1928-2020) era una persona que siempre estaba trabajando, según lo recuerda Jorge Reynoso Pohlenz, curador de “El todo y sus variaciones”, exposición retrospectiva que se puede visitar en el Museo José Luis Cuevas, hasta la segunda semana de febrero 2025.

Entre 52 piezas, acompañadas por documentos, fotos y explicaciones, el curador Jorge Reynoso Pohlenz destaca que “se reúnen obras que estaban en su estudio taller desde la década de los años 70s hasta 2020 y no han estado -hasta donde yo me acuerdo- en exposiciones retrospectivas”.

De acuerdo con quien fuera su amigo, se trata de obra íntima, que estaba en la casa de Felguérez y por lo mismo tiene un valor especial para quienes lo conocieron.

“Las personas que fuimos afortunados de encontrarnos con el maestro en su casa, conocíamos algunas de ellas. Fue su esposa y cómplice de muchos proyectos, Meche Oteyza, quien nos abrió las puertas de la Casa-Taller para poder hacer una selección”, comparte en conversación con Crónica.

La muestra inauguró este jueves por la noche, con obra datada desde la década de los 70 hasta los últimos años de vida de Felguérez: serigrafía, grabado, litografía, e impresión digital.

Exposición
Piezas Fotos y documentos que acompañan la muestra. (Eleane Herrera)

En ese sentido, también sobresalen algunas piezas de gran formato, pertenecientes a la serie “Agenda 2030”, que el ilustre zacatecano donó a la sede en Nueva York de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en las que se encontraba trabajando en sus últimos días".

“Prácticamente es la última producción que hizo entre los últimos meses”.

Algunas de las obras que se exhiben estaban pensadas para la última retrospectiva que se hizo del artista en vida, “Trayectorias”, pero quedaron fuera en aquella ocasión.

RECORRIDO

Más que una cronología de la trayectoria del artista, la propuesta curatorial al organizar la obra inédita de Felguérez fue el diálogo con el espacio, que tiene “características arquitectónicas interesantes”.

“Uno puede más o menos empezar en la dirección que quiera, pues también es como un juego de la modernidad, en que los creadores le depositan al observador una gran parte de la responsabilidad de la interpretación”, explica Jorge Reynoso Pohlenz.

Aunque esto genera un reto, que a veces es incómodo para el público ya no hay necesariamente una guía de cómo interpretar las cosas, es una invitación relacionada con proyectos como la máquina estética en la que el artista colaboró con matemáticos y que podían empezar a verse como serie en cualquier punto.

“Un elemento básico del principio creador de Felguérez es la relación, la tensión entre los elementos de la composición”, apunta el curador.

A lo largo de su trayectoria, el artista transitó por distintas técnicas y procesos, pero la constante fue su visión sobre el arte moderno.

“Su visión tenía que ver con cómo una serie de elementos -ya sea pictóricos o escultóricos- establecen una tensión en el espacio y esta tensión es también el público, que está inmerso en las obras, en esta relación entre los elementos”, ahonda Jorge Reynoso Pohlenz

Muestra
Manuel Manuel Felguérez y su compañera. (Eleane Herrera)

Desde su perspectiva, el artista Manuel Felguérez fue una persona muy interesada en la ciencia y desarrollo científico, como parte del proyecto de modernidad. En tanto que artista mexicano, asumió la herencia del cubismo, particularmente del cubismo dinámico. Es decir, “que la obra ya no se podía concebir como masa, sino como una relación de elementos en el espacio en donde no solamente hay un solo punto de vista, sino múltiples encuadres”.

Su proyecto estético abrazó la modernidad a través de la experimentación y el trabajo de estilo a partir de series, en las que combinaba posibilidades y sistemas compositivos, para trabajar todas las variaciones que un determinado sistema podía dar.

Ese fue el denominador a lo largo de 7 décadas de producción y la exposición se vale de esta idea para invitar al público a recorrerla con ganas de apreciar más los valores plásticos que una anécdota narrativa.

“El objetivo principal no es histórico, sino valorar a cuatro años de su desaparición física, al maestro Felguérez”, invita el curador.

RUPTURA.

Manuel Felguérez formó parte de una generación de artistas muy diversos, que se ha denominado La Ruptura y fue el más eminentemente abstracto de ellos.

“Digamos que él también heredó esta idea de que la expresión artística y creativa tenía que liberarse de la idea de la mera representación o mimetismo de la realidad objetiva, para explorar las sugerencias que tiene las formas abstractas”, ahonda Jorge Reynoso Pohlenz.

Asimismo, el curador reconoce que, desde los años 40s o 50s a la fecha, se puede observar cierta crítica en el trabajo de Felguérez a través de la posibilidad en el arte de explorar “otros mundos”

“No necesariamente la exploración de Marte y eso, sino de otras formas que la sensibilidad estética pudiera alcanzar, otras formas de representación y una apuesta positiva o esperanzada. Digamos, esta posibilidad del ser humano de desarrollarse en el tiempo, es una idea importante”, considera.

“En las últimas pláticas que tuve con él, que hablaba de las Naciones Unidas, del mural que estaba haciendo para Naciones Unidas, pues decía que el surgimiento de esta institución después del final de la Segunda Guerra Mundial era parte de esta idea. Hay que pensar que coincidía el establecimiento de la UNESCO en París con obras que estaba haciendo Tamayo en Palacio deBellas Artes; con la construcción de Ciudad Universitaria; y con esta idea de que había un proyecto después de la guerra”, continúa.

Sin embargo, más allá del aspecto racional y científico en la visión de Felguera también está la cuestión del placer que tenía por la manufactura, “or trabajar con los materiales”.

El curador y amigo del artista subraya que las primeras obras de la exposición son de momento en donde Felguérez trabajó con superficies planas y lustrosas. Luego empezó a meter texturas y a integrar elementos de geometría rigurosa, con elementos más espontáneos, chorreados.

De modo que “El todo y sus variaciones”, hace una especie de resumen de su rigor y libertad.

En sus recuerdos el artista de 90 años pervive como un ejemplo de actividad y curiosidad.

“Él se formó como escultor y luego se orientó también a la pintura. Entonces, me estaba enseñando que en algunas de las últimas pinturas inserta un elemento escultórico como que combina elementos pictóricos”, relata sobre sus últimas conversaciones.

“A mí me fascinaba ver esta persona tan veterana que pues siempre se estaba buscando reinventar”.

¿QUIÉN FUE MANUEL FELGUÉREZ?

El artista zacatecano fue pintor y escultor conocido por su abstracción y temas geométricos, quien entre otros recibió la Beca del Gobierno Francés en 1954, el Segundo Premio de Pintura en la Primera Trienal de Nueva Delhi, India (1968); el Gran Premio de Honor en la XIII Bienal de Sao Paulo, Brasil (1975) por las obras producto de El espacio múltiple, la Beca Guggenheim de Fundación Guggenheim (1975), el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes, México en 1988; en 1993 fue designado Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte de México. En 2018 la Universidad Autónoma de Zacatecas le concedió el grado de doctor honoris causa.

Actualmente, la mayoría de su obra y legado se resguarda en el Museo Manuel Felguérez, en Zacatecas

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